lunes, diciembre 31, 2007

En este país

Foto: I. N. Tocar los árboles. Luxemburgo, 2007
No hay remedio.
Ayer leí que quieren destruir -también- la estación de Figueres. Contra la voluntad de los vecinos. Se niegan (un tripartit como el de Barcelona) a soterrar las vías (como propuso ERC, para hacerse con los votos ecologistas, tal vez) conservando la estación, porque quieren (¡PSC y ICV! Esa es nuestra perversa izquierda verde) construir más, arrasar la plaza y el paseo de gruesos plátanos, con troncos de un diámetro inimaginable en Barcelona. Tal vez intentan que en Barcelona haya más árboles talando y arrasando los lugares donde aún se puede respirar.
Aquí no se respira, ni llueve, pero a nuestra perversa izquierda le da igual. Sólo importa la construcción.
Cuando negociábamos para la Plaça del Ginjoler nos dijeron: Esa plaza les saldría muy cara a los ciudadanos. Pero cada mes que pasa el dinero que les cuesta a los ciudadanos se multiplica y sin embargo, el ayuntamiento no parece tener prisa en ofrecer nada a ese propietario, subsanando el error municipal de haberle concedido esa licencia de derribo con un informe falso (constaba que había una "moixera" y no un ginjoler). Nos sale cara la contaminación (en Sant Gervasi se respira mal, sólo humo de coches y polvo de obras, un barrio que había sido verde y fresco), el ruido, la sequía. ¿Pero qué les importa eso a nuestros políticos?
Yo vengo de Luxemburgo, donde la cuarta parte de la ciudad es verde y verde de verdad. Los parques y las plazas parecen bosques. Y el bosque... Cada casa tiene delante un árbol importante, no un palitroque, como aquí (con suerte). Los alcorques son inmensos, y la estación sigue siendo la misma del XIX. Lo decía Civisliberum el otro día comparando el Midi con el Levante nuestro. Cómo sería este país si la avaricia sin escrúpulos y las excavadoras no lo arrasaran todo. Y eso cuando todos los expertos han afirmado una y otra vez que España sufrirá en especial los efectos del cambio climático.
El PSOE ofrece plantar un árbol por cada ciudadano en cuatro años. Y mientras, dejan que se carguen todos los que hay. Proponen derribar edificios en la costa... pero permiten que se sigan construyendo. Por no hablar de CIU y del PP, naturalmente, grandes taladores y arrasadores. Pero si esto es la izquierda... Où sont passés les ouvriers? decía un programa en Arte TV Où est passée la gauche? diría yo. "CCOO no es un sindicato de izquierda", declaró hace poco una de sus líderes. "Es sólo un sindicato". No hace falta que lo diga dos veces. Les hemos visto defender a los funcionarios de la cárcel que torturaban a los presos. O tempora, o mores.

domingo, diciembre 30, 2007

En el AVUI, acaban el año hablando del azufaifo

Foto: I.N, Place R. Brasseur, Luxemburgo, 2007
En la sección "La notícia del lector" del AVUI, en la página 35, (localizado gracias a Civisliberum) dice...
Un pas més per a la salvació del ginjoler. I abans que acabi l’any... una bona notícia. Després de mesos seguint la lluita veïnal que va engegar la Isabel Núñez per salvar el ginjoler del carrer Arimon, l’Ajuntament de Barcelona ha aprovat aquest mes la catalogació del ginjoler com a arbre d’interès local. L’enderroc d’una torre al carrer Arimon cantonada amb Berlinès va fer témer els veïns pel futur del ginjoler situat a l’aleshores pati interior de la finca.
L’Ajuntament havia comunicat abans de l’estiu passat al diari AVUI la seva intenció de traslladar el ginjoler. Els veïns i els experts s’hi oposaven. L’arbre corria perill de mort amb un canvi d’ubicació. La incorporació d’aquest arbre en el catàleg n’assegura la protecció. Però la satisfacció no és completa. El problema ara és la futura construcció d’un edifici al costat de l’arbre.
El AVUI ya se había hecho eco de la catalogación. De hecho, fue uno de los primeros medios escritos que recogió nuestra batalla para preservar el azufaifo de la calle Arimón, después de El País. Ahora, al repasar las noticias del año, selecciona nuestro logro como una de las noticias ciudadanas del año.

miércoles, diciembre 26, 2007

Policía sin fronteras

Otra vez he tenido que pasar la rabia humillante de los aeropuertos, sólo que en esta ocasión, he "logrado" a mi pesar un récord. Si a la ida mis botas no pitaban, a la vuelta, en el aeropuerto de Luxemburgo, todo pitaba. Me he fijado que todos pitábamos, nadie pasaba directamente, luego habían puesto la máquina a un umbral muy sensible. Eso le servía al menos a la agente femenina para disfrutar con su trabajo.
Yo me he ofrecido a quitarme las botas, pero eso no le gustaba. ¡A lo mejor así me habría librado de ella!
No, no, después de recorrerme con el aparato, ha pasado a las manos y bueno, yo nunca había sufrido algo así, ni siquiera en la época en que volvía de países sospechosos de drogas, yo era joven de aspecto hippie y me acompañaba alguien aún más sospechoso.Oh no. Me ha manoseado a su gusto y minuciosamente, de arriba abajo, dos veces por delante y otras dos por detrás. Yo me estaba mordiendo los labios y pensando en mantras para no decirle algo como "Did you enjoy it? Vous faites votre travail avec plaisir!" o cualquier cosa por el estilo, pensando: Más vale no implicarte o aún te retendrán y te harán perder el avión. No he podido evitar, cuando al fin me ha dejado en paz con un curioso "Thank you", decirle: "This is disgusting!" y mirarla con asco, y añadir, como siempre hago, que dejan pasar a los terroristas del plutonio mientras a los demás nos hacen pasar por eso. Pero ella ya había pasado a la siguiente víctima. ¡Qué bien lo pasaba! Habían suspendido varios vuelos por la niebla y el pequeño aeropuerto estaba de bote en bote, rodeado de nieve.
Esa policía tiene maneras nazis. Oh ya sé que no nos mandan al crematorio, no nos matan, no nos golpean (a menos que nos confundan con alguien; eso es peor), pero nos tratan de una manera indecente; para ellos, todos somos culpables. Mientras tanto, los traficantes de armas no tienen ningún problema para cruzar las fronteras, ni se ha detenido a ningún terrorista en esos controles.
Estoy pensando en la posibilidad de hacer otra queja, otra denuncia a alguna instancia europea. Ya sé que es inútil, pero al menos quedará constancia!
¿Qué está pasando con el mundo? Mientras los africanos se mueren en pateras intentando llegar aquí para buscar trabajo, la frontera terrestre con Francia está sin vigilancia durante largas horas del día, y las bandas rusas y rumanas o albanesas entran armadas hasta los dientes. Mientras los traficantes de armas cargan sus aviones a África, los mismos que vuelven llenos de percas, sin que nadie los detenga o los asesinos de Litvinenko pasan tranquilamente contaminando de plutonio dos aviones y a sus pasajeros de Moscú a Londres, los demás sufridos ciudadanos tenemos que sufrir que nos vean desnudos por una cámara (en Londres o en USA) y que nos soben a gusto del o la policía de turno. Y la gente callada, resistiéndolo todo. Hasta el inteligente y crítico electorado francés ha llevado al poder a un arrogante derechista capaz de acabar con la oposición de "izquierda" y de distraerles con asuntos del corazón mientras gobierna a su gusto y les hace pagar sus lujos asiáticos en hoteles de 1.500 euros la noche. Le Monde protesta, eso sí, en eso hay diferencia con nuestros periódicos, tan sumisos.

