martes, septiembre 30, 2008

En el AVUI de hoy

Foto: http://farm2.static.flickr.com/1178/1467551078_38c94541ea.jpg
La notícia del lector
Brutícia i deixadesa al ginjoler bicentenari
Els veïns de Sant Gervasi que l'any passat van aconseguir que el ginjoler bicentenari del carrer Arimon no es trasplantés denuncien que el solar on està plantat s'ha convertit en un abocador
Laia Curcoll, Sant Gervasi
Ult. Act. 30.09.2008 - 08:40 hs
Els veïns de Sant Gervasi que l'any passat van aconseguir que el ginjoler bicentenari del carrer Arimon no es trasplantés denuncien que el solar on està plantat s'ha convertit en un abocador. Després de mesos de recollida de firmes, lluita veïnal i converses amb el districte i l'Ajuntament, el desembre del 2007 es va catalogar el ginjoler com a arbre d'interès local. Des de llavors, però, el solar ha anat acumulant deixalles sense que ningú les hagi tret. "És increïble que després de tot plegat el ginjoler més gran d'Europa s'hagi convertit en un abocador d'escombraries, és una vergonya", es queixa Isabel Núñez, líder del moviment veïnal per salvar l'arbre i autora del llibre La plaça del ginjoler. L'arbre en qüestió està plantat en un terreny privat, a l'antic jardí d'una casa particular que al maig de l'any passat es va enderrocar per construir-hi un edifici. La declaració d'arbre d'interès local implica que passi a ser de propietat municipal, però segons fonts del districte de Sarrià-Sant Gervasi el solar segueix sent de titularitat privada i per tant queda fora de les responsabilitats municipals. De totes maneres, afirmen, "si el solar està en males condicions es farà un requeriment al propietari" per demanar-li que netegi la zona. Més enllà de la brutícia, els veïns estan preocupats pel futur del ginjoler. Reclamen que no es construeixi res a l'altra part del solar perquè el ciment podria compactar la terra i l'arbre acabaria morint. Proposen fer-hi una plaça de sorra per donar a l'arbre prou espai per seguir vivint i crear un lloc d'esbarjo per als veïns.

martes, septiembre 23, 2008

Los desaparecidos: el dolor de la curación

Foto: Jose Aguirre, G. en Lisboa, 2008.
Hay que pasar por esto. Hay que saber, escuchar, leer historias como las que empiezan a asomar en los periódicos, historias terribles, de un sadismo atroz, que se repitieron no sólo en la guerra, sino en la larguísima, fría y gris posguerra de este pobre país. Que sólo ahora, setenta años después, se atreve a reclamar al Estado que busque a los desaparecidos, que restaure las cosas, que enmiende simbólicamente aquella destrucción, que permita que tantas y tantas personas hagan al fin ese duelo tanto tiempo retrasado, que puedan enterrar a sus muertos y recobrar su dignidad.
Será doloroso, pero es necesario.
Leyéndolas, aún me sorprende más que haya gente que se atreva a pedir que se pase página. Como si la justicia pudiera suspenderse por más tiempo impunemente. Como si todos esos hijos y nietos, a quienes se les ha transmitido el trauma a través del silencio y la tristeza de generaciones, no tuvieran derecho a esa restitución. Como si eso no fuera necesario para el país, su salud mental, su cultura histórica, su identidad, su posibilidad de pasar de súbditos a ciudadanos conscientes.
Es una de las pocas noticias buenas de estos tiempos, aunque llegue tarde. Y hay que agradecerlo a la iniciativa de esos familiares, a los abogados que han llevado la causa y a Baltasar Garzón.
Y en cuanto a los abusos de la otra parte, de los que hablaba hoy un comentarista de El País, se circunscriben a los tres años de la guerra, el franquismo los amplificó y utilizó durante años, pero si se trata de reconocerlos, lo cual siempre es saludable, que sea en su dimensión y su contexto. En el bando franquista todo el mundo pudo no sólo enterrar a sus muertos, sino también vivir impunemente tras haber matado y cometido atrocidades, cobrando pagas, ocupando cargos, etc.

domingo, septiembre 21, 2008

¿Todo cae?

