Foto: I.N., Ciprés en Madrid, 2009
Un artículo de Francesc Arroyo confirma justamente mi argumentación hace unas horas contra alguien que se autoconsidera un experto y pretende que la situación de Madrid en arbolado y espacios verdes no es mejor que en Barcelona. Salta a la vista que la situación de Barcelona es incomparablemente peor, en dotación, densidad de población, plazas duras, magnitud de los árboles, en falta de parques, en falta de inversión, falta de mantenimiento, falta de profesionalidad y cuidado, alejamiento de las normas europeas, etc. Por desgracia, pocos periodistas son capaces de observar lo que les rodea, utilizar su capacidad crítica, hacerse preguntas, escuchar a la ciudadanía y contar lo que ven como hace Francesc Arroyo. Aunque tengamos que enfrentarnos a las malas noticias, alivia que alguien no niegue la realidad ni esconda la cabeza debajo del ala para repetir las consignas municipales, con su falacia. O esas encuestas que afirman "al 38% de los encuestados no les preocupa la suerte del arbolado en la Diagonal. Quieren un paseo verde" (supongo que se referían a pintura...
La ciudad no alcanza el mínimo que recomienda la Organización Mundial de la Salud
FRANCESC ARROYO - Barcelona - 24/10/2009
Sin contar Collserola, la media de zona verde por habitante en Barcelona es más bien escasa: 6,57 metros cuadrados.
Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que la cantidad ideal es de 15 metros cuadrados por habitante. Barcelona sólo supera esa cifra si contabiliza como zona verde urbana la sierra de Collserola, con lo que se alcanzan los 17,71 metros por habitante, siempre según los datos del área de Parques y Jardines del propio Ayuntamiento.
Frenazo a la conversión de Collserola en parque
La ciudad (sin contar Collserola) no es una excepción: se halla en la media de otras ciudades españolas como Bilbao, Málaga, Valencia y A Coruña. Las capitales españolas mejor dotadas de zona verde, siempre con referencia a la recomendación de la OMS, son Vitoria (20,8 metros cuadrados por habitante), Logroño (18,3), Pamplona (16,9), Madrid (15,9) y, en el mismo límite, Santander (14,9 metros cuadrados de media por habitante).
Montse Rivero, responsable municipal de Parques y Jardines, cree que la ciudad de Barcelona no se halla mal dotada respecto a zonas verdes porque, en su opinión, la sierra también es parte de la ciudad. Rivero insiste en destacar los esfuerzos del Consistorio para ir ganando dotaciones de zona verde donde se puede, lo que no deja de presentar dificultades.
Si el análisis se hace por distritos, el resultado es demoledor: Sólo tres superan la cifra recomendada por la OMS. Los otros siete quedan por debajo.
Los tres que disponen de más zona verde por habitante son los que lindan con la sierra que limita la ciudad por el interior: Sarrià-Sant Gervasi, Horta-Guinardó y Nou Barris. No obstante, Les Corts, que también dispone de no pocos metros cuadrados integrados en el futuro parque natural de Collserola (406.000 metros cuadrados, para ser exactos) queda cerca de los parámetros de la OMS pero sin alcanzar los mínimos recomendados. La media del distrito es de 13,76 metros cuadrados por habitante, aunque bajaría a 8,90 metros cuadrados si no se tuviera en cuenta la zona no estrictamente urbana. Y eso que este distrito se beneficia, desde hace cinco años, de haber ganado 35.000 metros cuadrados de zona verde: el espacio que ocupan las vías del Trambaix, recalificadas por el municipio porque tienen césped. "No toda zona verde tiene que ser espacio de juego", explicó un dirigente de Parques y Jardines.
El caso más llamativo, por abajo, es el distrito del Eixample: tiene casi 10 veces menos verde del que recomienda la Organización Mundial de la Salud: 1,9 metros cuadrados por habitante. El Eixample es una zona urbana sin apenas parques y jardines y con muy pocas plazas, por lo que el verde casi sólo se da en patios interiores de manzana, el arbolado callejero y algunas zonas ajardinadas públicas o privadas.
