domingo, noviembre 15, 2009

Javier Marías en el País semanal

Foto: I.N., Festucas en el Botánico de Madrid, noviembre 2009
Javier Marías habla en El País semanal de un tema frecuente en este blog, y que tanto me desespera. De esas obras de destrucción del paisaje y la belleza de este país, de ese horror de la costa española y de las ciudades envilecidas por más obras innecesarias con el perverso e inútil Plan E, de cómo el turismo que se ha atraído era el peor, ahuyentando un turismo más culto y civilizado, de cómo se han degradado las ciudades y de la falta de reacción, la sumisión pasiva de los ciudadanos. Lo copio aquí...
JAVIER MARÍAS LA ZONA FANTASMA
Causa sonrojo insistir en las cosas que a uno le parecen evidentes y que hasta hace poco se lo parecían a la mayor parte de la población. Pero vivimos en una época y en un país tan irrazonables que ya nada se puede dar por sentado, ni siquiera la capacidad para asociar las causas con los efectos, o las imbecilidades con sus consecuencias. Es como si hubiéramos perdido –hablo en términos generales– esa facultad fundamental, y con ella la de prever lo que las iniciativas o decisiones o prácticas necias pueden traer consigo. En las últimas semanas he hablado aquí de algunas de ellas: casi nadie asocia la penalización del cachete ocasional a los niños y adolescentes con el vandalismo creciente de muchos de ellos, que son los que al final acaban abofeteando o palizando a sus padres; casi nadie ha asociado el fracaso de la candidatura olímpica de Madrid con el demencial estado de la ciudad, el sistemático destrozo de sus zonas mejores y la imposibilidad de llevar en ella una vida seminormal; los inter-nautas que pronto leerán gratis libros (y que ya oyen canciones y ven películas) se han indignado porque me limité a anunciar que, gracias a sus hábitos que ya nadie va a cambiar (ni yo lo pretendo), llegará un día en que los creadores dejemos de hacer música, cine y literatura, ya que –por lo menos los escritores– sólo ganamos dinero por los ejemplares que vendemos: nadie nos paga una cantidad fija e inamovible por nuestro trabajo, y los anticipos que percibimos son eso, anticipos a cuenta de nuestras previsibles e inseguras ventas. Pero hay muchas otras cosas que extrañamente no se asocian. En Barcelona hubo consternación el pasado verano porque cada vez más gente se paseaba por sus calles, y aun entraba en establecimientos de todo tipo, con el torso descubierto, lógicamente sudoroso y probablemente apestoso; luego se armó un escándalo al reproducir este diario fotografías de sexo en pleno centro, en los tradicionales barrios de prostitución. Yo no sé por qué los barceloneses se sorprendieron, ni de lo uno ni de lo otro, si en su ciudad está expresamente autorizado el nudismo por decisión municipal. “La gente tiene derecho a ir desnuda por donde le plazca”, sentenció el Ayuntamiento en su ridículo afán por ser “moderno”, “tolerante”, “abierto”, “sensible” y “respetuoso con los deseos de todos”. El resultado inmediato fue que hay un par de individuos que van siempre en bolas y con los que los habitantes están resignadamente familiarizados (uno de ellos, al parecer, suele ir en bici y lleva el pito tatuado, para mayor distinción). El resultado mediato es que, si está permitido circular en cueros, ¿cómo se les van a poner trabas a los que “sólo” llevan el torso o el culo al aire o simplemente se sacan el susodicho pito para que una profesional se lo lleve a la boca junto a la Boquería? ¿A qué viene ahora tanta protesta, si a la ciudadanía le pareció de perlas –no hubo quejas, que yo recuerde– la supertolerante iniciativa imbécil del Ayuntamiento? Durante muchos años, sobre todo desde que el Gobierno de Aznar decidió que todo el suelo español fuera edificable, los constructores y los Ayuntamientos y las Comunidades han destruido el paisaje, sobre todo el de las costas, arrasadas por monstruosas moles de ladrillo y cemento y convertidas en lugares incómodos y feísimos. Eso ha propiciado que allí ya sólo acudan los turistas más zafios y que menos gastan, los que se conforman con dos o tres noches –ciegas– de cerveza, chiringuito y prostitución callejera, todo en un paquete que les cuesta cuatro perras; y que, paralelamente, se haya ahuyentado a cualquier visitante con un mínimo de exigencia y con gusto por el dispendio. Hasta agosto, la entrada de turistas había caído un 10% este año respecto al anterior, y en los meses que restan se prevé un descenso aún mayor. Nuestros gobernantes intentan achacarlo a la crisis, porque son los primeros interesados en que no se asocien sus políticas imbéciles con sus consecuencias, pero unas y otras están estrechamente vinculadas. Otro tanto sucede con el llamado Plan E del Gobierno de Zapatero, que consistió, entre otras medidas, en soltarles a los Ayuntamientos –endeudados hasta el peluquín– un montón de millones para que acometieran obras absurdas e innecesarias (para que se las inventasen, en suma), a fin de frenar momentáneamente el paro en las empresas de obras públicas y en las constructoras. A gastar en lo superfluo se lo llama tirar el dinero, y además ha sido a costa de que el conjunto de la población padezca sin motivo y no pueda trabajar ni descansar en sus desventradas y martilleadas localidades. Las consecuencias de esta imbecilidad están a la vista: a punto de acabarse la inyección artificial, tendremos ahora de golpe todos los parados que se intentó “aplazar”, y, a cambio, la productividad general del país se ha resentido, con la gente torturada y fuera de quicio, imposibilitada para moverse y desplazarse por sus ciudades y para rendir en sus tareas. La mayor imbecilidad, con todo, es la que nos aqueja últimamente a la mayoría: no saber asociar causas y efectos, lo cual, se dan cuenta, equivale a no saber sumar dos y dos. No hace falta explicar cuál será la consecuencia de tamaña ignorancia.

