Foto: I.N. Cabra en la corniche de l'Ardeche, 2008
Corren rumores terribles. Dicen que en octubre la crisis en este país será brutal, que caerán los bancos, que el Banco de España no podrá responder ante todos, que todas las entidades financieras han pringado con el ladrillo y los que no, sufrirán la morosidad generalizada. Dicen que si se supera esa crisis en octubre, habrá otra aún más fuerte en primavera. Yo no sé si esos rumores son realistas o alarmistas. No tengo forma de saberlo, excepto preguntar a los que saben. ¿Pero a quién creer?
Que España será uno de los países más afectados por la crisis ya se dice todos los días en los periódicos. Y era de esperar, lo sabíamos todos. Lo sabíamos cuando gobernaba el PP y basó toda la inversión en el ladrillo y el turismo barato. Lo sabíamos cuando el PSOE subió al poder y en vez de cumplir lo prometido, se apuntó al mismo carro (ni siquiera corrigió la política fiscal derechista del PP, que favorecía sólo a las grandes fortunas, ni cambió la proporción de inversión en investigación y en gasto militar). Lo sabemos ahora que siguen proponiendo medidas para paliar la crisis. ¿Qué se les ocurre? Invertir más en las inmobiliarias, que es lo que nos ha llevado al hoyo y lo que ha destruido el paisaje y el medio ambiente. Hablan de contener los salarios, pero NADA, ni una sola medida para contener los precios. Al contrario, nos avisan que van a subir más. Nada para corregir la injusticia de que los agricultores estén en la asfixia económica mientras los ciudadanos pagamos más por las verduras y frutas que en Francia, Italia o Alemania, pero cobrando sueldos menores.
Ante la crisis, que las grandes fortunas y las grandes empresas no pierdan, que los bancos ganen más, que las inmobiliarias no cierren: ésa es la política del PSOE. Que la gran mayoría de ciudadanos se apriete más y más el cinturón. ¿Pero cómo? Que coman comida basura, porque la llamada dieta mediterránea quedará lejos de su alcance. La incompetencia absoluta, unida a una política heredera de la del PP, salvo en las puras formas.
Y al mismo tiempo, pienso en lo que decía mi amiga ayer. Que en esos momentos de crisis económica suelen avanzar los derechismos más brutales, ¿y cómo protegerse, con Sarkozy, Merkel, Brown, Berlusconi en Europa, por no hablar de los americanos ni de Putin? De Obama, si no supiéramos, sólo con su agenda de viaje a Israel quedaría todo claro: de 14 horas, sólo 1 con el presidente palestino, y "apoyo total" al gobierno de Israel. Esto no se arregla.