Foto: Manel Armengol, Islandia, 2008
Como he escrito en otra parte, estos días las páginas económicas, que yo nunca leía, están llenas de pasiones: se habla de aliento contenido, de huidas y evasión, de negación de la realidad, de coraje e imaginación, de fijación en los parches insuficientes, del valor que haría falta para afrontar y resolver. Se evoca el crash del 29 y los suicidas arruinados cayendo de los rascacielos, los millones de parados en la Europa de los treinta, el miedo, los indigentes, las caídas de regímenes. Soros dice en Le Monde que incluso el gigante chino verá caer sus restos de régimen comunista por culpa de unos mercados parados, sin consumo en la exportación. Unos dicen (The Guardian) que la intervención del Gobierno norteamericano ha mostrado agallas e imaginación, otros dicen (Krugman en El País) que aunque esa intervención norteamericana evoque esperanzadoramente la intervención sueca en los noventa, en que el Estado tomó temporalmente el control del sistema financiero durante unos meses y resolvió las cosas evitando males mayores, en USA no osarán hacerlo (los neocons se rasgarían las vestiduras, si a esta intervención ya la consideran "socialista"), y los resultados serán peores. En este país, el presidente de la CEOE advierte que si no se toman las medidas adecuadas, caerán todas las empresas una a una.
En mi ignorancia, me pregunto qué ocurrirá. He oído que algunos celebran la crisis diciendo que así dejarán de construir, pero yo no soy tan optimista. Al contrario: por lo visto, para paliar supuestamente el parón inmobiliario, nuestros políticos han decidido extender sus caprichosas y discutibles infraestructuras y hacernos la vida imposible a los ciudadanos, fomentar la contaminación y el ruido y talar todos los árboles (así no habrá que gastarse en podar ni regar, dicen). Por cierto, que Francesc Arroyo escribe una interesante nota sobre el ruido e Inma Mayol en El País, al final de esa pequeña sección de "perlas".
O bien, como Zapatero, deciden cortar la inversión en I + D y poner más dinero en lo inmobiliario. Y nuestro ayuntamiento se lo pone difícil hasta a los turistas (ayer, con la Via Laietana cortada, decenas de viajeros desfilaban andando furiosos hacia sus hoteles en Ciutat Vella, ya que los taxis no podían entrar). Ruido, polvo, obras, cortes y precios excesivos llevarán el turismo ailleurs. Y sin industria. ¿Qué será de nosotros?
Oigo un vecino que ensaya una música maravillosa con su violín y pienso en aquel concierto improvisado en un tejado que Maeve Brennan contemplaba en sus piezas sobre Nueva York. Me he hecho una ensalada deliciosa, mezclando las judías verdes de ayer con lechuga, atún, pepitas de calabaza y tamari y sólo pido a los dioses griegos que me dejen seguir viviendo como ahora, que no conviertan mi vida en una pesadilla, indigente, huyendo de esos skins que apalean y prenden fuego a los pobres. Mientras pueda refugiarme en algún sitio con mis libros, yo seguiré leyendo para consolarme, o contemplando las fotos que Manel Armengol hizo en Islandia.

viernes, septiembre 19, 2008

La ciudad convertida en pesadilla

Foto: Guillermo Aguirre, Jardines en Lisboa, 2008
Ayer, a "s'hora baixa" (como dicen en Mallorca), cogí los Ferrocarrils de la Generalitat para ir a la exposición de una amiga, en Ciutat Vella. Al llegar a plaça Molina, el metro se estropeó, es decir, se paró y allí nos quedamos, sin explicación ninguna. La gente se resignaba y leía. Me fui a preguntarle al conductor, quien me informó que él no sabía nada, que a él sólo le habían dicho que no tirase porque habría alguna avería más adelante. "A ver si me llaman y me dicen algo", añadió al ver que la gente empezaba a concentrarse y a preguntarnos. Como nadie le llamaba (ni nadie parecía pensar en los viajeros), la mayoría decidió bajar. Pero entonces llegó el problema: ¿cómo salir de allí? Una estación que antes era cómoda se ha convertido en un laberinto espantoso. La salida de Molina de línea Tibidabo era rápida y con pocas escaleras, un solo tramo. Ahora te obligan a viajar al centro de la Tierra, subir, bajar, como en una ginkana, volver a subir, a bajar, la gente ya murmuraba, "esto es un laberinto", "Oiga, perdone, para salir a la calle?". Yo no sé si habrá un ascensor oculto para los que no pueden andar, pero es que esa estación no es accesible siquiera a nadie que no sea un boy-scout con falta de ejercicio y amante del cemento y los túneles. Ciertamente no era tan espantosamente feo como ese granito gris brillante combinado con cemento y olor a alcantarilla de la nueva Provença, pero no se acababa nunca y parecía una broma pesada. Ojalá yo me haya equivocado, con los cincuenta o sesenta que hicieron el mismo camino, y no sea ésa la manera. Al fin respiré en la calle, y cogí el 17, que iba lleno, pero al menos aceleró y llegué a tiempo de ver los paisajes de pesadillas y visiones goyescas de Rossanna Casano (a carboncillo y en un espacio idóneo). Yo no volveré a coger ese metro en esa plaza ni a salir de ahí, a menos que vuelva a estropearse. Antes, los ferrocarriles eran una alternativa de transporte agradable; ahora son otra pesadilla.
Ya están haciendo las catas en la plaça Joaquim Folguera. Ahí también nos arrancarán todos los hermosos lledoners, la sombra y la tierra para hacer otra pesadilla de metro inaccesible. Ésas son las infraestructuras de García Bragado y su Urbanismo. Ya lo decía J.M.Montaner en El País en junio. La política municipal cambió. Lo que en principio era un acuerdo entre lo público y lo privado ahora es puro neoliberalismo; pero no es sólo eso (él lo decía a propósito del horror que están haciendo en la Barceloneta, pura gentrificación; y yo he descubierto su artículo gracias al blogger Fafner). También es la fealdad, la falta de verde, el ruido (Sarrià-Sant Gervasi, el distrito más ruidoso; y no son sólo las motos, son sobre todo las obras sin contención, sin límite de decibelios, ese laissez faire que ha permitido y sigue permitiendo derribar edificios históricos, mansiones modernistas y novecentistas, y caserones hermosos para construir basura mediocre y falso lujo... Cada vez que cojo una calle distinta descubro nuevos desastres. Un barrio que era frondoso y tranquilo es ahora una cantera; ya sé que me repito, ¿pero qué puedo hacer?), la destrucción del patrimonio arquitectónico y de la fisonomía identitaria de esta pobre ciudad. ¿De verdad vamos a permitirlo pasivamente? A esta hora de la mañana y en septiembre, los niños nuevos de la guardería lloran al unísono, algunos con una potencia asombrosa, lloran entre el fragor de las máquinas y el polvo, lloran entre las motos sin silenciador, los camiones, las ambulancias con sirenas exageradas que serían imposibles en ninguna ciudad civilizada, lloran sobre el estruendo de los autobuses y grúas, lloran junto a las basuras que rodean al azufaifo, a las basuras acumuladas en las aceras, lloran junto a las ratas. ¿Quién no se uniría a ellos? Estos políticos corruptos nos han destruido la ciudad y han convertido la vida cotidiana en un infierno.

