Ayer recibí un email de SOS. Al parecer, el lobby farmacéutico ha logrado un nuevo triunfo, para variar, ya que son ellos quienes nos gobiernan, junto con otros corruptos compañeros de viaje. Esta vez se trata de acabar con la homeopatía en este país. Vayan a la web si quieren firmar, y verán además la orden ministerial, que grava de tal manera los medicamentos homeopáticos que los fabricantes tendrán que dejar de producirlos o bien venderlos a precio de oro.
El texto de la web dice así
El Ministerio de Sanidad y Consumo quiere publicar una Orden Ministerial claramente negativa para la homeopatía, ya que en ella se demandan unas tasas desorbitadas para los medicamentos homeopáticos, se niega la posibilidad de incorporar innovaciones farmacéuticas y, en definitiva, no se tiene en cuenta la especificidad de estos medicamentos.
De aprobarse con su redacción actual, esta Orden puede suponer una reducción drástica de los medicamentos que actualmente se encuentran disponibles en el mercado, con la consiguiente limitación de las opciones terapéuticas para las afecciones tratadas con estos medicamentos, desde alergias hasta nerviosismo infantil, dermatitis e incluso en cuidados paliativos, donde la homeopatía se utiliza para reducir efectos secundarios de la medicación convencional y mejorar la calidad de vida del paciente.
Era demasiado el desafío de medicamentos que siguen el mandato hipocrático de no hacer daño al enfermo, no tienen efectos secundarios, y resuelven todos los problemas de un paciente al mismo tiempo (al menos los unicistas sólo prescriben un medicamento, que debe servirnos lo mismo para todo lo que nos pasa en ese momento). Si a alguien no le funciona la homeopatía, al menos no le hará daño.
Hace años que sólo tomo homeopatía para todo, y lo mismo G., a quien le resolvió desde muy pequeño problemas crónicos (otitis y vegetaciones cuando ya sólo quedaba operarle, probó la homeopatía y se acabó el problema), y puntuales (un dedo pillado en una puerta que exigía otra operación para desclavar la uña y que según el diagnóstico quedaría deformado se resolvió espectacularmente con una disolución homeopática y ya no puede distinguirse qué dedo fue). Pero como ocurre con la stevia (que, gracias a la presión de los fabricantes de sacarina, sólo se comercializa con precios abusivos en España y con la prohibición de publicitar su uso), los medicamentos homeopáticos son una alternativa cada vez más importante y s estaban extendiendo demasiado. Por suerte, nuestro gobierno de "izquierdas" nos protege contra la homeopatía, igual que contra el tabaco. Lástima que no nos proteja contra la medicalización dañina y excesiva, contra los efectos secundarios, contra la contaminación, etc.
Vayan a firmar, por favor... y envíenlo...
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