Foto: Francesc (La Taula), Festa del Ginjoler, 2007
Iinvitada por Carme Valls, he ido a ver a Bronagh Hinn, que hablaba en un ciclo organizado por CpC. La primera cosa sorprendente es descubrir el papel tan decisivo que ha jugado su organización de mujeres en el proceso de paz en Irlanda, y cómo nuestros medios de comunicación han ocultado esa realidad. Por ejemplo, esa organización (que trabajaba con mujeres de todos los partidos), la única que llevó mujeres a las negociaciones, fue también la única que mantuvo la necesidad de seguir negociando con el Sinn Feinn en los momentos de ruptura del alto al fuego, la única que incorporó a las víctimas, la que logró crear la red de escucha, diálogo y entendimiento necesarios para el acuerdo de Good Friday de 1998... Decía que las mujeres, que han sufrido y sufren históricamente la exclusión, son el mejor colectivo para lograr justamente inclusión. También ha contado anécdotas interesantes y ha dicho que a las mujeres les cuesta menos decir de algo "no lo sé, no lo conozco, lo dudo.." que a los hombres políticos, que les cuesta menos matizar su opinión para dar cabida a la argumentación del otro.
Le he comentado que aquí, las víctimas han resultado hasta ahora fácilmente manipulables para un discurso de venganza y antidiálogo, y ella me ha dicho que allí también ha habido víctimas manipuladas por todos los partidos y que se oponían al proceso de paz, pero ha habido víctimas que han defendido el diálogo con energía.
Una de las cosas interesantes que ha dicho, de cómo su organización actual, DemocraShe, orientada a la democracia con participación de mujeres y que incluye formar a mujeres para la participación política, trabajan para destruir viejos hábitos de la política y lograr que los políticos sirvan a (trabajen para) los ciudadanos.
Es un punto clave aquí. En mi experiencia con la batalla del azufaifo, he comprobado inevitablemente que en este país, los políticos no recuerdan que son empleados nuestros, que nosotros les pagamos, que no sólo tenemos derecho a votar y a mantenerles o echarles de sus puestos, sino que eso implica escucharnos y que esa escucha podría mejorar su gestión, no sólo desde un punto de vista inocente, sino que a veces podemos darles ventajas, permitirles ganar popularidad o votos sin perder tanto. Porque sin duda, corrupción aparte, un político municipal sin un proyecto de ciudad muy claro está perdido frente a las presiones brutales del mercado, de los promotores, que sí tienen un modelo claro: enriquecerse a cualquier precio. Los ciudadanos que se quejan, que piden o exigen podrían contribuir a orientar su actuación, al menos a veces. Pero nuestros políticos, además de la tentación del mercado, son analfabetos en democracia. Sólo esa ignorancia explica la arrogancia y el desdén con que nos han tratado.
Cuando descubrieron que no podían ahuyentarnos como se espanta a una mosca, que salíamos en la televisión y los periódicos, nos recibieron con sonrisas. Pero las sonrisas se helaron pronto. Cuando nos quejamos ante la nueva joven regidora, Sara Jaurrieta, de que no nos habían informado de nada, a pesar de las 1.000 firmas de vecinos que nos apoyaban, dijo: Amb mi, això no us passarà. Pues bien, ha vuelto a pasar. En vano hemos esperado información alguna sobre el proyecto de construcción que tienen previsto frente a nuestro árbol y que acabará con él si no lo impedimos. Sus costumbres vienen del franquismo. Como también la costumbre de pasividad de los ciudadanos.
Algunos vecinos tampoco soportan que logremos algo con las reivindicaciones, tal vez porque rompe sus esquemas pesimistas de que nada se puede cambiar. El presidente de una asociación del barrio, cuando le llamé pidiéndole ayuda para conseguir en la Festa del Ginjoler la electricidad que el Ayuntamiento nos negaba, me dijo que no me colgaba el teléfono porque antes le habían llamado de la Associació de Veïns, pero que nuestra actitud le parecía equivocada, ¿cómo nos atrevíamos dos personas físicas a pedir permiso para hacer una fiesta en la calle? No le extrañaba que el Distrito nos la negara, ¿no sabía yo que a ellos les daban toda la electricidad que querían? Yo no daba crédito a mis oídos. Luego me dijeron que ese señor desaprueba toda reivindicación que no tenga intereses pecuniarios. Vivir para ver.
Y ahora me retiro porque, mientras escuchaba a esa irlandesa activista y positiva me había olvidado de mi gripe del avión, pero cuando ha empezado una intervención masculina, he notado que empezaba a tener fiebre. Y ahora me parece como si fuese a derrumbarme.