martes, diciembre 18, 2007

Ruido

Ilustración: Caspar David Friedrich, Carretera cerca de Krippen, 1813
He recibido respuesta del Ajuntament de Barcelona a mi queja sobre el ruido de los helicópteros. Me parece increíble e injusto que los dos únicos días de silencio semanales que nos quedaban, sin grúas (aunque algunos sábados por la mañana siguen trabajando), tráfico, sirenas ensordecedoras y decibelios sin límite que ninguna ciudad europea tolera (¡¡¡Barcelona es única: NO hay limitación de decibelios para los ruidos de obras!!!!), los sábados y domingos, que antes eran la bendición y el descanso de los ciudadanos sensibles al ruido , se conviertan en jornadas ruidosas gracias a los helicópteros que pasean a los turistas por la ciudad y que por alguna razón misteriosa permanecen dando vueltas durante intervalos largos, y se unen a los helicópteros policiales desplazados por manifestaciones y vigilancia. Soy consciente de que en España, hay mucha gente que ni siquiera se da cuenta del estruendo y procura más bien contribuir a esa celebración del ruido, y otros sufren en silencio, como ciudadanos herederos de 40 años de franquismo, y no saben que en otras ciudades de Europa, por ejemplo, ambulancias y bomberos no alcanzan ese volumen taladrador, ni los camiones de basura, ni los camiones de limpieza municipal, etc. La respuesta dice así:
En referència a la seva petició I05592452N-01 amb data 27/11/2007
Benvolguda Senyora,
Ens dirigim (sic) a vostè en relació a la seva comunicació
L'Ajuntament té coneixement de les molèsties que provoquen els vols de les diverses companyies d'helicòpters sobre la ciutat. S'estan estudiant detalladament les zones on es produeixen més molèsties per poder quantificar l'impacte acústic i garantir el compliment de l'Ordenança en matèria de contaminació acústica amb les administracions implicades (Ministerio de Fomento i Generalitat de Catalunya).
Tal i com se li ha comunicat (sic) en altres ocasions, l'Ajuntament no té les competències en matèria de legislació ni és qui dóna les autoritzacions. En aquest cas, aquesta funció recau sobre el Ministerio de Fomento, a través de la Dirección general de Aviación Civil (D.G.A.C.). Traspassem la seva queixa al departament de Ports, Aeroports i Costes de la Generalitat de Catalunya perquè facin els tràmits pertinents.
Així mateix volem agrair-li la seva comunicació. la participació dels ciutadans és molt important per millorar els serveis municipals i la convivència a la ciutat.
Esperem que a curt termini es pugui arribar a una solució adequada.
Cordialment,
Medi Ambient.

domingo, diciembre 09, 2007

En La Vanguardia, el azufaifo

Edward Munch, Die Eiche (El roble), 1903
El artículo de La Vanguardia y más abajo, mi Carta de réplica (¡el proceso no ha durado 5 años, sino unos meses!; lástima que los periodistas no preguntasen, aunque eso nos da opción a matizar otras cosas, si nos publican la carta...)
La voluntad popular salva un árbol poético
El azufaifo –ginjoler en catalán– que crece en el patio de la finca número 7-9 de la calle Arimón, en el barrio de Sant Gervasi, no podrá ser cortado. La comisión de Sostenibilidad, Servicios Municipales y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Barcelona aprobó por unanimidad el pasado miércoles incluir este ejemplar en el catálogo de “árboles de interés local” de la ciudad.
A la hora de argumentar los motivos que sustentan esta decisión, la segunda teniente de alcalde, Imma Mayol, manifestó que se trata de asegurar su protección dadas las “características peculiares de belleza, rareza y antigüedad” del árbol. Para conseguir este propósito, el Ayuntamiento tiene la obligación de notificar su propuesta al propietario de la finca.
El desenlace de esta historia se produce cinco años después de que un grupo de vecinos, encabezado por Isabel Núñez, alertara sobre la desaparición de este azufaifo, pese a ser el árbol predilecto del entonces alcalde de Barcelona, Joan Clos. La última manifestación en su favor (el del gingoler) fue una lectura de poemas, en la plaza Joaquim Folguera, frente al mercado de Sant Gervasi de Barcelona, el pasado 16 de septiembre. Leyeron poemas propios, entre otros, Dante Bertini, Francesc Parcerisas y Enric Casassas.
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Sr. Director
Siempre es de agradecer que se hagan eco de las noticias ciudadanas, en este caso se trata del azufaifo (ginjoler) de la calle Arimón, salvado gracias a la iniciativa de unos vecinos, como ustedes bien dicen en la sección Vivir de La Vanguardia de hoy, domingo 9 de diciembre. Ahora bien, este proceso no empezó hace 5 años, como ustedes dicen, sino en mayo de 2007, cuando derribaron la casa y descubrimos que iban a talar un árbol bicentenario, el ejemplar más importante de azufaifo documentado en Europa, ahora ya catalogado. Sin embargo, el ayuntamiento aún está negociando con el promotor que adquirió la finca, y nos preocupa que si construyen en esa parcela, se altere la zona radicular del árbol (la tierra se compacta con el cemento y las raíces son extensas; el azufaifo, árbol sostenible por excelencia, resiste la sequía extendiendo mucho y muy profundo sus raíces), y muera al cabo de poco tiempo, como ha ocurrido con tantos árboles centenarios en este país. En Europa, la protección de un árbol de esa envergadura exigiría no construir a 500 metros de distancia.
Atentamente,
Isabel Núñez

sábado, diciembre 08, 2007

¿De qué nos sirve que BCN sea la ciutat del disseny?