16 comentarios:

Icíar dijo...

Me ha encantado. Lo de la tolerancia mal entendida en la que los deseos de los demás son los que valen, para ser guais y modernos... ¿qué pasa?¿que nosotros no tenemos deseos de no ver ordinarieces?.
Lo del cachete, sin nombre.

Lo de los libros: yo soy una de las que está en la 'onda' digital. Pero, QUIERO PAGAR, no es que no me moleste, es que QUIERO PAGAR. Entre otras cosas porque ¿Quién me dice que el libro que me descargo de Saramago es de Saramago, por ejemplo, y no de 'Charamago'?

Belnu dijo...

No lo dudo, Icíar. Pero es que nos rodea una gente horrible. Una vez, en una sección digital del País donde enseñaban blogs, un bloguero puso un trozo de mi blog sin citarme, le seleccionaron un fragmento de su blog en el que el 95% era mi texto. Yo puse un comentario protestando porque era mi texto y un montón de amigos del bloguero me insultaron y dijeron que yo era como la sgae y no sé qué más. Yo les dije que no estaba pidiendo más que pudieran mi nombre firmando mi texto o lo quitaran, pero no hubo manera. Y además eran hiperagresivos. Así vi cómo se estaban poniendo las cosas. Tampoco logré que en El País lo corrigieran...

Icíar dijo...

Sí, pero fíjate. En el mundo de la música y de las películas, es mucho más difícil, pues si quieres ver 'Terminator' y te sale por ejemplo 'Penetrator', lo tiras, en seguida ves el timo. Es decir, imposible que te den gato por liebre.

Pero en el mundo de la literatura..... Imagínate lo que sería coger por ejemplo uno de tus libros, hacerle modificaciones, y lanzarlo. ¿Qué seguridad tiene el que se lo descargue de que realmente sea el original? Con tanto como hay por leer, cuando el lector lee, no quiere perder el tiempo, ni leer plagios.

Yo, sin dudarlo, me los bajaría de algún sitio que me ofreciera esa autenticidad, esa garantía y a modo de virus, lanzaría plagios.

Belnu dijo...

No sé, a mí lo que me preocupa es cómo se está volviendo la gente, esa falta de educación, consideración, ética, capacidad crítica, sentido común, en fin... Eso me preocupa en los que nos gobiernan y los que van por la calle.

civisliberum dijo...

Hoy sale precisamente una carta en El Periodico sobre una encuesta realizada por ese diario en el que el 91% estaba contra el canon de la SGAE. Entre los comentarios anticanon estaba una que tenia una agencia de viajes y un pastelero. En la carta, el lector se preguntaba que opinaria la de la agencia de viajes si los clientes despues de tener un crucero no lo pagasen y si el pastelero estaria contento en que qualquiera pudiese entrar en su pasteleria, coger lo que le apeteciese y marchar sin pagar.