domingo, septiembre 14, 2008

Una carta en La Vanguardia, Javier Marías en El País y la prensa

Foto: Manel Armengol, Estrets, 2007
Barcelona decepciona
Recibo un mensaje de mis buenos amigos Ángeles y Armando, que han visitado muchas veces Barcelona, y ahora me dicen lo que transcribo: “Qué decepción tuvimos al volver a Barcelona, después de esos 8 años de no visitarla. Las calles sucias, en las aceras cientos de cartones, alrededor de los contenedores de basura, plásticos, latas, suciedad e incluso alguna rata, menos mal que estaba ya difunta. Con lo bonita que es ¿cómo se ha deteriorado? ¿No barren las calles? ¿La gente es más sucia que antes? Dimos una vuelta por Gràcia, un barrio que nos pareció siempre lindo y con mucha personalidad, y estaba lleno de vomiteras y otras cosas poco atractivas. En la Rambla, gente ebria tirada por el suelo. Querida, creo que preferimos conservar el recuerdo de nuestra Barcelona, no el de ahora...”
Sobran comentarios.
M. LÓPEZ GONZÁLEZ
Dañina gente de paso
JAVIER MARÍAS 14/09/2008
Han sido dos pequeñas noticias que han pasado casi inadvertidas y que ni siquiera tuve la prudencia de guardar, por lo que no las recuerdo con exactitud. Una hablaba de un alcalde de una población granadina, creo, que se había declarado en huelga de hambre para protestar por la "asfixia económica" a la que están sometidos los ayuntamientos en general y supongo que el suyo en particular. La otra se hacía eco de las quejas de los alcaldes de España por el "escaso poder" de que disponen, y se anunciaba una reforma con vistas a incrementárselo; y, si no me equivoco, en este mismo diario hubo un editorial que les daba la razón (!). ¿Asfixia económica? ¿Escaso poder? O estoy muy mal informado y veo visiones a mi alrededor -no lo descarto-, o nuestros primeros ediles son unos jetas. Lo que sé con certeza es que no soy el único ante esta disyuntiva o con esta perplejidad. Un notabilísimo número de ayuntamientos de este país se distingue por las desvergonzadas recalificaciones de terrenos y los consiguientes pelotazos inmobiliarios con que se benefician, tanto en las grandes como en las pequeñas ciudades como en los pueblos, en las costas como en el interior, en el norte como en el sur como en el este como en el oeste. De todos es sabido que España se ha convertido en los últimos años en el reino de la especulación, la barbarie urbanística, la destrucción del paisaje y del medio ambiente, la edificación salvaje y sin sentido y el dinero negro o mafioso que todo ello trae consigo; y que nada de esto habría sido posible sin la connivencia o complicidad de los ayuntamientos, que son los que otorgan permisos, expropian terrenos, hacen concesiones a los constructores y cobran grandes cantidades a cambio. No son pocos, además, los que lo hacen sin ni siquiera una apariencia de legalidad, y estamos hartos de leer en la prensa sobre casos de corrupción municipal aquí o allá, con gobiernos del PP, del PSOE o de San Juan Crisóstomo, tanto da. Pero no es sólo eso: en cualquier ciudad -pero empezando por Madrid, que se lleva siempre la palma-, a uno lo asaltan las continuas y demenciales obras que las más de las veces son o parecen enteramente innecesarias, esto es, sólo explicables como manera de que hagan caja tanto los ayuntamientos que las inventan, propician, autorizan y encargan como las empresas que las ejecutan. La impresión que tiene cualquiera es justamente la contraria de la que ha movido a ese excéntrico alcalde granadino a iniciar una melodramática huelga de hambre, a saber: que los ayuntamientos se hinchan a ganar dinero -a costa del tormento de sus ciudadanos-, y que