Foto: Andrea Resmini, Gato cruzando, 2006
Al volver de Cadaqués, me sorprenden las luces navideñas, de una estética completamente pueblerina y obsoleta, que afean las calles: Balmes, Muntaner (Mandri siempre un poco más discreto, aunque este año se han excedido en el color) y le dan a la ciudad un aire tercermundista, o mejor dicho, que devuelven a aquella estética franquista de villancico mal cantado y obscena fealdad.
Siempre me pregunto de qué nos sirve que Barcelona sea o crea ser "la ciutat del disseny". Si uno pasea por Berlín, por París, por Londres, por Milán, casi por cualquier ciudad alemana o francesa, verá que los rótulos de las tiendas y bares en las calles, las estaciones de metro, cualquier señalización está mejor diseñada, es más agradable a la vista y fácil de leer, todo se mueve en una cierta coherencia, mientras que en Barcelona, los rótulos gigantescos de la fealdad lo invaden todo, edificios históricos de mayor o menor importancia, sin contención de tamaño, sin encajar con estructura alguna, ensuciándolo todo. ¿De qué nos sirve tener tantos diseñadores gráficos e industriales con prestigio si lo que nos rodea no sólo no mejora sino que abunda en lo mismo y se multiplica?
Las nuevas estaciones de los Ferrocarrils de la Generalitat son de una fealdad desalmada y mezquina, al olor hediondo de cloacas se suma un material gris frío y brillantemente hortera. Tal vez ninguno de los responsables han estado nunca en el aeropuerto de Frankfurt, por ejemplo, donde supieron combinar el gris y el naranja con materiales dignos (banquetas de bar con asientos de cuero gris, hipercómodas), de forma que todo parezca neutro pero humano, es decir, diseño al servicio del usuario, lugares cómodos y relajantes, como las sillas de metacrilato colgantes que en el aeropuerto de Munich permiten dormitar o leer en suspensión (y donde siempre se sienta Elfriede Jelinek). O el buen diseño industrial inteligente y humano de los países nórdicos, donde la comodidad, la simplicidad, la belleza no parecen estar reñidas. No digo que "fuera" todo sea buena qrquitectura, preservación y buen diseño. Al fin y al cabo, las palabras gentrification y disneyfication son anglosajonas. Pero diría que la furia constructora no destruye tanto como aquí y que la rotulación y señalización y el packaging generalizados denotan una mayor cultura. Y es lógico, al fin y al cabo, si aquí nadie lee ni reflexiona, ¿cómo iba a ser de otra manera?
En Barcelona, siguen talando árboles centenarios y permitiendo que cualquier fealdad invada y estropee la belleza indiscutible de la ciudad de siempre, la belleza histórica.
Los sobres de correos son de pesadilla (mientras que los franceses y americanos son maravillosos), por no hablar de los sellos, la mayoría del packaging en los supermercados es espantoso (salvo algunos paquetes extranjeros aún no adaptados al mal gusto español), incluso las obras de arquitectos que en otros lugares del mundo proyectan edificios impecables y respetuosos con su entorno (Herzog y De Meuron, qué decepción verlos aquí), aquí parecen demostrar su lado oscuro. No lo digo yo, lo saben muchos: el cliente institucional de aquí no es exigente ni tiene las ideas claras, ni tal vez el presupuesto para acabar las cosas bien, o bien pierde parte de ese presupuesto en intermediarios y honorarios excesivos, y al final, un proyecto que podría haber sido bueno se convierte en une gaffe. Y mientras tanto tiran todo lo posible, desaparecen edificios dignos y construidos con mejores materiales, y son sustituidos por esa nueva arquitectura mediocre de la que se enorgullece en su folleto Núñez y Navarro, por poner un ejemplo, arquitectura como la que vemos en la web de Supportis. Todo es Arquitectura y lágrimas, como en aquel libro (agotado, que nadie reedita). O esos locales incómodos, fríos, llenos de ruido ensordecedor (es decir, mal insonorizados), sin ganchos para colgar el bolso, con lavabos donde uno no puede salir o entrar sin tocar el váter o hacerse daño con la puerta, grifos donde el agua sigue corriendo al acabar, en tiempos de escasez, luz excesiva y desfavorecedora, barras demasiado altas, banquetas o sillas antiergonómicas, lugares expuestos que impiden ninguna intimidad, mesas apretujadas que obligan a una promiscua intimidad con los desconocidos no siempre agradables (eso también pasa en París, todo hay que decirlo, aunque los desconocidos no me resulten siempre tan desagradables allí, tal vez gracias a la lengua o la cultura), y donde eso sí, predomina un "aspecto de diseño" que nada tiene que ver con el oficio. Por no hablar de todos los recipientes que cada vez cuesta más abrir, algunos peligrosos, como los botes de lejía, sobres excesivos con papel no reciclado, ascensores que vuelven automáticamente a planta gastando energía superflua, lugares mal señalizados que obligan a dar vueltas a los viajeros y recién llegados, esas postales grandes, mazacotas y brillantes que han sustituido a las bonitas pequeñas postales de siempre, las cajas de cerillas (¡La golondrina, Tres estrellas! Eran preciosas, son triste y obscenamente feas) y un larguísimo etcétera. Todavía no han comprendido que diseñar no significa "parecer" sino adaptarse a las necesidades del objeto, el usuario, el entorno, la sostenibilidad y también buscar una cierta armonía.
¿Por qué es tan difícil, en una ciudad donde no quedan apenas calles sin locales comerciales (pese a todo, en París o Londres se puede aún pasear por calles sin ningún rótulo comercial, a solas con los pensamientos o la conversación y la piedra de los muros, y es un alivio), encontrar un bar agradable donde reunirse sin sentirse agredido por el ruido y la fealdad?
¿No podrían nuestros flamantes y prestigiosos diseñadores mejorar esa fealdad que nos rodea? ¿O es que nadie les escucha? ¿O acaso los responsables de la fealdad son más y más poderosos? Algunos vamos buscando rincones de belleza donde refugiarnos, pintando de negro las cajas de cerillas, comprando productos por la etiqueta anticuada, guardando todo lo viejo... Y no crean que hago laudatio temporis actii. Ni que reniego de todo. Aunque el tema no me produzca las emociones que suscita por estos lares, conozco algunos diseñadores que han hecho un buen trabajo silencioso. Incluso en mi familia hay alguna buena diseñadora, justamente laureada. A mí me gustaba la modernidad, y aunque no me sienta d'eixe món, simpatizo con la reflexión del arte contemporáneo, escribo y leo ahora, no creo que haya que imitar ni disimular el paso del tiempo, pero creo que hay que valorar mejor antes de despreciar y destruir, entender por qué las cosas se hacían de una u otra manera, que hay que preservar y procurar que la innovación valga la pena. Es más, creo que no habría que restaurar con esa ligereza, que convierte un barrio antes bonito (y genuino), como era Sarrià, en otro Poble Espanyol, otro lugar disneyficado y falso... Ni hacer libros de letras ilegibles o colores que dificultan la lectura, como hacen algunos diseñadores analfabetos.
Y es que, mal que nos pese, esta ciudad, que ha sido tan bonita, lo es menos cada día que pasa. Por eso yo necesito salir de aquí periódica, cíclicamente, viajar a ciudades donde (a pesar de la gentrificación y la disneyficación globales) aún predomina la belleza.

jueves, diciembre 06, 2007

El ginjoler a l'AVUI

Foto: Pilar (?), Ginjoler de Fonz (Osca), 2007 (enviada per Xavier Argimon de Vilardaga)
El AVUI se ha hecho eco de la catalogación del azufaifo. Espero que los vecinos perdonen algún pequeño error de interpretación (yo no me veo como "líder del movimiento vecinal", sólo como la iniciadora de esta batalla. En cualquier caso, Isabel Lacruz ha tenido mucha más relación con los vecinos que yo).
AVUI. Montse Capella
La declaració d'arbre d'interès local, un pas més per salvar el ginjoler del carrer Arimon
Després que els veïns impedissin el trasllat de l'arbre a un altra zona de Barcelona i la seva més que probable extinció, la comissió de medi ambient de l'Ajuntament ha aprovat la catalogació del ginjoler d'interès local. La lluita veïnal que va engegar Isabel Núñez abans de l'estiu per salvar el ginjoler del carrer Arimon ha tingut un èxit quasi total. Després que els veïns impedissin el trasllat de l'arbre a un altra zona de Barcelona i la seva més que probable extinció, la comissió de medi ambient i sostenibilitat de l'Ajuntament de Barcelona ha aprovat la catalogació del ginjoler com a arbre d'interès local.
"Estem contents en part. Aquesta decisió confirma que en aquest país si defenses el que creus que és just acabes tenint algun resultat"
La incorporació d'aquest arbre en el catàleg assegura la seva protecció. Però la satisfacció no és completa entre els veïns que han lluitat per la supervivència d'aquest pulmó verd del barri. El problema ara és la futura construcció d'un edifici al costat de l'arbre.
L'enderroc d'una torre al carrer Arimon cantonada amb Berlinès va fer témer els veïns pel futur del ginjoler situat a l'aleshores pati interior de la finca. L'Ajuntament havia comunicat abans de l'estiu passat al diari AVUI la seva intenció de traslladar el ginjoler. Els veïns i els experts s'hi oposaven. L'arbre corria perill de mort amb un canvi d'ubicació.
La pressió dels veïns, associacions i intel·lectuals ha fet reaccionar l'Ajuntament, que ha acabat per incorporar l'arbre al catàleg. "Estem contents en part. Aquesta decisió confirma que en aquest país si defenses el que creus que és just acabes tenint algun resultat", comenta Núñez. Un cop catalogat, "ara falta impedir la construcció d'un edifici per garantir la seva conservació".
Si l'arbre no queda rodejat per una plaça, podria morir
Els veïns volen aturar el projecte d'edifici al costat del ginjoler i estan decidits a lluitar per una plaça de terra al voltant del ginjoler. Segons els experts consultats pels veïns del ginjoler, el ciment de l'edifici projectat podria compactar la terra i l'arbre moriria. Per assegurar la seva supervivència, els veïns demanen respectar la zona radicular, la zona de terra per on s'estenen les arrels, i demanen a l'Ajuntament que a la parcel·la on s'ha d'aixecar l'edifici s'hi faci una plaça.
Però les negociacions entre el propietari i l'Ajuntament no apunten cap a aquesta direcció. "L'Ajuntament ens ha dit que la construcció d'una plaça sortiria massa cara", explica Núñez. Quasi descartada l'opció de plaça, el consistori té en compte diverses possibilitats: pactar amb el propietari la construcció d'un pati interior de l'edifici o tirar a terra una altra torre per compensar-lo. Cap de les propostes convenç els veïns.
Aquesta informació ha estat elaborada gràcies a la col·laboració d'Isabel Núñez, líder del moviment veïnal.

domingo, diciembre 02, 2007

El azufaifo, catalogado!!!!

