Otra vez he tenido que pasar la rabia humillante de los aeropuertos, sólo que en esta ocasión, he "logrado" a mi pesar un récord. Si a la ida mis botas no pitaban, a la vuelta, en el aeropuerto de Luxemburgo, todo pitaba. Me he fijado que todos pitábamos, nadie pasaba directamente, luego habían puesto la máquina a un umbral muy sensible. Eso le servía al menos a la agente femenina para disfrutar con su trabajo.
Yo me he ofrecido a quitarme las botas, pero eso no le gustaba. ¡A lo mejor así me habría librado de ella!
No, no, después de recorrerme con el aparato, ha pasado a las manos y bueno, yo nunca había sufrido algo así, ni siquiera en la época en que volvía de países sospechosos de drogas, yo era joven de aspecto hippie y me acompañaba alguien aún más sospechoso.Oh no. Me ha manoseado a su gusto y minuciosamente, de arriba abajo, dos veces por delante y otras dos por detrás. Yo me estaba mordiendo los labios y pensando en mantras para no decirle algo como "Did you enjoy it? Vous faites votre travail avec plaisir!" o cualquier cosa por el estilo, pensando: Más vale no implicarte o aún te retendrán y te harán perder el avión. No he podido evitar, cuando al fin me ha dejado en paz con un curioso "Thank you", decirle: "This is disgusting!" y mirarla con asco, y añadir, como siempre hago, que dejan pasar a los terroristas del plutonio mientras a los demás nos hacen pasar por eso. Pero ella ya había pasado a la siguiente víctima. ¡Qué bien lo pasaba! Habían suspendido varios vuelos por la niebla y el pequeño aeropuerto estaba de bote en bote, rodeado de nieve.
Esa policía tiene maneras nazis. Oh ya sé que no nos mandan al crematorio, no nos matan, no nos golpean (a menos que nos confundan con alguien; eso es peor), pero nos tratan de una manera indecente; para ellos, todos somos culpables. Mientras tanto, los traficantes de armas no tienen ningún problema para cruzar las fronteras, ni se ha detenido a ningún terrorista en esos controles.
Estoy pensando en la posibilidad de hacer otra queja, otra denuncia a alguna instancia europea. Ya sé que es inútil, pero al menos quedará constancia!
¿Qué está pasando con el mundo? Mientras los africanos se mueren en pateras intentando llegar aquí para buscar trabajo, la frontera terrestre con Francia está sin vigilancia durante largas horas del día, y las bandas rusas y rumanas o albanesas entran armadas hasta los dientes. Mientras los traficantes de armas cargan sus aviones a África, los mismos que vuelven llenos de percas, sin que nadie los detenga o los asesinos de Litvinenko pasan tranquilamente contaminando de plutonio dos aviones y a sus pasajeros de Moscú a Londres, los demás sufridos ciudadanos tenemos que sufrir que nos vean desnudos por una cámara (en Londres o en USA) y que nos soben a gusto del o la policía de turno. Y la gente callada, resistiéndolo todo. Hasta el inteligente y crítico electorado francés ha llevado al poder a un arrogante derechista capaz de acabar con la oposición de "izquierda" y de distraerles con asuntos del corazón mientras gobierna a su gusto y les hace pagar sus lujos asiáticos en hoteles de 1.500 euros la noche. Le Monde protesta, eso sí, en eso hay diferencia con nuestros periódicos, tan sumisos.
9 comentarios:
Parece ser que entre libertad y seguridad la gente opta mayoritariamente por la seguridad, o al menos esto es lo que quieren hacernos creer. Nos han vendido la peli -y por cierto muy bien- que para estar más seguros tenemos que ceder en una parte de nuestra libertad, la gente mayoritariamente ha aceptado.
Hace poco el diputado en Parlamento Europeo por CiU, Guardans Cambó presento una petición para que se eliminasen en lo posible los excesivos controles aereos, desde entonces no se sabe nada al respecto.
Otro tema es el mayor o menor disfrute que hacen los cacheadores oficiales, hace un par de años el Presidente del Barça, Joan Laporta acabo en calzoncillos después de sufrir una humillación por parte de un segurata -en este caso el cacheador no era ni Guardia Civil-. El segurata se ensaño con el, hasta que el Presi perdio los papeles y se saco los pantalones.