les sobra tanto que además pueden endeudarse hasta las cejas (ya saben que sólo los riquísimos están facultados para contraer monstruosas deudas).En cuanto a su "escaso poder", uno tiene asimismo la sensación contraria: los alcaldes abusan del que se les otorga y éste es excesivo a todas luces, con la agravante de que lo que acometen suele ser irreversible, además de hortera y dañino en general. Destrozan las ciudades y eso no tiene vuelta de hoja, y las utilizan como si fueran el salón de su casa, sin que nada ni nadie los pueda frenar. ¿Y exigen más poder todavía? Es una tendencia de la España actual: con el pretexto de la descentralización, conveniente y necesaria en muchos aspectos, hay un afán por trocear cada vez más las parcelas. Es como si legiones de españoles precisaran mandar, en algún sitio, aunque sea en un patio de vecinos. Y la única forma de contentar y aplacar a esos millones de megalómanos ansiosos de algún poder, es repartir éste hasta la brizna y blindar las competencias de cada uno de ellos en su menudencia. Los alcaldes y concejales han pasado a contarse, como dije aquí hace algún tiempo, entre los villanos de la nación. Hacen lo que les da la gana, destruyen sus localidades. El de Madrid va a destripar, dentro de nada, el Paseo del Prado -maldita la falta que hace tocarlo: uno de los pocos lugares bonitos de la capital- y la calle de Serrano, lo cual supondrá el más sádico martirio y el más absoluto caos. El de Soria -ciudad que conozco bien- va a excavar un aparcamiento en pleno centro y se va a cargar la ribera del Duero y la visión de las ruinas de Numancia con la construcción de un polígono industrial totalmente superfluo y para el cual, en todo caso, sobraba terreno más propicio en una provincia extensa y semivacía; y lo va a hacer no sólo con el apoyo de su grupo socialista -cuando al PSOE le da por el negocio hay que temerlo tanto como al PP-, sino de los demás sin excepción y de la Junta de Castilla y León, y en contra del criterio de todas las Academias y organismos, nacionales y extranjeros, que defienden la cultura, la historia, las artes, el paisaje y la conservación del entorno. Esa gente sabia y responsable, al ayuntamiento cafre de Soria y a la vandálica Junta les parecen unos capullos y se la pasan por el forro. A todos estos alcaldes españoles que piden más y más, y nos quitan más y más, se les olvida que están de paso y que nadie se va a acordar nunca de ellos, como no sea para maldecirlos. La prueba, el más famoso de la democracia, Tierno Galván: la gente se echó folklóricamente a la calle para verlo enterrar, pero hoy ya nadie sabe qué hizo o dejó de hacer. Sólo que escribía unos bandos chistosos y que una noche lo fotografiaron junto a una actriz con las tetas al aire. Qué legado.
En otras páginas de periódicos leo:
"Hacienda incluye entre las víctimas de los recortes el gasto en investigación y desarrollo -una de las estrellas de la anterior legislatura..."... "Pero aumentan el gasto en infraestructuras" [es decir, en destrucción del paisaje, el patrimonio, el verde...]. "El Ejecutivo intenta la cuadratura del círculo: mejorar las pensiones, que suponen casi la mitad del Presupuesto, afrontar el mayor gasto en desempleo, subir el sueldo a los funcionarios y salir airoso del resto. Todo ello con unos ingresos que se están desplomando por la crisis. "Es una situación complicadísima. No se puede llamar a eso Presupuesto restrictivo", apunta Miguel Ángel García, del sindicato CC OO." [asegurarse el voto del funcionariado y de la gente mayor, para seguir destruyéndolo todo, dejando al país sin investigación, sin educación -sin futuro]