Foto: ? Red Woods, California
Sólo una breve entrada a vuelapluma (o teclado ligero) para registrar aquí la noticia: el azufaifo, el famoso ginjoler del carrer Arimon, ¡ha sido catalogado!
Ocurrió en el plenario del Ajuntament de Barcelona, el pasado viernes 30 de noviembre, si la memoria no me falla. Tuve noticias de la reunión previa del miércoles. Me comentó uno de los presentes que todo el mundo en ese ámbito ha oído hablar del Ginjoler.
Aunque aún no tenemos la Placeta del Ginjoler, y nos preocupa la extensión de protección de sus raíces, todo esto es una noticia para celebrar, Con esta catalogación culmina la primera fase de la batalla. Gracias a todos los que habéis participado.

sábado, diciembre 01, 2007

Más sobre la medicalización y adormecimiento huyxleyano de la sociedad

Medusa de Caravaggio
Entrevista a Mariano Pérez Álvarez, psicólogo clínico, publicada en La Vanguardia el 29 de noviembre
"Inventan enfermedades para comercializar fármacos"
IMA SANCHÍS - 29/11/2007
Tengo 55 años. Nací en Oviedo, donde soy catedrático y profesor de Psicología de la Personalidad, Evaluación y Tratamientos en la universidad. Soltero y sin hijos. Me interesan las políticas con alta sensibilidad social. Soy ateo, pero partidario del catolicismo civil
¿Los trastornos mentales se inventan?
Sí. Según el Manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales, en los últimos 50 años, sobre todo a partir de los 80, dichos trastornos han crecidoun 200%.
¿A qué se debe?
Al marketing farmacéutico, a la promoción de medicamentos a costa de definir supuestas enfermedades. Problemas de la vida que no eran relevantes, o que las personas entendían y trataban sin calificarlos de enfermedad, fueron capitalizados por la industria farmacéutica para comercializar fármacos.
¿Por ejemplo?
La fobia social responde a una estrategia de convertir la timidez, una manera de ser, en una categoría diagnóstica que ahora se asume como una enfermedad con base biológica. Lo mismo ocurre con el trastorno de pánico. ¿Temor súbito ante una situación? Sí; en realidad es una derivación de los aspectos somáticos de la ansiedad. Es decir, que lo han desgranado de una categoría más amplia para comercializar un fármaco. ... Si resulta útil. Un ataque de pánico responde a circunstancias personales de la vida que tienen que ver con tu pasado, con tu presente y con la perspectiva de futuro en la que estás situado. Si lo descontextualizamos, convirtiéndolo en una categoría con supuesta base biológica, lo dejamos a merced de una medicación que, en el mejor de los casos, es sintomática, es decir, que no cura, sólo rebaja los síntomas.
¿Me está diciendo que todo es una cuestión de dinero?
Sí, pero eso es algo públicamente conocido, no descubro ninguna mano negra; y eso es lo escandaloso, que no provoque escándalo. Trastornos como la depresión han alcanzado proporciones epidémicas, ¿por qué? Hasta los años 80 la depresión se consideraba un trastorno menor. El boom de la depresión está relacionado con la promoción del famoso Prozac, que, después de la aspirina, es uno de los medicamentos más consumidos. En el 2005, los más vendidos fueron los psicofármacos. Este fenómeno está relacionado con la medicalización de la vida cotidiana, es decir, convertir problemas consustanciales a la vida en síntoma y enfermedad, para luego ofrecer soluciones mágicas que convierten a la gente en consumidora. Está dentro de la misma tendencia que el consumo. De hecho, estas campañas se denominan técnicamente campañas de sensibilización a la población.
¿Como los charlatanes de feria?
Sí, pero ahora con toda la tecnología, sofisticación comercial y el enmarque de la investigación científica. Estábamos con la depresión. La gente ha aprendido a plantear los problemas de la vida - frustraciones, decepciones, dificultades en el trabajo, expectativas incumplidas…- como depresión, entendiéndola como un desequilibrio neuroquímico que se soluciona con fármacos.
Quizá nos cueste hacernos cargo de nosotros mismos.
Sí, es más cómodo atribuir nuestro malestar a cuestiones genéticas. Hay un estudio importantísimo de la OMS que demuestra que los trastornos psicóticos se superan en un 63% en los países en vías de desarrollo y, sin embargo, en el Primer Mundo sólo en un 37%.
Sorprendente. ...
Y paradójico. El problema es que aquí tratamos los trastornos psicóticos, la esquizofrenia por ejemplo, como enfermedades de base biológica únicamente remediables mediante la medicación, y no está nada claro que la esquizofrenia tenga una causa biológica establecida. Pero lo que sí está claro es que los trastornos psicóticos están relacionados con las circunstancias de la vida. Aquí, si tienes un brote psicótico, te llevan directo a urgencias y te ingresan. Así es, y trabajan los síntomas de acuerdo con el fármaco: si sigues oyendo voces, te dan un fármaco másfuerte. Es importante saber que la medicación antipsicótica es, en el mejor de los casos, sintomática, no actúa en la supuesta causa orgánica.
¿Qué hacen en el Tercer Mundo?
Como no tienen nuestros medios, la gente con estos síntomas no es segregada de la comunidad, no pasa a ser un enfermo que entra en una carrera psiquiátrica de hospitales, urgencias..., y se recupera antes que quien es atendido en el mejor centro de Londres.
¿Pero la esquizofrenia no es una enfermedad crónica?
Ya ve que en el Tercer Mundo hay una alta remisión. Habría que matizar, pero la propia medicalización de un fenómeno puede convertir el fenómeno en enfermedad.Con eso de que todo es genético nos están dejando muy indefensos. Es un fenómeno cultural de los últimos 20 años, porque no hay bases científicas sólidas que lo prueben. Los trastornos mentales tienen que ver más con la persona y sus circunstancias que con el cerebro. Además, los síntomas tienen un sentido, ocurren por algo, son significados a los que uno debe atender y no eliminar; eso es como matar al mensajero.
Menos fármacos y más filosofía de vida
Exacto. Y ahora las medicaciones que se aplican a los adultos se tratan de generalizar a los niños, y no hay estudios sobre los efectos secundarios. Es muy preocupante.

domingo, noviembre 25, 2007

Libélulas y centrales nucleares

Foto: Manel Soria, Libélula dorada, 2007
He ido a visitar las maravillosas libélulas doradas que Frikosal muestra en su blog como bailarinas cerniéndose sobre sus presas y me he encontrado con un interesante post sobre las centrales nucleares, donde nos avisa de que se prepara la consolidación de las centrales existentes y tal vez construcción de nuevas. El otro día en El País, una nota diminuta expresaba la petición de los ecologistas (en este país parece que apenas existan) al gobierno de que no se renueven para 2012 las licencias de Ascó y Vandellós, que ahora se presentan.
Frikosal explica mucho mejor de lo que yo podría hacerlo por qué una central nuclear nunca es segura, recuerda que los residuos son imposibles de eliminar y que no existe ninguna compañía aseguradora en España que acepte asumir el riesgo nuclear. Argumentación clara y definitiva y un link a un artículo experto de Marcel Coderch.
Tenemos que pensar si queremos dejar que sigan destruyendo el mundo que conocemos, de una forma irreversible, sólo para que unos cuantos multipliquen sus pingües beneficios.