El distrito mejor dotado y el único que supera la media recomendada por la OMS, sin contar los que limitan con Collserola, es el de Sants-Montjuïc (16,48 metros cuadrados por habitante), que se beneficia de la presencia de la montaña que le da parte del nombre. No es una montaña con grandes extensiones boscosas, pero sí configura un pulmón para la zona, con la ventaja añadida de que es muy utilizada por la ciudadanía.
En un sentido similar, Ciutat Vella tiene la ventaja de disponer del parque de la Ciutadella. Sin esta pastilla verde en el corazón del distrito, el núcleo antiguo de Barcelona caería a porcentajes similares a los del Eixample. El segundo distrito con menos verde es el de Gràcia (3,20 metros cuadrados por habitante) seguido del de Sant Andreu (3,77 metros cuadrados).
En el otro extremo se sitúan los distritos colindantes del futuro parque natural. Nou Barris, a pesar de su densidad, dispone de una media de 17,19 metros cuadrados por ciudadano, aunque se queda en 6,76 metros, casi en la media barcelonesa, si se descuenta el verde de las estribaciones de la sierra de Collserola. Horta-Guinardó es un caso diferente, ya que parte del entramado urbano de este barrio se halla ocupando colinas. Si contar el espacio del parque, su media es de 7,15 metros cuadrados, que se eleva hasta los 31,77 metros, al contabilizar la parte de la sierra que le corresponde. El caso más extremo es el de Sarrià-Sant Gervasi. Sin Collserola el distrito se sitúa casi en la media barcelonesa (6,61 metros, Sarriá; 6,57 metros cuadrados, el conjunto de Barcelona). Pero cuando se añade el metraje de la sierra la cifra se dispara hasta los 88,66 metros cuadrados.
4 comentarios:
Los desmanes de Parcs i Jardins son continuos. Hace quince días estuve paseando por un camino escondido de Collcerola detrás de Vallvidrera y estaba cubierto con una gruesa grava de color gris, supongo que para que los ciclistas puedan circular más comodamente, no sé, no veo otro sentido.
Al llegar la impresión era de que habían asfaltado el camino y una vez "pisándolo" la imagen y sensación era cochambrosa: ¡al menos podrían haber colocado una grava del mismo color que la tierra!.
Mencionar además que previamente habían "arreglado" los contornos del camino y dejado los restos de piedras y tierra en los laterales, cosa que estoy convencido ahí quedará. El destrozo es digno de auténticos delincuentes.
Un amigo que vive en Vallvidrera en un lugar que hace poco estaba rodeado de bosque me contaba el otro día cómo ´había visto talar y talar sin poder remediarlo. "No lo reconocerías", me dijo. "Cuando veo lo que pasa allí entiendo lo que está pasando en toda la ciudad"
Estaba pensando hoy en algo demasiado obvio, tanto que parece una ingenuidad. Tal ingenuidad ya no sé de donde emana, si de mi mismo (en realidad no lo creo), de la impotencia de la ciudadanía, o del delirio de los responsables administrativos. Después que va quedando claro como ha funcionado la política de este país desde el final del franquismo, una pura continuación de las complicidades entre ciertos empresarios y el poder, pregunto: ¿cómo se puede considerar la opinión de un personaje como Ramón Folch sobre el arbolado y espacios verdes urbanos, siendo que es su propia empresa la que explota la reconversión y sale beneficiada económicamente de ella?. Además de inmoral, ¿no resulta una absoluta gilipollez, digna de una sociedad atontada, que se siga obviando esa relación entre intereses privados y públicos?.
Tienes toda la razón, Eph. Por eso a veces tenemos que viajar, cada dos o tres meses, para confirmar en las demás ciudades europeas, que no estamos locos, que no hemos soñado, que es lógico ser crítico, que es lógico vivir sin basura en el suelo, con parques y árboles respetados, bien plantados y protegidos pro las leyes de gentuza interesada y espuria, de supuestos expertos con intereses económicos, defendidos por tantos otros...
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