miércoles, septiembre 10, 2008

Pensamientos, memoria

Foto: Manel Armengol, Estrets, 2007
En una reunión sobre memoria histórica desde la perspectiva de la salud mental, comentando un estudio donde se ha trabajado sólo con los vencidos de la Guerra Civil, alguien planteó la necesidad de recoger también la violencia arbitraria que se generó en ese bando. Naturalmente, otros matizaron enseguida recordando lo que ya sabemos y no está de más recordar: si en el bando republicano, la violencia fue obra de grupos incontrolados y se limitó estrictamente a los años de la guerra (una guerra creada tan sólo porque los insurgentes de Franco se rebelaron contra el único Estado legalmente constituido, que era la República), mientras que en el otro lado se trató de violencia de Estado, que se prolongó con saña durante todo el franquismo, y se utilizó como arma para reprimir y para ahogar toda crítica, toda disidencia y vengar toda participación en las instituciones del gobierno legítimo, las Universidades, los hospitales, todo.
Sin embargo, me quedé pensando que para mí hay algo importante en ese reconocimiento otro, esa parte difícil de los errores de los vencidos. Por una parte, desde un punto de vista ideológico, porque la idea de la izquierda -eso que ya no existe en este país- implicaba la capacidad crítica y autocrítica, la capacidad de cuestionarse y de debatir, la capacidad de analizar y de tener pensamientos distintos, a diferencia de esa derecha recalcitrante, que funcionaría como un bloque, como un ejército donde nadie puede expresar su opinión, sino que siguen ciegamente las órdenes sin preguntar. Y por otra parte, porque eso también coincide con lo que V. me recordaba el otro día del psicoanálisis, que nos permite salir de la situación de víctimas o no asumirla como tales y preguntarnos las razones de estar ahí, nos recuerda que no somos inocentes. Por eso me parecía coherente que en unas jornadas sobre el exilio, se recordara que en esas largas y penosas colas de gente que se marchaba también debía de haber algunos que cargaban con la culpa de sus atrocidades. Porque en todas las guerras civiles, también llamadas guerras intestinas, hay gente que aprovecha la ausencia de Estado para sus venganzas personales o para desahogar su desesperación social o personal mediante la violencia arbitraria, o que participa para quedarse con la casa de otro. Y poder reconocer esa parte (la banalidad del mal arendtiana) no debilita en realidad ni menoscaba el horror desigual de cuarenta años de dictadura con pena de muerte y represión, aunque tácticamente parezca dudoso hacer autocrítica en un momento en que triunfa el pensamiento más simple, el discurso fácil. Pero más allá de los sentimientos subjetivos y necesarios de los que han sufrido en su cuerpo o en su familia el largo ensañamiento del franquismo, de todos aquellos que no pudieron enterrar a sus muertos, de los que no pudieron ejercer su profesión, de las mujeres libres e independientes que tuvieron que regresar a una situación medieval en la que necesitaban permiso del padre o el marido para cualquier cosa, más allá de eso, hay que poder reconocer y repensar cómo se hicieron las cosas, analizar, intentar comprender.
Yo vuelvo a felicitarme de la iniciativa de Garzón, aunque sea difícil, aunque como dicen algunos expertos, él sólo esté sustituyendo jurídicamente lo que debería hacerse y no se hace en el terreno político. Pese a todo, es una iniciativa importante y mucha gente, el país entero que fue truncado, merece ese reconocimiento, esa restauración. Poder enterrar a esos muertos, hacer ese duelo que quedó perversamente interrumpido. Restaurar la propia verdad, ver reconocido por la justicia y las instituciones el propio sufrimiento de tantos y tantas. Además, todos aquellos que hablan de no reabrir heridas (presuponen o reconocen que las hay, que no son cicatrices) olvidan que para curarlas y para que no se infecten, hay que airearlas, limpiarlas con pinzas, separando cada cosa, como en el análisis.
También quisiera recordar aquí que he leído a algún historiador decir algo que siempre he pensado. Que la monarquía, mal que les pese a algunos, nunca ha sido legitimada en las urnas ni en ningún referéndum democrático (sólo en la dictadura) y que en este país, lo único legítimo sigue siendo la República. Sigo pensando que este país no mejorará si no recupera la memoria por completo. Porque la falta de memoria significa ignorancia suprema, analfabetismo de facto, incapacidad para reflexionar, para ejercer los propios derechos, para ser ciudadanos y no súbditos, para no dejarnos avasallar ni abusar.