jueves, noviembre 22, 2007

Zao Shu, el azufaifo

Foto: Linda Danz, Central Park, 2007
Hemos ido a Urbanismo, a ver a Ramon Garcia Bragado, cuarto teniente de alcalde de Urbanismo y regidor de Infraestructuras. De él (y del gerente de Urbanismo, Ramon Massaguer) dependen en gran medida las negociaciones con el promotor inmobiliario, que siguen en curso. Por el azufaifo, íbamos Isabel Lacruz Bassols, Borja de Querol, Ferran del Pozo y yo.
Hay que recordar que el promotor adquirió el solar y obtuvo la licencia de derribo de la casa basándose en un expediente con información no verídica, sustituyendo el azufaifo bicentenario, ejemplar más importante documentado en Europa por una especie común. La licencia de obras está paralizada y el proceso de catalogación del azufaifo ha seguido adelante y se abordará en el próximo plenario, del 29 de noviembre.
En la reunión se ha confirmado que la primera parte de la batalla está ganada, es decir, el azufaifo bicentenario de la calle Arimón será protegido: se quedará en su parcela. La amenaza de trasplante que habría significado su destrucción formal definitiva (bonsaicización por la poda drástica) y su muerte probable no se confirmará.
Falta la segunda parte de la batalla, es decir, la promesa de Imma Mayol por email y en el programa de Josep Cuní en TV3 de darnos la Plaça del Ginjoler, como propuso Oriol Bohigas apoyando nuestra iniciativa, y de que la parcela se convertiría en terreno municipal, no está conseguida. Y la construcción que se baraja en la parcela implica un peligro para el árbol.
Ramon Garcia Bragado nos ha dicho que la horquilla de posibilidades en la negociación iba desde La plaça del Ginjoler a la construcción de un edificio en la mitad inferior de la parcela. Nosotros hemos prometido hacerle llegar los informes expertos, según los cuales, construir en esa parcela, afectar la aireación y la protección de la zona radicular del azufaifo puede suponer su muerte. Si construyen parking, si entran máquinas en ese terreno, esa supuesta protección del árbol habrá sido inútil, y en pocos años habrá muerto, como ha ocurrido tantas veces en este país.
Para Urbanismo es una cuestión de dinero. Pero habría que hablar del coste para la salud de los ciudadanos y para su calidad de vida que supone este parque de grúas, de contaminación intensa y creciente, de polvo. La fuga de los pájaros. La desaparición del patrimonio arbóreo que caracterizaba a este barrio. La degradación de la ciudad por la invasión del cemento. La tala, el arboricidio que se produce en esta ciudad mientras ellos mantienen ese extraño cómputo de que Barcelona es la ciudad con mayor número de árboles de Europa. Se refieren a ramitas escuálidas que cuentan como árboles. Como dijo Xavier Argimon de Vilardaga, ingeniero técnico agrícola, el patrimonio arbóreo se mide por la calidad, no por la cantidad de árboles. En realidad, fue Porcioles quien inauguró esta tradición de la confusión, contando los árboles como espacios verdes. Se trata de contar con árboles de calidad. Cualquier ciudad de Europa está mejor dotada y protege más los árboles que Barcelona. Belgrado, Zurich, Londres, París... Yo veía ayer los árboles que filmé junto al Sena, en París, en mi entrevista balcánica. Me dicen que la diferencia, clima aparte, está en los alcorques inmensos que tienen esos árboles para extender sus raíces y crecer. En cuanto al clima, sepamos que Grecia, de clima mediterráneo, era un país lleno de bosques siglos atrás... y convertido casi en un desierto por la tala indiscriminada... rematada por los incendios. ¿Es posible que a nuestros políticos les sea indiferente haber tomado ese mismo camino?
Ayer firmé contra la explotación inmobiliaria del Tibidabo, que supone la destrucción del pulmón verde de la ciudad. A nuestros políticos no les parece importante preservar ese último núcleo.
Me dijeron que también los terrenos restantes del colegio Jesús María, el edificio, el barranco maravilloso de la Torre Castanyer que acogió a Machado en su camino del exilio, están también en peligro. Mirar alrededor, pasear por la ciudad es hacer inventario de la pérdida.
Volviendo al azufaifo, me gustaría haber recordado en esa reunión que concedernos esa plaza no sólo es un mal precedente que les obligaría a ceder en todos los casos, sino que podrían aprovecharlo como un ejemplo simbólico, una demostración de que reorientan su política urbanística, de que no siempre dejan que triunfe el cemento.
En las democracias, los ciudadanos tienen la obligación de reclamar sus derechos, de expresar su voluntad no sólo en las urnas, de pedir protección para el patrimonio que les rodea. Queremos poder respirar sin intoxicarnos (y los árboles son los únicos capaces de producir oxígeno y compensar la contaminación), queremos vivir con pájaros y no envueltos en grúas, queremos detener la especulación inmobiliaria que arrasa con la arquitectura humanista para construir feos bloques impersonales de pisos de falso lujo para ricos de mal gusto. No permitamos que la pasividad, heredada del franquismo, nos paralice. Excepto los que tienen intereses en la inmobiliaria y no ven más allá del dinero inmediato, sin pensar en la destrucción de nuestra ciudad, del paisaje, del clima y de la propia salud, a los demás nos interesa conseguir la Plaça del Ginjoler. Todos los científicos lo anuncian: España va a ser uno de los países más afectados por el cambio climático. Luchemos por los únicos elementos que pueden ayudarnos a combatirlo: los árboles centenarios.
Se trata de proteger al árbol más sostenible que existe, el que resiste las sequías con sus raíces largas y profundas, una de las especies más preparadas para resistir el cambio climático.
Frente a la desinformación e inexplicable hostilidad que nos dedicó el Distrito, en Urbanismo nos han escuchado con atención y Ramon Garcia Bragado y Ramon Massaguer se han comprometido a informarnos de la evolución del proceso. Nosotros seguiremos batallando e informando en nuestro speaker's corner particular, el racó del ginjoler.
Por cierto, el azufaifo, en chino se llama zao shu y en árabe, ennab

martes, noviembre 13, 2007

República, monarquía y desmemoria

Ilustración: Caravaggio, detalle de Judith y Holofernes
No comprendo por qué Carlos Fuentes se ha unido a los instigadores del mito de que el rey Juan Carlos apoyó la democracia en el 23 F. Tampoco comprendo que los que vivían en este país en aquel momento, entre los que me incluyo, y tenían uso de razón, no recuerden que el rey se sumió en el silencio, que tardó muchas horas en pronunciarse, y que sólo cuando estuvo claro que los golpistas habían sido derrotados, salió a defender la democracia. No lo he dicho sólo yo, lo dijo Norman Birnbaun en El País, aunque no puedo encontrar el link.
No simpatizo con Chávez ni con sus maneras, pero no tengo ningún motivo para creer que su acusación a ciertos empresarios españoles de colaborar con el golpe contra él sea incierta. Nada detuvo a una importante compañía telefónica que financió un golpe de Estado mucho más terrible y que sí tuvo éxito: el de Pinochet a Allende, con todos sus muertos, torturados, desaparecidos y la destrucción del país. No creo en la bondad de las grandes corporaciones ni en su respeto a la democracia. He sabido de las hazañas de Repsol y otros empresarios españoles en Argentina, en un documental muy necesario.
Tampoco me parece bien que el rey hiciera callarse a Chávez porque nadie ha elegido al rey, y en cambio Chávez ha sido elegido por la mayoría en su país, y mal que le pese al rey, debería respetarlo. En cambio, sí pareció correcta y medida la actitud de Zapatero.
No soy monárquica, sino republicana, y me parece injusto que no se haya celebrado un referéndum para decidir si queríamos monarquía o república. Heredamos esa institución del régimen franquista, y antes de eso, en este país habíamos echado a los borbones. Los americanos, que reparten reyes por todas partes, se encargaron de financiar la operación juancarlista. ¿Y de qué nos sirve la monarquía, excepto para gastar dinero a espuertas? Además, no es una monarquía transparente, ni controlada por el Parlamento, como en Reino Unido, ni con tradición y arraigo popular, y por una razón que desconozco, va unida a una censura injustificable en un país supuestamente democrático (pero con muchas maneras, desigualdades y privilegios heredados de la dictadura). Esa censura empieza a romperse tímidamente desde hace unos meses y que abre la vía al saludable y necesario debate, a la crítica.

jueves, noviembre 08, 2007

Contra la medicalización de la infancia

Otro poderoso mercado que en este país no se contiene ni regula suficientemente es el de los laboratorios farmacéuticos. Una fundación de psicoanalistas y profesionales de la salud mental ha lanzado la Plataforma contra la medicalización de la infancia, explicando los perjuicios terribles que los fármacos producen en los niños, ahora que se les administra Prozac, estimulantes anfetamínicos a los etiquetados "hiperactivos", etc.
Para paliar la angustia, en lugar de hablar, jugar, escuchar, interpretar, se intenta dormir y hacer callar a esos niños, aún al precio de dañarles para siempre. El otro día hablé de esto en mi otro blog.
Por suerte, aún quedan profesionales que luchan para detenerlo.
Luego nos "protegen" contra el tabaco, mientras nos exponen a la contaminación, el ruido, las sustancias tóxicas en la construcción y los fármacos, que sólo son drogas legales. Lo dijo Dante Bertini el otro día: algunos, en vez de médicos, tienen camellos legales. Esos médicos que aceptan las gratificaciones de los laboratorios. Esos políticos que dan entrada a medicamentos sin vigilar sus efectos ni encargar estudios independientes.
Hoy sólo quiero hacerme eco de esa Plataforma y aludir a un libro necesario, donde se explica que la clasificación de los trastornos mentales es artificial y se dirige al consumo de fármacos, es decir, se inventan trastornos o se etiquetan como tales los síntomas para comercializar fármacos. Y como triste demostración de que si nadie lo detiene, ese mercado avanza sin escrúpulos, en Estados Unidos acaban de autorizar el Prozac para niños.