Ephemeralthing dijo...

Marías hace público una manera de percibir el estado de las cosas que hace tiempo que comparto. En otro tiempo podría haber dicho, yo, que esto y lo otro me parecía estar mal hecho, de forma equivocada, o en las antípodas de mi sensibilidad e intereses. Ahora mismo percibo esos asuntos como auténticas idioteces perpetradas por mentes con una experiencia pobrísima pero muy autocomplacientes. Es de pena.
Bromeaba hoy que más que la vacuna de la gripe A yo necesitaría la del plan E.

Belnu dijo...

Y con los libros empieza a ser lo mismo, Civislib. Algunos lo confunden todo...

Ephemeralthing dijo...

Marías hace pública una manera de llamar las cosas por su nombre, sin eufemismos. Su adjetivo no creo que resulte ni ofensivo ni insultante, basta leer su definición en el diccionario y esa descripción o idea es lo que coincide con la realidad de los hechos. Hace ya algún tiempo que cuando salgo a la calle lo único que se me ocurre al ver esto y lo otro es que solo puede estar ideado y provocado por una mente limitada y con muy poca experiencia, la lista de imbecilidades es interminable.
Algo que no sé es responder y de alguna manera me aterra es la respuesta a su enunciado último: "No hace falta explicar cuál será la consecuencia de tamaña ignorancia." Pregunto, entonces.

Belnu dijo...

Una acumulación de desdichas que mandan este país al hoyo, creo yo, en todos los sentidos, medioambiental, económico, social, educativo... Los que puedan se irán y los que queden...

Ephemeralthing dijo...

A mi lo que me admira, supongo es ingenuidad, que en un lugar en el que una mínima tradición ilustrada existe, pues estamos en Europa, esa trayectoria vaya dirigida a tal hoyo. Me resulta difícil de creer.
Hoy en una reunión del Departamento nos han comunicado el nuevo diseño de la Selectividad 010 para el Bachillerato Artístico, el cual significa dejar de lado cualquier conocimiento esencial sobre la cultura de la imagen, para dar solo paso, es decir: obligar, a las técnicas de creación digital. Lo peor de todo es que representa una obligación autoritaria e irresponsable pues existe una gran parte del alumnado para el que todas esas nuevas tecnologías tienen un interés secundario, pero a alguien, un imbécil, se le ha ocurrido que actualmente eso es de lo que todos los estudiantes se han de examinar, dando ejemplo de lo que señala Marías: "tamaña ignorancia".
Por supuesto la comunicación ha llegado a estas alturas del curso cuando el proyecto curricular de los centros puede perfectamente contradecir la nueva norma, es decir, pura improvisación sin considerar el trabajo que realizan los equipos profesorales. Imbéciles e impertinentes también, ... son.

Belnu dijo...

Sí, es tan extraño y tan delirante lo que está pasando. Y esos planes educativos tan estúpidos, como si lo digital fuese lo único, como si la cultura fuese innecesaria, como si...

Tinta China dijo...

Leí el artículo el Javier Marías, que suscribo. El problema, creo yo, es que a la mayoría de la población el contenido de este artículo no le interesa lo más mínimo; diría más, la mayoría estaría encantada de meter la mano hasta el codo en donde sea con tal de sacar un par de millones de euros (incluso bastante menos). Nuestro mundo está cambiando (a peor), y muy pocos se dan cuenta; y de éstos pocos ¿cuantos estamos dispuestos a hacer algo?.Pero si ya no sabemos quíenes son los buenos. Perdonadme el tono derrotista, pero concretamente hoy no veo salida a todo esto.

Belnu dijo...

Es que no la hay. Lo que pasa es que hay que resistir para sentirse vivo y no enfermar, pero no porque haya solución, aunque yo siga alimentando utopías y milagros

Belnu dijo...

Eph, un comentario tuyo se había quedado atrapado sin avisar en el escritorio... Lo de la vacuna del plan E me parece exacto. Todo el país tendría que vacunarse contra ese horror

Ephemeralthing dijo...

ah!, gracias Bel, ... es cierto, pensé que algún accidente habría ocurrido y no quise liarte con ello. Me alegra apareciese al fin.

Belnu dijo...

Sí, es que algunos no me llegan al email y los encuentro después, atorados en el escritorio, no sé por qué... y los rescato tarde