martes, septiembre 09, 2008

Árboles, ciudad, memoria

Foto: I.N. Nîmes, 2008
El peatón, especie amenazada Màrius Carol
El Ayuntamiento de Barcelona quiere unir el Trambaix y el Trambesòs por la Diagonal, para lo cual ha previsto modificar esta avenida, de tal modo que las vías del tranvía (ida y vuelta) convivan con dos carriles de autobuses, otros dos de bicicletas, un par de pasillos de servicios, cuatro viales para automóviles y unas aceras más amplias para peatones, que se disputarán el espacio baldosa a baldosa con las motocicletas aparcadas y las furgonetas de carga y descarga, que seguirán invadiendo el territorio del viandante por la proximidad a los establecimientos donde reparten su género. Con esta decisión, el Consistorio descarta definitivamente que el tranvía circule soterrado como sugirieron los técnicos municipales porque la Generalitat consideró que era demasiado caro. La solución adoptada concentra tantos actores de movilidad que se conseguirá que la Diagonal sea lo más parecido al camarote de los Hermanos Marx de Una noche en la ópera, cuando Groucho pide para la cena un menú de huevos inacabable: “Camarero, traiga dos huevos fritos, dos revueltos, dos pasados por agua, dos en tortilla y dos huevos duros”. Mec (suena la bocina de Harpo). “Que sean tres”. La Diagonal dejará definitivamente de ser un bulevar, con sus aceras interiores, como ya ocurrió con el paseo de Gràcia en su día. Y como las calles no son de goma, la introducción del tranvía no sólo reducirá espacio al coche privado, sino al peatón, especie amenazada en la ciudad, porque cada vez resulta más difícil poder ejercer de viandante. En la Diagonal pronto será más fácil ser cotorra que transeúnte, porque las primeras se han hecho fuertes en las palmeras de la avenida, mientras que los peatones quedaremos constreñidos en los laterales, disputando cada palmo con las motos aparcadas, las camionetas de transporte y las estaciones de bicing. La nueva Diagonal costará alrededor de cien millones deeuros, supondrá meses y más meses de obras en cuatro kilómetros de Barcelona, comportará la tala de centenares de árboles, acarreará la desaparición de cuatro carriles de automóviles y conllevará la reordenación del tráfico del Eixample. El alcalde, finalmente, y después de muchas dudas, se ha convencido de que el cambio permitirá convertir la avenida en paseo, pero, a la vista de la cantidad de medios de locomoción públicos y privados que se disputarán los 50 metros de ancho de calle, habrá que poner cascos azules para proteger el territorio peatonal. A lo mejor pensando en ellos el alcalde ha definido el cambio como una manera “de pacificar la Diagonal”.
Borrar el pasado de la ciudad, borrar el verde y la sombra y borrar la memoria de lo que fue. Hoy una abogada amiga me ha dicho que hay gente que se alegra de la ampliación del metro en la plaça Joaquim Folguera y cuando ella les dice, escandalizada: "Pero, cortarán todos los árboles...", ellos responden extrañados o mirándola como si estuviera loca: "Son viejos..." No saben que cuando más viejo, mayor es el poder oxigenador de un árbol, su tamaño, la sombra que da y la frescura... Y es que el analfabetismo les resulta tan útil a los políticos... Pueden hacer lo que quieran, embolsarse todo el dinero de las mafias que invierten en la construcción, arrebatarnos todo árbol, toda sombra, todo suelo de tierra, tirar los edificios que configuraban la identidad histórica y el patrimonio de la ciudad, construir arquitectura barata y mediocre, venderla como si fuese de lujo, cobrar impuestos por todo, trabajar con máquinas ensordecedoras, llenar el aire de polvo y contaminación... y algunos se alegran. No se dan cuenta de que con su dinero cada vez pueden comprar menos. De que cada vez están más enfermos de respirar y vivir en esta pobre ciudad malsana. Cada vez pasan más calor en verano, con asfalto ardiente y sin frescura de árboles. De que en el lugar donde fusilaron a tantos barceloneses que defendían al gobierno legítimo han construido una especie de feria que ahora quieren unir a la Diagonal, y con ese pretexto destruyen el último gran paseo barcelonés. No se dan cuenta de nada. No añoran ese rumor de los árboles en medio de un silencio que podemos escuchar en muchos rincones de París y mucho más aún en Berlín. No añoran la belleza de la vieja arquitectura. Y cuando se den cuenta de que todo, historia, memoria, patrimonio y espacio natural, aire puro y silencio, todo les ha sido arrebatado, ya será demasiado tarde y los que ahora ocupan el ayuntamiento y la generalitat estarán viviendo en una ciudad mejor, con sus pingües beneficios.
Por cierto, si quieren leer mi artículo en el Col·legi de Psicòlegs, lo encontrarán aquí, en la página 22 de la revista [abajo debe decir Sec7:22 (24 of 108)].