De la fealdad: Spain is different

Foto: La torreta de La Rotonda, en Avinguda Tibidabo
Ayer, encartado con alguno de los periódicos, había un folleto de una de las constructoras que más daño hizo en Barcelona desde los años setenta (con un nombre que se parece ofensivamente al mío), que ahora ha comprado La Rotonda y se precia de restaurar el patrimonio arquitectónico de la ciudad, ese mismo que ha contribuido tanto a destruir, con la ayuda y el apoyo decidido de los ayuntamientos franquistas primero y democráticos después. Lo peor: los edificios que muestra como obras de las que deben enorgullecerse, en los distintos barrios, desde 9 Barris a Sant Gervasi, arquitectura fea, feísima, mediocre, barata, lo que en todos nuestros barrios sustituye a las bonitas casas históricas y edificios nobles, construidos con buenos materiales y otra idea del espacio y la habitabilidad, o a los espacios abiertos, descampados, pequeñas masías, antiguos y generosos edificios industriales de 1900, y los horizontes y pasillos de ventilación de la ciudad.
Al mismo tiempo que contemplo esa fealdad, veo en la francoalemana Arte Tv cómo en Maastricht y otros lugares de Europa adaptan antiguas iglesias abandonadas, que aquí habrían demolido y entregado a esa misma constructora o a otras, se convierten en restaurantes, estudios de artistas, oficinas, etc. Se dice que Europa abandona la cristiandad" (en Francia, sólo el 5% sigue yendo a la iglesia). La clave: no tocarlas apenas, sólo restaurar e iluminar para que pudieran ser recuperadas para el culto en cualquier momento. Los arquitectos e interioristas hablan de respeto, un concepto que al menos en Barcelona no existe. No es que a mí me guste esa desacralización comercial, en realidad, se trata del mismo mercado que avanza imparable, pero esos espacios se preservan en toda su belleza (es inevitable imaginar la escena de Jesús expulsando a los mercaderes del templo), y aquí sólo veo cómo todo (aún no las iglesias, tal vez todavía con feligreses) cae y cae bajo las excavadoras y a mi alrededor, en este campo de grúas, ya no quedan pájaros, ni árboles, ni casas bonitas. Sólo horror y mediocridad.
Ya sé que de pronto, en periodo preelectoral, empiezan a hablar de detener la construcción en la costa y en Ses Illes y la idea me produce un gran alivio, aunque llegue tan sospechosamente tarde y no afecte a todas partes. Yo veo las 400 casas que se están construyendo en Cadaqués, donde está claro que ni el alcantarillado ni el paisaje resisten, ese paisaje que incluso Dalí y los antiguos veraneantes de la vilipendiada gauche divine lograron preservar en los setenta y primeros ochenta. Toda la belleza y la historia nos es sustraída y convertida en fealdad por esos constructores, fabricantes de cemento y políticos que les apoyan. Veo lo que se destruye y construye en Barcelona, a mi alrededor. Y el pobre azufaifo, lo que ha costado y costará salvarlo, con esa férrea oposición que hemos encontrado en los políticos municipales, cuando en Europa nadie dudaría de que ese lugar debe convertirse en una pequeña plaza verde. Poderoso don dinero.
Dicen que Sarkozy, al preguntarle por qué se entendía tan bien con la izquierda europea, contestó: "¿Qué izquierda?" "Blair, Zapatero...", le dijo el periodista. "Eso es derecha", contestó el temible Sarkozy.
Por cierto, que para romper la pasividad de esta ciudad, que se deja destruir así como así, José Antonio Millán ha hecho una campaña muy interesante, que ya ha tenido eco en la necesaria sección de Francesc Arroyo de El País.

sábado, noviembre 03, 2007

El azufaifo en La Vanguardia

Foto: Isaias Fanlo, Detalle de la Festa del Ginjoler (con Lluís Maria Todó, Xavier Argimon y Guillermo Aguirre, entre el público).
En La Vanguardia de hoy, Ignasi Viladevall-Palaus advierte sobre el azufaifo.
El árbol de las raíces insondables
IGNASI VILADEVALL-PALAUS
Dios mío, qué árbol esconde la verja del solar de la calle Arimón! Aludo a su famoso ginjoler. Antes, cerca de las ciudades, su cultivo era muy habitual. Este azufaifo es un ejemplar sin equivalente, único en el mundo. En la última etapa de su vida ha soportado una cadena de peripecias. Dada su espectacularidad, merece un respeto. Su tronco, que viene a formar una copa redondeada, causa ya impresión: las ramas hacen alarde de una desenvoltura inmensa. Las raíces, que se extienden a buscar el agua a donde sea, no son visibles. Escapan a la observación a causa de su desarrollo subterráneo.
Las colosales raíces del azufaifo no pueden definirse propiamente. No sólo tienen un papel de fijación y anclaje en el suelo, sino que sirven para proveer al árbol de agua en épocas de sequía; así se basta a sí mismo. Sin ellas la fronda no destilaría amenidad, ni las flores respirarían preciosismo, ni de sus frutos, cuyo peso decanta el ramaje, saldrían confituras. No hallaría el modo de rehacer el hechizo de sus zigzagueantes ramas, ni de sorprender con la influencia de unas flores que son de lo más alentador. Su sencillez a veces resulta enigmática, y otras, conmovedora. Pero ningún árbol tiene un ramaje tan fino y espontáneo y envolvente como el suyo; parece irrefrenable su desarrollo. Este año el ginjoler mira entorno como diciendo: “¿Qué le pasa a la ciudad?” No sabe si podrá seguir enamorando a la vecindad; si llegada la primavera el brillante verdor de sus hojas volverá a desvanecerse entre las ramas. Incapaz de implorar socorro, ante él se abre un funesto porvenir. ¿Cómo puede ser ello posible si no ha hecho otra cosa en su vida que llenar sus humildes dominios de luz verde? No hay palabras para referir la ansiedad de un árbol. A escasos metros se levantará un edificio que puede afectar su sistema radicular.
Topar con las raíces implicará cortarlas, herirlas. No morirá de golpe, sino en pocos años. A menos que se realice un meticuloso seguimiento de las obras. ¿Es posible realizarlo? Claro. Construir no siempre equivale a destruir. Hay una arquitectura ávida de vincularse entrañablemente a la naturaleza, que ansía de algún modo coparticipar en la gestión de su conservación. Hoy en día se hacen cosas inimaginables. Así que terminamos como empezamos: contemplando un árbol de incontestable valor ornamental. Intocable desde todos los puntos de vista.
AZUFAIFO ‘Ziziphus jujuba’
Época de floración Abril-mayo.
Cuidados A pleno sol. Poco riego. No se
debe modificar el estado físico del suelo
en donde prospera.
Aplicaciones Verjas, huertos, parterres.
Desamparado
Sin un sondeo del subsuelo del solar, el ginjoler, hoy salvado, estará sentenciado. El sistema radicular de los árboles tiene bajo tierra un desarrollo semejante al del ramaje en el aire ¿Y no podría renovarse ese sistema radical, abriendo zanjas para intervenir? Si se operase a finales de invierno, en primavera se formarían raíces nuevas. Que los expertos se pronuncien; que nada esté por encima de ellos. ¿Por qué no fue seleccionado “arbre d'interès local”? Lugar especial ocupa el azufaifo del Palacete Albéniz (lleva el número 0138-03-98 de catálogo) sin reunir, ni de lejos, las mismas cualidades estéticas.

lunes, octubre 29, 2007

¿Qué esperamos de nuestros políticos?

