El artículo de La Vanguardia y más abajo, mi Carta de réplica (¡el proceso no ha durado 5 años, sino unos meses!; lástima que los periodistas no preguntasen, aunque eso nos da opción a matizar otras cosas, si nos publican la carta...)
La voluntad popular salva un árbol poético
El azufaifo –ginjoler en catalán– que crece en el patio de la finca número 7-9 de la calle Arimón, en el barrio de Sant Gervasi, no podrá ser cortado. La comisión de Sostenibilidad, Servicios Municipales y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Barcelona aprobó por unanimidad el pasado miércoles incluir este ejemplar en el catálogo de “árboles de interés local” de la ciudad.
A la hora de argumentar los motivos que sustentan esta decisión, la segunda teniente de alcalde, Imma Mayol, manifestó que se trata de asegurar su protección dadas las “características peculiares de belleza, rareza y antigüedad” del árbol. Para conseguir este propósito, el Ayuntamiento tiene la obligación de notificar su propuesta al propietario de la finca.
El desenlace de esta historia se produce cinco años después de que un grupo de vecinos, encabezado por Isabel Núñez, alertara sobre la desaparición de este azufaifo, pese a ser el árbol predilecto del entonces alcalde de Barcelona, Joan Clos. La última manifestación en su favor (el del gingoler) fue una lectura de poemas, en la plaza Joaquim Folguera, frente al mercado de Sant Gervasi de Barcelona, el pasado 16 de septiembre. Leyeron poemas propios, entre otros, Dante Bertini, Francesc Parcerisas y Enric Casassas.
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Sr. Director
Siempre es de agradecer que se hagan eco de las noticias ciudadanas, en este caso se trata del azufaifo (ginjoler) de la calle Arimón, salvado gracias a la iniciativa de unos vecinos, como ustedes bien dicen en la sección Vivir de La Vanguardia de hoy, domingo 9 de diciembre. Ahora bien, este proceso no empezó hace 5 años, como ustedes dicen, sino en mayo de 2007, cuando derribaron la casa y descubrimos que iban a talar un árbol bicentenario, el ejemplar más importante de azufaifo documentado en Europa, ahora ya catalogado.
Sin embargo, el ayuntamiento aún está negociando con el promotor que adquirió la finca, y nos preocupa que si construyen en esa parcela, se altere la zona radicular del árbol (la tierra se compacta con el cemento y las raíces son extensas; el azufaifo, árbol sostenible por excelencia, resiste la sequía extendiendo mucho y muy profundo sus raíces), y muera al cabo de poco tiempo, como ha ocurrido con tantos árboles centenarios en este país. En Europa, la protección de un árbol de esa envergadura exigiría no construir a 500 metros de distancia.
Atentamente,
Isabel Núñez
6 comentarios:
He leido el articulo en La Vanguardia y lo primero que me ha pasado por la cabeza es "collons como pasa el temps, ja fa cinc anys".
Pero de todas formas es bueno que salga en la prensa, aún con estos errores, siempre ayudará a la concienciación vecinal.
Medio año convertido en cinco!
Sí, es bueno que salga, también para nuestros interlocutores en el ayuntamiento.
a mi me ha dado cierta "esgarrifor" los saltos o distancia entre esta pequeña noticia y la realidad, me ha hecho pensar en esos saltos y esa distancia en la avalancha de sobre-información que sufrimos. De todos modos, también contenta de que hayan sacado la noticia, buena señal!
felicitats
Marea un poco... La letra impresa desafiando la realidad...
Els periodistes son la pera.
Inventen molt, massa.
I si per a qualsevol cosa et posen el dit a l'ull, has begut oli. No hi ha major indefensió que davant els atacs de la premsa.
C'est la vie... Van tan de pressa... Però els necessitem!
A la revista Las nubes, Enrique Lynch diu "No hay que hacer caso de los periodistas". S'ha de llegir tot amb molts interrogants
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