Plus tard...
He sabido que Cristina Peri Rossi ha sido despedida de Catalunya Ràdio por hablar en castellano. Es el mundo al revés. Esta gente que ahora nos gobierna no distingue entre quienes siempre han apoyado la lengua y las reivindicaciones del país. Para adherirse a ella contra esa medida arbitraria, pinchar aquí. Es un indicio más de la confusión y la falta de criterio que reina en todos los aspectos. No es sólo la lengua y la cultura, es todo. Permiten construir hoteles espantosos y bloques de apartamentos que destruyen las calas en ses illles pero prohíben y cierran el único chiringuito de cañizo y madera donde ofrecían comida digna a precio razonable. Nos quitan la terraza de un café agradable en una placita solitaria y tiran todas las torres del barrio para construir bloques grises sin ventanas, que necesitarán mucha luz artificial y aire acondicionado. Persiguen a los fumadores mientras alientan la contaminación en la calle, la construcción, los pesticidas agrícolas, etc. Nos someten a controles humillantes en los aeropuertos, pero dejan circular libremente al que lleva plutonio. Frente al conflicto del País Vasco, en lugar de buscar el entendimiento con todas las fuerzas, de intentar recuperar a los simpatizantes de los etarras, a los familiares de presos, a las víctimas con capacidad racional, en lugar de buscar la paz como sea y con obstinación, todos prefieren esa política declarativa de venganza (mientras por detrás negocian o mientras olvidan que negociaron). Algunos dirán que me lío, pero creo que todo forma parte de lo mismo: esa torcedura de las cosas, esa arbitrariedad, esa cultura de las mentiras.
7 comentarios:
Desde la barreras, desde tierras lejanas, observaba esta batalla (bien ganada por cierto y la bautice como la “Batalla por la vida de un Azufaifo”), (Azufaifo es “Ennaab” en árabe), un árbol noble, fuerte, leal, agradecido, con frutos de una dulzura característica (algo, que parece, que los humanos no entienden)… Observaba yo, una batalla más por la vida, una batalla más por el derecho… una batalla más por “la sensación que son mi toma de tierra”… una batalla más por el criterio, la posición y la existencia… y una batalla por una “Comandante Nuñez” pacifica, dialéctica, civilizada y con nobles sentimientos…
Mis felicitaciones Princesa Defensora de los “que no tienen voz”, pero nos hablan con las hojas, las flores y los frutos… nos dan el ejemplo con sus raíces y sus sombras, de cómo amar lo nuestro y protegerlo…
Un abrazo inmenso como el océano…
Gracias, Aleksander... Qué extraño que la palabra árabe sea tan distinta, ya que nuestra palabra para definir ese árbol -azufaifo- es de origen árabe... será que los árabes de Al Andalus se alejaron en su lemgua y ya no compartimos la misma raíz para ese término... Ennaab es bonito... Es el árbol del confín, ¿verdad? Me dijeron que según el Corán, más allá del azufaifo sólo está dios...
Es una palabra no solamente utilizada en el idioma no literario, sino también literariamente. Me acuerdo de una estrofa de una poesía, en la cual el poeta describe a su amada (amor prohibido, jajajaja), en una parte dice: “y mordió el azufaifo (la fruta) con el granizo…” refiriéndose a su dientes y la parte de las yemas de los dedos de su mano…
Es un árbol de gran historia en el mundo árabe como clima un poco difícil para los árboles (y ya parece ser que para todo es difícil, jajaja)… es como el cerezo que es también de gran valor…
Al lado del monte Hermón, en el pueblo de mis padres hay azufaifos, y para mí era el árbol que unía dos características: es el único árbol que no podíamos trepar para tener sus frutos, por lo tanto era el placer de niños de tirar piedras, recoger los frutos, pelear con el dueño, y llegaba el castigo en la noche, la dulzura del fruto durante el día y la tristeza del castigo en la noche… no podíamos borrar la huellas del delito…jajaja…
Un abrazo para ti…
Oh vaya, gracias, me encanta esa historia de azufaifos en la infancia... y saber que allí son importantes, aunque encierren dificultades
Gracias a ti por el recuerdo que he sacado de la mochila que cargo en la diáspora… era llena de anhelos y sueños… y lo que quedó son recuerdos…
Oh, yo creí que vivías aún en tierra de azufaifos...
Vivo con el recuerdo de la infancia, con sus pocos ratos dulces… vivo aquellas primaveras imborrables… ahora ya me encuentro desde hace 16 años en otra parte del mundo… en el país que me vio nacer… al cual le debo muchas cosas de mi vida, aun que no me hallo en él… es mi amado país también que es Colombia…
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