lunes, mayo 30, 2011

Indignados

Foto: I.N., Plaça Catalunya, Paco Ibáñez con los indignados, 29 de mayo 2011
Hace mucho que no escribo aquí, tal vez porque últimamente me limito a poner mi indignación en facebook y he abandonado este "otro blog" de la polis. Y entretanto algo ha cambiado, algo se está moviendo en este país, que parecía tan dormido, tan sumiso, tan pasivo mientras la crisis se ahondaba y nuestros políticos avanzaban más y más en su servicio a los Bancos, justamente los creadores y culpables de esta crisis, a los lobbies, que están sentados en el gobierno, las grandes compañías, big pharma, el cemento y sus mafias, los transgénicos, mientras nos recortan y asfixian, suben los precios de todo lo básico, etc.
El otro día recibí una carta de fecsa endesa donde me comunican que además de las tarifas que nos han subido exageradamente tendría que pagar otro servicio más, ya que no está incluida la reparación de cualquier avería. Es un ejemplo pequeño de todo lo que sube y sube sin control. Nos dan mal servicio y nos hacen pagar el triple que al resto de europeos por la telefonía móvil, la fija, internet y todo lo demás. Las estafas son constantes.
Nos recortan los servicios sanitarios, pero no racionalizan el excesivo consumo de fármacos, oh no, eso podría disminuir los grandes negocios de big pharma, no, ni en una atención médica demasiado centrada en las pruebas y las máquinas, con profesionales que ya no recuerdan cómo puede examinarse personalmente a un paciente, cómo se le escucha, simplemente recortan en lo esencial, en lo que hace daño a los enfermos.
Siguen recortando en la educación, cuando el estado de nuestros centros educativos ya es precario. Recortan la investigación y la cultura, los presupuestos de bibliotecas, las universidades.
Y mientras aumenta la contaminación por encima de todos los niveles exigidos para una salud mínima y no hay dinero para nada, siguen construyendo carreteras innecesarias, cortan árboles a mansalva para empezar obras que se detienen por falta de dinero, destruyen patrimonio arquitectónico y verde, destruyen el paisaje y la memoria.
No se deciden a cerrar las centrales nucleares y nos exponen a unos peligros inconmensurables aun sabiendo que se ha contaminado el pescado de todo el mundo (Fukushima), mientras la agricultura de Europa ya es radiactiva en un 41% según los expertos desde Chernobyl.
Pero héte aquí que surge un movimiento de indignados, que rápidamente conecta con la indignación solidaria de otros lugares del mundo. Es un movimiento ante el cual los partidos y sindicatos de siempre no tienen nada qué decir. La mayoría enmudecen. Otros intentan apropiarse de algo hipócrita y oportunistamente, como Iniciativa, que sólo en campaña parece sensible a esas inquietudes, mientras que el resto del tiempo apoya políticas derechistas, antisociales y antiverdes o enmudece y mira a otro lado. También se callan muchos intelectuales considerados de izquierda. Y gran parte del mundo cultural. Los indignados no son sólo jóvenes sin acceso al mercado de trabajo, sin oportunidades, son también gente de todas las edades, gente que ha perdido su casa por no pagar una hipoteca y se ve obligada a seguir pagando eternamente al Banco, por ejemplo, una injusticia que sólo se perpetra aquí, apoyada por un partido que se autodenomina socialista. Pensionistas obligados a sobrevivir con una pensión vergonzante y precaria. Parados sin paro. Profesionales que ya no llegan a fin de mes. Gente que está harta de ver cómo el mundo se vuelve más y más injusto sin que nadie la defienda.
En ese caso, lo de menos es si hay o no un discurso elaborado. Que no haya un programa muy definido, unos líderes. Que tenga una estructura espontánea y asamblearia. Lo importante, según mi punto de vista, es que su indignación es legítima. Y que algo puede empezar a moverse. Aunque sea difícil.
El viejo mundo se defenderá con uñas y dientes, como ya hemos visto. Lo demuestra la brutalidad policial en ese desalojo tan irregular de los acampados en la plaça Catalunya de Barcelona, la violencia exagerada de los mossos de esquadra, comandados por el autoritario y antidemocrático Felip Puig, que muestra así su estilo por si alguien lo había olvidado, una carga completamente desproporcionada contra jóvenes y viejos inermes y vulnerables que protestaban pacíficamente (además de la sustracción de sus ordenadores y de las cuarenta mil firmas recogidas como apoyo), una actuación contra la que han protestado Jueces para la Democracia, así como el Col·legi d'Advocats, la Federación de Asociaciones de Vecinos, etc., así como voces de personalidades diversas.
Pero la historia tiene modos insospechados y el movimiento de los indignados podría ser tal vez el principio de algo grande.
Aquí, Manuel Castells habla al público de ese ágora. Y aquí, la Otra Bel ha puesto las palabras de Eduardo Galeano.

Arcadi Oliveres

martes, mayo 10, 2011