Lo malo es que estamos expuestos a las ganas de los cacheadores, ellos suben o bajan a discreción la sensibilidad de las alarmas, va en función de si te quieren manosear o no.
Vaya, lo siento, que mal rato. A mi me ponen de los nervios los controles pero nunca han llegado a ese extremo.
Sí, yo linké un artículo de Guardans en este o el otro blog. Y la historia del presidente del Barça me la ha contado hoy el taxista que me ha llevado a casa desde el aeropuerto. Estamos de acuerdo, Civisliberum.
Bueno, más que nada es la rabia, no me ha pasado nada, pero está claro que ellos usan el sistema para sus placeres gratis
Hace millón de años, en el 89, iba yo recorriendo europa con unos veintipocos años, y en la frontera entre italia y francia, un gendarme me hizo bajar del autobus, me cacheo a placer, me revisó el bolso y me sacó todo del macuto. Cuando llegó a una caja de tampax, me hizo abrirla y me preguntó ¿qué es esto? a lo que respondí chupachups pero enseguidita me arrepentí de mi respuesta porque me quiso llevar adentro del puestecillo que tenían. El chofer del autobús habló con el gendarme en cuestión (enviado del cielo) y a regañadientes me dejó marchar. Tengo varias historias encantadoras en fronteras y aduanas (en Ezeiza un empleado tuvo una peleita conmigo por un tema de ciudadanía y pasaportes y terminó dando un puñetazo a mi ex) y hace unos años en sydney, me quitaron la leche en polvo de un biberón de mi hija y me confiscaron una cuchara de metal (que usaba para hacer los biberones) además de someterme a un tercer grado (tenía yo visa temporal en ese entonces pero mi hija es australiana). Todo depende del humor de estas gentes. El problema es que no decimos no. NO quiero que me toques, NO quiero que me revises el bolso. Dejame en paz. No me filmes. No me vigiles. No me preguntes más!
Tienes razón pero decir que no in situ sólo te sirve para pasar un mal rato con ellos porque Europa ha abdicado de hacer política y ha puesto a la policía y sus métodos en lugar de medidas políticas. Es la poli´cía sin fronteras. Hay que protestar al ombudsman (ayer le escribí) europeo, llenar su mesa de quejas, hay que quejarse en las instancias internacionales, hay que crear problemas y ser tenaz con las instituciones. Enfrentarse a los brutos es una manera pero raras veces sirve, aunque yo no la niego... Pero supone pasar más rato con ellos y francamente...
Con la policía yo siempre me quejo y muestro indignación. No comprendo a los que sonríen y se someten al juego como a una gincana o a un rito normal. No es normal, es nazi
Un día, en el nombre de la seguridad, pusieron cámaras en los cajeros y en las calle, y ya ni nos preocupa que tomen películas mientras caminamos, hablamos, fumamos. Hormiguitas en el hormiguero. Miles de rollos de gente bien vestida, gente mal vestida, morenos, rubios, pelirrojos. Y categorizan en posibles e improbables. Separan los morenos de pelo rizado (como dijo un guardia jurado cuando le preguntaron por un sospechoso en el atentado de Oklahoma city, "moreno, con pelo rizado, lo vi un momento pero definitivamente no era americano"), de aquellos con blondas cabelleras, los nativos de los no nativos, los Adolfo Domínguez y los cualquiercosa. Y nos controlan la documentación, y las tarjetas de crédito informan al detalle de que, cuanto, cuando, y donde compramos, y venden nuestras direcciones de correo. Escaners de dedo y ojo. Historia crediticia. Donde fue usted hace dos veranos? Por que fue cinco veces seguidas allí?. En el día a día me olvido de esta vida orweliana sometida a una constante vigilancia. Pero ahí está el ojo que todo lo ve. Para cuando alguien necesite la información. Todo en pos de la seguridad.
En efecto, Cielos, es como dices, aunque yo he caído enferma por otras razones y casi no puedo ni contestar! Lo peor es pensar a quién beneficia todo eso: no a los ciudadanos: nunca nos han salvado de nada, ni del plutonio ni de Madrid el 11M, ni de nada, todo lo contrario.
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