lunes, noviembre 29, 2010

¿El triunfo de la estupidez?

Foto: I.N., Rufus en la ventana, 2010
Que me perdone quien tenga que perdonar. Pero si toda esa gente que le ha dado la mayoría a la derecha pura y dura cree que los lacayos de los Bancos y de las grandes corporaciones y grandes grupos van a ayudarles en la crisis, van de ala. Si creen que lo que les conviene es más corrupción, más analfabetismo generalizado, más encarecimiento de todo, más trabajo esclavo, más libertad para los Bancos, que no prestarán a ninguno de esos pequeños empresarios arruinados ni a los que pretendan empezar, pronto descubrirán lo contrario. Si creen que votando a la derecha en masa, con sus distintas formas -nacionalismo catalán y nacionalismo español, nacionalismo excluyente, nacionalismo ignorante y romántico-, algo se resolverá, van de ala.
CIU podrá gobernar a su aire, pactará con el PP para lo más importante, su política de derechas, la que consiste en beneficiar sólo a las grandes fortunas, los lobbies, los Bancos, las mafias constructoras y pensalizar y asfixiar cada vez más al resto de la población, a esos pobres que se creen clase media y están endeudados hasta las cejas, hipotecados y con propiedades que no valen, y a todo el resto, en dirigirnos a todos aún más al trabajo esclavo, la amenaza constante del paro, la mayor precariedad, la gran estafa y la destrucción del entorno, y con ERC para sus asuntos nacionalistas, para la plaga mezquina de política cultural que nos excluye a todos los que no somos "uno de los nuestros", aunque desde los setenta (y otros desde los sesenta), cuando había que jugársela de verdad, hayamos defendido el patrimonio bilingüe y el Estatut d'Autonomia. Entre el PP y ERC nos representarán el teatro de marionetas, mientras las decisiones económicas, sociales, educativas, las toman todos esos de común acuerdo, a la pura derecha.
Y lo más triste, es que además de la estupidez generalizada, la gran responsabilidad de esto que ha ocurrido la tienen los que formaban el Tripartit.
Me cuesta creer que seamos tan pocos los descontentos, los que no nos creemos a los políticos, los que no estamos de acuerdo con lo que está pasando. Que realmente, con la que está cayendo, hayamos disminuido. Que la agitación de las redes no exista, seamos cuatro gatos. Que hasta los jóvenes hayan votado a CIU y en su defecto ERC.
Quiero añadir la noticia, que he sabido más tarde, de que los votos en blanco han alcanzado un máximo histórico y que los Escons en blanc han obtenido 20.000 votos. Es significativo y me asombra que se oculte en casi todos los medios.

miércoles, noviembre 24, 2010

ESCONS EN BLANC: Alternativa electoral

Foto: I.N., Crepúsculo en Sant Gervasi, 2010
Esto es lo que yo voy a votar. Copio aquí su texto de presentación
Escons en Blanc LA IDEA ES SIMPLE:
TÚ NOS VOTAS Y NOSOTROS NO OCUPAMOS EL ESCAÑO, NI COBRAMOS NINGÚN SUELDO, NI COBRAMOS NINGUNA SUBVENCIÓN. Y LO MEJOR DE TODO ES QUE LOS OTROS PARTIDOS NO OCUPAN EL ESCAÑO, NI COBRAN NINGUN SUELDO NI COBRAN NINGUNA SUBVENCIÓN Y ENTONCES YA VEREMOS SI SE PREOCUPAN DE HACER MEJOR SU TRABAJO! ESTE 28 DE NOVIEMBRE, SI LO QUE REALMENTE QUIERES ES DECIR QUE NO, VOTA ESCONS EN BLANC-CIUDADANOS EN BLANCO! No somos de izquierdas ni de derechas, ni fascistas, ni ecologistas... No somos socialistas, ni de centro, ni nacionalistas, ni democristianos, ni anarquistas. No estamos aquí para decir qué es mejor ni peor, ni qué políticas se deberían llevar a cabo. No estamos a favor de la última ley que se ha aprobado, ni tampoco en contra. No tenemos ninguna ideología y las tenemos todas. No tenemos claro si debe gobernar aquél, o aquella, o aquel otro...
Pero tenemos clara una cosa: creemos que tenemos que poder decir que no. De la misma forma que tenemos derecho a votar a cualquier partido, debemos poder elegir no votar su jefe, sencillamente porque no nos gusta. Tenemos derecho a decir que no y que se sepa.
Tal vez has llegado hasta aquí porque estás cansado de los políticos, de sus farsas, de sus mentiras, de tantas promesas incumplidas, de tantos impresentables, de tantos corruptos. Puede que no te guste la ley electoral, o que estés cansado del amiguismo, del transfuguismo o, simplemente, de la falta de memoria. O quizá no. No lo sabemos. No lo sabemos ni queremos hacer eco de ninguna opinión en particular.
No decimos nada. Callamos. Enmudecemos. Creemos en el valor del silencio en un mundo político donde las palabras han dejado de tener sentido. Un silencio acusador. Callamos, sí, pero también lo decimos todo. O mejor aún, decimos sólo una cosa: decimos NO.
Nuestro voto no servirá para engrosar el porcentaje de votos en blanco, o nulos, o de abstenciones, cifras de las que, al final, nadie hace caso.
Nuestro voto no permitirá que un partido pueda gobernar con falsa mayoría.
Nuestro voto no se repartirá entre los partidos con representación.
Nuestro voto no quedará sólo en las estadísticas.
Nuestro voto servirá para decir que no, que no queremos nada de eso. Que en estas circunstancias preferimos ser representados por nuestro silencio.
Nuestros escaños serán blancos. No se mancharán con palabras sin sentido ni se traducirán en suculentos sueldos que alguien se embolsa sólo para pulsar el botón que la disciplina de partido impone, ni servirán para recibir subvenciones destinadas a campañas electorales cada vez más caras. Nuestros escaños quedarán vacíos. Nos aseguraremos de que no los llenen unos gobernantes que en estos momentos nos avergüenzan, que creemos que no nos representan.
Y así, cuando los parlamentos empiecen a llenarse de escaños en blanco, el revuelo que se creará será tan grande que no podrá ser ignorado. Y quizá entonces, algunos políticos empezarán a tener miedo, miedo a perder la palabra, miedo a perder el sueldo, miedo a perder la mayoría, miedo a perder la subvención...
Y quizá entonces, las cosas empezarán a cambiar.