domingo, febrero 10, 2008

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Foto: Ansel Adams
Tengo este blog urbano y político muy abandonado, y no es que no haya temas... Tal vez hay demasiados. De momento, y por mi falta de tiempo, sólo dos apuntes verdes rápidos.
En cuanto al falso pimentero del Pasaje Méndez Vigo, al que pretenden talar sólo porque está inclinado y podría caerse, me dicen unos expertos que la mayoría de ejemplares de esa especie crecen inclinados y que podría arreglarse con una reestructuración drástica de la copa y una poda de formació posterior, además de un pequeño atril de sustentación en función de la respuesta del árbol.
Yo sigo escandalizada de que el proyecto de Cristina Narbona de talar 20.000 encinas centenarias en el pantano de La Breña no salga en los periódicos. Parece que realmente hay censura. En un diario comarcal, una cooperativa pide transplantarlas, pero nadie pone en duda la conveniencia de contribuir con tanto empeño y eficacia a la ya progresiva desertización del país. Silencio total en la red, salvo la carta, mi blog y alguna pequeña aportación individual de la web donde se puede escribir al delegado de la Junta de Andalucía pidiendo que al menos los trasplanten, etc.
También he sabido que las autoridades envuelven a las palmeras en Menorca en plástico para tratarlas contra el escarabajo negro, aunque según los expertos, el remedio es peor que la enfermedad, el efecto invernadero que produce el plástico la medio ahoga y propicia la aparición de hongos. Las larvas del escarabajo mueren, pero el estrés es brutal para la palmera. Pese a la opinión experta de que hay otros procedimientos mucho más adecuados con fitosanitarios menos agresivos, las autoridades del país siguen mostrando su tendencia arboricida. Lo siento por esos catalanes contentos de su gobierno sin saber por qué y aquellos que me acusan de ser demasiado crítica o de idealizar Europa, pero mis expertos me aseguran que en Europa no se hacen las cosas así. Claro que a esa gente tan satisfecha con todo le importan muy poco las palmeras, las especies de invertebrados que desaparecerán de los Monegros, las identidad arquitectónica e histórica de las ciudades o los árboles centenarios. Son esos mismos que consideran que la fea-urbanización torre vilana de núñez y navarro que excava la falda de Collserola "da nivel" a la ciudad. Son los que creen que el barrio de Sants ha mejorado mucho tirando todo lo decimonónico y llenándose de construcciones baratas. Es la tradición de que cualquier renovación es buena. Hace un rato he oído en Arte tv a un profesor de diseño holandés que decía: "Los alumnos tienen que ser creativos y experimentar, sí, pero hay que enseñarles a leer y a reflexionar. Antes que proyectar hay que estudiar. Hoy menos que nunca el diseño puede permitirse no pensar, no dañar, no perjudicar, sino mejorar." Parecía ese supuesto del juramento hipocrático que hoy los médicos han olvidado, para favorecer a los laboratorios: "Lo primero, no dañar al enfermo".
Para rematar he traducido el informe de unos observadores británicos sobre las urbanizaciones que se están construyendo a toda velocidad en la periferia de Madrid, con financiación municipal o de la comunidad, y dan escalofríos. El narrador cuenta que acuden a visitarla en verano y se derriten con sus cascos buscando en vano una sombra que no existe, describen miles de bloques uniformes sin servicios en terribles ciudades fantasma y acaban preguntándose cómo pueden construir en el siglo XXI sin haber aprendido las lecciones del XX.

2 comentarios:

frikosal dijo...

Buenas,

"Antes que proyectar hay que estudiar. Hoy menos que nunca el diseño puede permitirse no pensar, no dañar, no perjudicar, sino mejorar"

Esto debería estar escrito bien grande en algunos lugares.

Belnu dijo...

Desde luego, Frikosal, bien lo sabemos...