domingo, septiembre 07, 2008

En la prensa

Foto: Manel Armengol, As Furnas, 1999
Hoy en el suplemento "Vivir" de La Vanguardia las 3 primeras páginas están dedicadas a mostrar que Catalunya es una de las comunidades del país que menos invierte en sus parques naturales y que ese déficit está causando problemas ecológicos y paisajísticos importantes, degradación medioambiental, desaparición de especies, etc. Un especial dedicado al parque natural de Cap de Creus y titulado "Ni cap ni peus" muestra patéticamente la dejadez, el abandono y sobre todo, la falta de interés que el Govern de la Generalitat tiene por el medio ambiente. Luego la gente se escandalizará de que no llueva, del cambio climático y sus consecuencias. No sólo eso. El Govern sí manifiesta un interés constante en la creación de infraestructuras que siempre suponen la destrucción del patrimonio verde. Siempre hay que talar cientos de árboles centenarios o invadirlos de cemento, etc.
Por cierto que ayer en El País un filósofo iraní hablaba en un artículo de una Barcelona que nada tiene que ver con la ciudad en la que yo vivo, una especie de modelo magnífico de intercambio cultural y diálogo. O bien Ramin Jahanbegloo no ha venido nunca a esta ciudad y sólo ha hablado con los miembros del ayuntamiento, o bien le trajeron con los ojos y oídos tapados, incluso la nariz o le pasearon en limousina y sólo escuchó sus discursos, como me sugiere alguien.
Por suerte había también en El País de ayer un interesante artículo de Josep Maria Montaner, El derecho a la memoria urbana, donde explica que la forma de la ciudad es resultado también de la reivindicación vecinal, el conflicto y la negociación final, y que no habría que enterrar esa historia sino valorarla.

jueves, septiembre 04, 2008

Talas y más talas

Foto: Manel Armengol, As Furnas, 1999.
¿Quieren convertir Catalunya en un desierto?
Hoy me escribe otra vez alguien diciéndome que en Girona están talando árboles a mansalva, ya no por el Ave, sino para hacer una autopista y me pide que firme. Lo curioso de haber defendido al azufaifo es que mucha gente, activistas fortuitos, gente exasperada que ha nacido en un país arboricida, y vive en la época más arboricida de la tremenda historia del país, viene a contarme de otras talas y destrucciones o a pedirme ayuda. Como si yo pudiera hacer algo. Como si tuviera algún poder. Acabo de subir por Sant gervasi de Cassoles para hacer un recado y había ya dos casitas menos, una derruida con el perfil dibujado de lavabos, escaleras y pintura en la pared. La otra ya tapada por una construcción mediocre, estrecha y fea. Al otro lado, un edificio espantoso ha sustituido viejas y hermosas torrecillas con sus jardines interiores. Hacía calor y las máquinas rugían. ¡Por la otra acera! me ha gritado un obrero, en esta ciudad donde no hay carteles ni pasarelas ni se piensa en que los transeúntes deben seguir pasando; son sólo molestias, obstáculos en la misión mafiosa de destruir, construir, blanquear dinero de mafias y camorras.
Pero todo esto se acumula en mi cerebro y le doy vueltas a las posibles acciones, instituciones a las que recurrir. No puede ser que haya tanta censura que la prensa no pueda hacer nada. No puede ser que no haya ninguna institución ni partido sensible a la destrucción de las ciudades y el medio ambiente. Encontraré una salida... we will figure out a way, como decía M.M...

miércoles, septiembre 03, 2008

Cómo convertir el país en un desierto

Foto: I.N., Abedul en la Vojvodina, Serbia, 2007
rápidamente, sin esperar a los efectos de la sequía y el cambio climático:
Pronto, cuando queramos ver un árbol o recordar lo que era la lluvia, tendremos que cruzar la frontera a Francia o un avión a Alemania o Inglaterra.
Avui - 2.9.2008 Les obres del TGV a Girona obliguen a talar 480 arbres
S.T. Les obres de construcció del TGV al seu pas pel centre de la ciutat de Girona comportaran la tala de 480 arbres. Com a contraprestació, el gestor d'infraestructures ferroviàries Adif pagarà cinc vegades el valor de cada arbre, i aquests diners es gastaran en la plantació dels exemplars del nou Parc Central, que es reordenarà un cop acabades les obres i construïda l'estació subterrània que ha d'anar en aquesta zona. La Plataforma TAV a Girona va denunciar ahir que s'han talat 270 arbres de la zona de la plaça Europa i el Parc Central que el projecte constructor preveia trasplantar. Segons la plataforma, el projecte preveu trasplantar i protegir la meitat dels arbres d'aquest espai, però ara s'estan talant. *Cost elevat* Des de l'Ajuntament, en canvi, afirmen que s'ha valorat el cost del trasplantament i els índexs de supervivència dels arbres un cop traslladats, a més de l'esforç que comporta buscar-los una nova ubicació, i s'ha considerat que resulta més convenient talar-los, fer-ne una valoració i que Adif doni una compensació econòmica. L'alcaldessa Anna Pagans va explicar ahir que es cobrarà cinc vegades el valor de cada un dels arbres. Gairebé tots els arbres que es talaran van ser plantats els anys noranta o més endavant, amb algunes notables excepcions, com el ja famós plàtan centenari de Sant Narcís. Segons va explicar la regidora de Mobilitat, Isabel Salamanya, en el moment de talar cada arbre es fa una fitxa on es detallen l'espècie, el diàmetre i les característiques de cada exemplar, i aquestes dades s'utilitzaran per fer-ne la valoració econòmica, que encara no s'ha concretat. Tots aquests punts s'especificaran en un conveni que signaran Adif i l'Ajuntament, i que ha de preveure aquest i altres aspectes de les obres. Pagans va insistir que les obres del TGV i la construcció d'una estació sota el Parc Central comportaran la reurbanització de la zona, amb un nou parc amb nous arbres. Pel que fa a l'exemplar que ha desencadenat la polèmica, el plàtan centenari del carrer Josep Maria Gironella, que la plataforma s'oposa a deixar-lo talar, des del consistori reiteren que s'ha de treure i que es farà aquest setembre.