Foto: Guillermo Aguirre, Gat d'un pati, 2007
Una amiga geógrafa urbana, más aficionada que yo a los sondeos me manda uno del Instituto Noxa para La Vanguardia que dice:
"Desciende el apoyo de los catalanes a la política de Zapatero hacia Catalunya.
La crisis del AVE no afecta electoralmente al PSC, que mejora sus expectativas."
Los sondeos hechos en este país siempre me sumen en una cierta perplejidad. No sé si la pura forma de preguntar y la falta de casillas para responder con propiedad es el condicionante. O si es que yo nunca comprenderé los misterios del electorado catalán, ni tampoco del español en general.
¿Qué creen los catalanes que teóricamente representa ese muestreo, es decir, la mayoría? ¿De verdad creen que nuestros políticos, es decir, el PSC y sus compañeros de viaje, no tienen responsabilidad por lo que está ocurriendo aquí? ¿Creerán también que son los magos de Oriente los que van a traernos el AVE?
Hoy he oído en la radio una descripción escalofriante del proceso de aceptación de un presupuesto (escaso) por la Administración para una obra importante, pasando por una cadena de subcontrataciones que acaba con trabajadores pagados miserablemente, sin condiciones de seguridad, sin que siquiera puedan comprender las instrucciones, puesto que son extranjeros, etcétera. Cada uno de los que subcontrata se saca una comisión. Y al final, el presupuesto real de la obra es tan insuficiente que si no se caen todos los túneles y los edificios será porque efectivamente existen los magos de Oriente y protegen a esos pobres catalanes ilusos, a quienes 26 años de mensaje victimista e irresponsable de CIU convencieron que la culpa de todo está siempre lejos, en Madrid, o como diría Lars Von Trier, en "el jefe de todo esto".
¿Qué espera entonces la gente -los catalanes del sondeo, que nos representan a todos- de sus políticos?
¿Es que nadie recuerda que nosotros les pagamos sus sueldos y dietas? ¿Acaso nadie sabe que un partido supuestamente de izquierdas debería estar del lado de los ciudadanos y no del mercado salvaje? ¿Acaso nadie sabe que cualquier partido debería defender la legalidad y detener esas irregularidades? ¿Que al recibir nuestro dinero contraen una obligación para con nosotros? ¿Que tienen la obligación de protegernos contra esos estafadores?
¿Y quién creen esos catalanes del sondeo, es decir, "nosotros", que debe corregir a los políticos?
¿Hasta qué punto tendrán que llegar esos abusos y malos tratos, esas grandes estafas, ese no funcionamiento de las infraestructuras y esos túneles que caen para que nos despertemos de nuestro sueño y dejamos de creer en los reyes magos? ¿Tendrán que caerse las casas de la gente y tendremos que morir asfixiados en el metro para que nuestro pobre electorado adormecido comprenda que todos los que gobiernan nos están estafando?
Más tarde...
No diré que no me he alegrado del plan que ha anunciado Cristina Narbona para recuperar el litoral, derribando edificios que han invadido el paisaje de la costa. Pero suena un tanto extraño que mientras se anuncia esto, no se detengan las numerosísimas obras pendientes en esa misma costa, por ejemplo, las 400 casas que se están construyendo en Cadaqués. Cada vez cuesta más creer en nada. Una vez, en un local religioso del Eixample, organizaban un cursillo titulado Tornar a creure, Volver a creer. Me parece que tendremos que hacer ese curso para creernos las declaraciones preelectorales de nuestros políticos.

miércoles, octubre 24, 2007

Un pequeño apunte sobre el cambio climático y nuestros políticos

Foto: Linda Danz, Central Park, 2007
Las declaraciones de Rajoy sobre el cambio climático son terribles, pero ellos pueden decir que son coherentes. El partido que nos gobierna declara exactamente lo contrario de lo que hace. Habla de sostenibilidad mientras da licencias para construir y construir, tala árboles urbanos y rurales, permite que sigan destrozando la línea de costa, crea muros de cemento que rompen los pasillos de ventilación natural de las ciudades, derrocha energía con iluminaciones excesivas, no protege el patrimonio arquitectónico, deja que se construyan edificios antisostenibles, sin ventanas, sin iluminación natural, que exigen un mayor consumo de energía, se niega a limitar el ruido que producen las obras. Permite que se destruya el verde de barrios enteros simplemente como castigo por no haberles votado. Se enfrenta a la voluntad de vecinos y asociaciones, como en Vallcarca, o en Esplugues de Llobregat, como en tantos otros lugares.
Y cuando los ciudadanos se deciden a dar la alarma porque se está destruyendo zonas verdes (y en Barcelona estamos muy por debajo de las recomendaciones de la OMS de porcentaje de zona verde por habitante), les desoyen y desprecian.
Siempre he pensado que, al menos, a los socialistas podríamos (y deberíamos) hacerles volver a la razón, recordarles que incumplen sistemáticamente sus programas y promesas (Con el PP y Convergència no hay nada que hacer, ya que simplemente desdeñan esas cuestiones). Pero resulta agotador. Sobre todo, porque nuestros políticos están acostumbrados a la pasividad de unos ciudadanos educados en el franquismo, y en lugar de mostrarse abiertos al diálogo y recordar que son empleados pagados por los electores, sólo muestran una arrogancia y un desprecio asombrosos, algo insólito en un país democrático. Lo peor es que alguna gente empieza a creer que vale más votar a la derecha. Lo peor es que nosotros, los ciudadanos, tenemos mucha culpa de que todo esto ocurra, ya que pocas veces nos decidimos a hacer nada. Y las instituciones nos reflejan. Me ha gustado leer cómo unos cuantos escritores regañaban al Defensor del Pueblo.
Habría que regañar también a la Organización de defensa del consumidor, que nunca ha hecho nada para protestar y contener los precios, como hacen en otros países, donde incluso organizan huelgas de consumo. ¿Para cuándo aquí un poco de osadía ciudadana?

martes, octubre 23, 2007

Todo al revés

Foto: Linda Danz, Olmo americano en Central Park, 2007
Supongo yo que nuestros políticos tendrán planeado irse a vivir al norte de Europa cuando acaben con estas ciudades nuestras, donde sólo quedarán esas ramitas escuchimizadas que ellos suman como árboles en su extraño cómputo.
En Esplugues proyectan acabar con lo que debía ser la entrada y la conexión de lo urbano con el parc de Collserola, construyendo un inmenso muro de cemento, rascacielos y viviendas de lujo. La flora y la fauna de Collserola se ven amenazadas, empeora el tráfico y ahuyentan a los vecinos hacia zonas todavía "más baratas", en esos procesos de gentrificación que nunca se acaban. Por otra parte, esos muros de cemento impiden la circulación del aire, esos pasillos de ventilación que una vez me contaba una arquitecta y urbanista que refrescaban las ciudades y que en València desaparecieron con la nueva marea de cemento. Ahora, hace falta mucho más aire acondicionado para soportar los veranos. Es decir, que mientras en el ámbito internacional, los arquitectos presentan proyectos donde la orientación y las condiciones naturales de los edificios promuevan la aireación natural, el aprovechamiento de la energía solar y reduzcan la necesidad de consumir calefacción y aire acondicionado, aquí se trabaja en dirección contraria. Obviamente, la gentrificación se produce en todo el mundo, sólo que en Europa y en el mundo anglosajón, se protegen los árboles y el patrimonio arbóreo. Aquí, no.
Copio algunos extractos de la revista contra el Pla Caufec:
Un pulmón metropolitano en peligro. Las asociaciones de vecinos en Esplugues llevan años intentando parar un plan llamado Caufec, que aumenta en un 780% la edificación permitida desde 1976. Directivos de Fecsa, junto con Sacresa (propiedad de la familia Sanahuja, famosa por la aluminosis del Turó de la Peira), Florentino Pérez son algunos de los socios. Hay dos contenciosos-administrativos y un recurso al Tribunal Supremo. Además, se enfrentan a un masover de 65 años, Pep de Can Oliveras, cuya familia lleva 150 años viviendo allí: dicen que Sacresa le ha cedido una casa, "en condiciones mafiosas".
Las AAVV se oponen al plan, cortan el tráfico, publican una revista, se encadenan... El Ayuntamiento ni les recibe, ni les escucha (las costumbres democráticas de este país). Según dicen, les han cacheado en los plenos, les arrancan los carteles, les multan, les detienen, etc.
La excusa para esa gigantesca urbanización es el soterramiento de las líneas eléctricas. 600 viviendas de lujo y alto standing, otro proyecto de "gentrificación" que ahuyenta a los vecinos del lugar. Edificios gigantescos (300 plantas en 34 edificios; 234.000m2, casi el 11% de la edificación de Esplugues), y sobre todo, la tala de toda la arboleda existente y la desaparición del pulmón metropolitano. La zona debía ser la entrada al Parc de Collserola, pero se convertirá en un muro de cementpo. Además, destruye el patrimonio arquitectónico: ya han derribado edificios que estaban catalogados en 1984 (Can Casas, Can Tomba, Cal Biel). El impacto ambiental sobre Collserola es importante, fauna y flora amenazadas.
El PSC sigue gobernando en Esplugues, en mayoría absoluta, pese a que en 1998, el alcalde ya dimitió, acusado de prevaricación en asuntos urbanísticos. La sentencia le inhabilitó para sus funciones durante 8 años.
Ya han empezado a talar árboles y van muy deprisa. Más información en http://www.noalplacaufec.net/

domingo, octubre 21, 2007

Pasqual Maragall, la memoria, lo que ocurrió aquí

Foto: I.N., Camino en Čortanovci, 2007.