martes, septiembre 02, 2008

El fichero Edvige, las amenazas al Estado de derecho

Foto: Inés Batlló, Bel en Provence, 2008.
Yo firmé contra la instauración del ya tristemente célebre Fichero Edvige en Francia, un intento de someter a todos los ciudadanos a un férreo control policial, sin excluir a los menores, sin necesidad de haber cometido ninguna falta. En un país que había sido celoso de esos derechos y de la intimidad y cuyos ciudadanos se escandalizaban de que a los españoles nos obligasen a mostrar el documento de identidad para pagar con tarjeta (ellos tienen otro sistema que protege su identidad y la seguridad bancaria a la vez) y para cualquier cosa (ahora toda compañía nos lo pide por teléfono, con grave riesgo para nuestra seguridad, sobre todo teniendo en cuenta que las compañías subcontratan a gente que ni sabe ni dura), se han recogido 90.000 firmas contra ese siniestro proyecto de estado policial.
El manifiesto explicita que:
Ce fichage vise à permettre la collecte de renseignements identitaires sur les « suspects » (personne mais également groupe) simplement considérés, par la police, comme susceptibles, à l’avenir et de manière totalement hypothétique, de porter atteinte à « l’ordre public ». Il permettra de compiler toutes les notes de renseignements telles que : état civil, photographie mais aussi fréquentations, comportement, déplacements, appartenance ethnique, vie sexuelle, opinions politiques, philosophiques, religieuses, appartenances syndicales et associatives… La police sera autorisée à consulter ce fichier en cas d’enquêtes administratives pour l’accès à certains emplois. Les mineurs ne seront pas épargnés puisque fait sans précédent dans notre République et particulièrement choquant, leur fichage sera autorisé dès l’âge de 13 ans et cela sans qu’aucune infraction n’ait été commise et sur la seule base de leur dangerosité présumée.
Muchas asociaciones ciudadanas se han manifestado en contra y entre ellas las asociaciones de defensa de los derechos de los homosexuales, ya que esta ley permite investigar y archivar la conducta de cualquier individuo, sus frecuentaciones, violando su intimidad y exponiéndole y haciéndole vulnerable.
Todo esto no es casual. Forma parte de este nuevo mundo vigilado que inició la administración Bush con la excusa del terrorismo y que por desgracia se ha extendido por Europa, los controles internacionales en los viajes, etc., y que anula la presunción de inocencia y señala a todos los ciudadanos como sospechosos, mientras por otra parte los terroristas circulan libremente con su plutonio, y el tráfico aéreo de armas sigue llevándolas a África regularmente en avión, tal como mostraba La pesadilla de Darwin.
Dice B. Delanoë, ahora candidato a primer secretario del PSF: "la défense des libertés individuelles est plus indispensable que jamais, par exemple quand le fichier Edvige [fichier policier qui répertorie les individus suspectés de vouloir troubler l'ordre public N.D.L.R.] classe les citoyens selon leurs convictions, leur état de santé ou leur identité personnelle. La lutte nécessaire contre la délinquance ou le terrorisme ne justifie pas ce dérapage grave."
Yo no espero gran cosa de Delanoë, que vacila cuando el periodista de Le Monde le pregunta sobre retirar las tropas de Afganistán. Ahora bien, cuando un político se manifiesta preocupado por los recortes de derechos y promete eliminar una ley así, al menos se le podrá presionar para que lo haga. Cuando un político ya se pronuncia de derechas y usa la demagogia del antiterrorismo, etc., no hay nada que hacer.
El hecho de que los franceses se dejaran abducir por los encantos hollywoodienses del temible Skz y le votaran masivamente (algo más de la mitad), en parte gracias a la agresividad con que atacaron a Segolène Royale en su propio partido, ha acentuado la sombría situación del mundo, según mi punto de vista. No es que a mí me convenciera Mme. Royale, que había confesado en algún momento su admiración por Blair. Tampoco me convence Obama y con todo, contra mi idea de un voto convencido, ahora pienso cada vez que hay que votar a todos esos males menores, porque el mundo es peor con Bush, con Berlusconi, con McCain, con Sarkozy, y la crisis económica nos hace especialmente vulnerables a políticas lepenistas.