La noticia de la enfermedad de Pasqual Maragall me produce tristeza. En el fondo, me gustaba la idea de verle ocupar algún cargo en alguna parte, leer sus opiniones de vez en cuando. Sé que no ha sido un político "convenient", como dicen los anglosajones. Yo nunca he votado a su partido. Pero seguramente es el último político culto y literario que hemos tenido en este pobre, zafio país, y que nunca tendremos.

Dicho esto, a aquellos que creen que exagero por mi maximalismo, a los que dicen que más vale pasar página o que Franco se ocupó de los pobres y que el comunismo fue peor, a los que vivieron el franquismo con placidez, a los que no han escuchado ni quieren escuchar testimonios como el de esa mujer en el cementerio de Pere Lachaise filmada por Heddy Honigmann, que se siente acogida en Francia y nunca volverá a España porque se moría de hambre, porque veía cómo ejecutaban camiones enteros de disidentes y cómo los curas disparaban el tiro de gracia. Lean la entrevista a Ramiro Pinilla de ayer en el Babelia. La copio aquí abajo
ENTREVISTA: Ramiro Pinilla "El franquismo contó con la posguerra para asesinar impunemente" ANDER LANDABURU 20/10/2007 Mientras prepara una obra policiaca sobre un inspector subyugado por la novela negra norteamericana, se reedita Antonio B. El Ruso, ciudadano de tercera, sobre la España de hambre y miseria. A sus 84 años, Ramiro Pinilla (Bilbao, 1923) sigue escribiendo con la ilusión de un principiante.
La razón fue la denuncia social. Por si algún español no sabía cómo era esa España
PREGUNTA. En Antonio B. El Ruso, ciudadano de tercera, se sale de Getxo, de los Verdes valles, de la represión franquista de La higuera, y se va a esa España, ruda, de hambre y de miseria, ¿cómo surge este libro?
RESPUESTA. Este libro en cierto modo es también memoria histórica. Es un recordatorio, pero no antifranquista, sino antiespañol. De esa "España eterna", como ha sido siempre para recuerdo de todos. ¿Cómo surge? Pues porque un amigo de Bilbao un día me llama y me dice: "Oye mira que hay un individuo que tiene una vida muy azarosa y que quiere que alguien se la escriba". Hablé con él. Se llamaba Antonio Bayo y me di cuenta de que procedía de un submundo miserable e injusto de la zona de las Cabreras en León. Y así empezó. Venía todos los días a mi casa de Getxo a contarme su historia. Para él un libro era una cosa sagrada, un libro nunca podría mentir. Durante un mes largo, al describirme toda su peripecia, me di cuenta de que aquello no podía ser inventado y menos por él, que no tenía ni pizca de imaginación pero sí una inmensa memoria.
P. ¿Quién era El Ruso?
R. Es producto de su época, conjuntamente de un lugar tremendo, donde tuvo la desgracia de nacer. Cuento una anécdota para que se vea qué lugar era ése, qué remota aldea dentro de esa España cutre y miserable. En cierta ocasión, corría el año 1944, en pleno franquismo, al gobernador de turno se le ocurrió hacer un viaje, digamos una especie de "safari" para ver cómo eran "sus" tierras. Fue hasta la Cabrera Baja. Llega con jeeps y con la Guardia Civil, aparcan en la aldea, y lo primero que hacen los habitantes del pueblo es acercarse con miedo a los vehículos para llevarles brazadas de hierba y de paja y depositarlos ante los morros de los jeeps. Aquella gente no solamente era pobre, es que no sabía nada del mundo, es que no había visto un coche en su vida.
P. En esa época hubo muchos miserables como El Ruso.
R. Lo que pasa es que El Ruso era un rebelde y desde niño empezó a robar. Con diez años una vez comulgó siete veces. Un día de comunión probó la ostia, le gustó, dio la vuelta y volvió una y otra vez, hasta en siete ocasiones, hasta que el cura se dio cuenta y lo sacó a patadas. Es decir, tenía hambre y quería comer, los demás se doblegaban, se resignaban, él no.
P. El hambre le convierte en personaje desequilibrado, osado y hasta valiente.
R. Él se rebela, él quiere comer, y que le dejen en paz. Lo que asombra es la acumulación interminable de las cosas que le ocurren. Lo que es impresionante es cuántas pruebas resiste, cuántas torturas, cuántas persecuciones. Es decir, capítulo por capítulo, son diez vidas. Le encierran en el cuartel de la Guardia Civil, en el trastero del juez, luego en cárceles y hasta en manicomios.
P. Sí, pero los que no comían también tenían miedo.
R. Los que no comían tenían un miedo terrible. Los que no robaban realmente se morían de hambre. Se morían de hambre o robaban mejor de otra forma. Antonio, de niño, eso lo veía, como veía cómo el cura del pueblo pagaba con un puñado de patatas a su madre por sus servicios sexuales. La suya fue una trayectoria que no podía acabar de otra forma.
P. ¿Por qué decide escribir la historia de Antonio, se sale del mundo literario de sus novelas, de la ficción? Es una excepción.
R. Sí. La escribí en 1972 pero se publicó en 1977. La razón fue la denuncia social. Por si alguien, algún español, no sabía cómo era esa España. Esa España de siglos pasados, con la que algunos se llenan la boca ahora, con un pueblo humillado, aplastado por las instituciones, la Iglesia, la policía, los jueces, el militarismo. Eso es lo que yo quería reflejar.
P. Denuncia social distinta de la de su último libro La higuera.
R. Sí, son dos niveles muy distintos, son dos denuncias. En La higuera denuncio los crímenes del franquismo. Los dos bandos hicieron barbaridades pero con la diferencia de que la República intentó contener éstas. El franquismo contó con la guerra y con diez o quince años de posguerra para asesinar impunemente, "legalmente", ésa es la diferencia. Entonces, La higuera es una denuncia, un recordatorio para generaciones que aún no se les ha contado qué ocurría cuando esta gente entraba en un pueblo y empezaba a matar, a asesinar, a "dar paseos" a todos los "rojos". Eso hoy apenas lo saben las jóvenes generaciones.
P. Dos formas de amnesia colectiva, de la memoria política y de la memoria social.
R. Que es más larga. Y que viene de atrás, porque hay muchos más años de hambre que de represión violenta, como la primera década del franquismo.
P. Y memoria literaria en Antonio B. El Ruso.
R. Es claro, porque aquí yo no interpreto nada. Me retiro y le dejo al otro que lo cuente. Es "el lenguaje invisible". Es la ausencia premeditada del escritor. El libro se explica por sí mismo, y el autor desaparece.
P. ¿Y por qué aceptar escribir esta historia?
R. Como una excepción, una originalidad, un cambio de registro y, sobre todo, una necesidad de denuncia.
P. ¿Cómo muere Antonio?
R. A los 45 años en Galicia en el pueblo de su segunda mujer. Riñe con la familia de ella, y en cierto momento Antonio esgrime una escopeta, va a buscar a alguien a una cuadra, ese alguien se defiende con un tridente y se lo clava. Le operaron del hígado, quedó mal y a los meses murió.
P. ¿Y su novela policiaca?
R. Se publicará dentro de un año. Es la historia de un inspector subyugado por la novela negra norteamericana y que a su vez escribe obras policiacas. Ha escrito más de doce y se las han devuelto todas. Descubre que él no tiene imaginación. Sin embargo, el recuerdo de un crimen pasado le transforma en investigador y empieza a hacer investigaciones, interrogatorios a sospechosos. Han pasado diez años del crimen, él lo retoma y el pueblo empieza a recordar de nuevo aquel asesinato.