lunes, septiembre 28, 2009

Sigue la mala política

Foto: I.N., Cerca del Aven Armand, Lozères, 2009
En este pobre país nuestro. Sigue la política municipal antimedioambiental, antisostenible, aliada sólo al cemento, agravante del cambio climático, de la contaminación, destructora de nuestro paisaje y memoria, destructora de la belleza...
Leo en El Periódico una carta breve
Obras Municipales
Higuera talada
Mercè Compte Martínez, Barcelona
¡Escribo indignada! Se ha talado, que no podado, una higuera centenaria en el barrio de Sants de Barcelona. Y, encima, ha sido en un solar en el que se construirá una futura escuela municipal. Ahora, los niños no sabrán qué es un higuera y no disfrutarán de su sombra ni de sus frutos. Si este ayuntamiento arboricida continúa con su política de talas (calle de Moianés, calle de Sants) muy pronto el barrio parecerá un desierto de cemento.
Mientras, en lo económico, la subida de impuestos que no va afectar a las grandes fortunas, sino a las rentas medias y bajas, y que contribuirá al empobrecimiento aún mayor de la clase media y media baja, ya asfixiada por la no-contención de los precios de todos los alimentos básicos (por favor, comparen los precios de las verduras y frutas en Europa), de todos los servicios de comunicación (pagamos el 60% más por el móvil que el resto de europeos, el doble por la conexión a Internet, el doble por el teléfono fijo y las llamadas al extranjero...), además de la vivienda, las hipotecas, los Bancos que ya no prestan, la asfixia de las pequeñas empresas...
Y la agricultura. Mientras nosotros pagamos la verdura y la fruta a precios astronómicos, los agricultores agonizan, como recordaba una manifestación de la Unió de pagesos en Lleida.
Uno de los agricultores que ha participado en la manifestación, Ernest Coells, de Palma d'Ebre, ha explicado en este sentido que los costes de producción han aumentado hasta poner en peligro la viabilidad de muchas explotaciones. "La electricidad ha subido un 300%, los fitosanitarios un 30%, y son cosas que no podemos repercutir en el precio de venta", explica.
Los payeses denuncian en este sentido que las grandes distribuidoras abusan de su situación de poder y obligan a los productores a vender a precios muy bajos. Otro agricultor que ha participado en la tractorada, Josep Morell, de Almenar, explica asimismo que los precios de la fruta y los cereales están igual que hace 30 años mientras que el precio del abono, los sulfatos y el gasoil se ha multiplicado por tres.
"A nosotros nos pagan a 20 céntimos de euros el kilo de melocotones y luego los ves en las tiendas a tres euros. Esto es insostenible. Por eso la mayoría de jóvenes ha abandonado el campo y se han metido a mossos, bomberos o lo que sea, a pesar de tener tierras, ya que no las pueden hacer rendir", explica.
Mientras, las noticias internacionales de hoy tampoco son buenas. Mayor derechización en Alemania por los pactos de gobierno de Angela Merkel, por ejemplo. En Le Monde le vaticinan una oposición más dura (al menos allí se defienden). Y pronostican desacuerdos en la coalición (Merkel es contraria en abaratar y facilitar el despido, frente a la propuesta liberal a favor de esa medida), y una pequeña esperanza: que los verdes y la izquierda se alíen contra el gobierno: Mme Merkel doit-elle craindre une alliance des partis de gauche dans l'opposition ? Avec un SPD désormais hors de la coalition, elle aura affaire à une opposition plus dure qui peut conduire à un rapprochement entre le SPD et Die Linke : ce qui n'était pas possible lorsque le SPD était au gouvernement peut le devenir. Un rassemblement de ces deux forces de gauche et des Verts pourrait à plus long terme constituer une alternative. Mais l'idée d'un rapprochement avec Die Linke ne fait pas l'unanimité au SPD.
O en Francia, esos suicidios de trabajadores sometidos a esas reformas del mercado laboral que tanto gustan aquí y de las que se habla tan alegremente. La privatización de empresas estatales supone también estas cosas, así resumen el ambiente de France Télécom: "Après une série de suicides et de cas dramatiques sur les lieux de travail, les syndicats demandent l'arrêt des fermetures de sites, des suppressions de postes et des mutations géographiques ou professionnelles forcées. Cette politique est, selon eux, l'origine profonde du malaise des salariés de cette ancienne administration d'Etat devenue société anonyme en 1996, et dont l'actionnariat est majoritairement privé depuis 2004. " El trabajador que se ha suicidado hoy ha dejado una nota atribuyendo su gesto al ambiente en esa empresa. Esas muertes dan la idea de lo que significa el sufrimiento de la población mientras los grandes estafadores que son los banqueros, los políticos, los altos ejecutivos de las compañías y grandes corporaciones siguen repartiéndose el botín.

martes, septiembre 22, 2009

Hossein Derakhshan, 11 meses detenido sin cargos

(No sé de quién es la foto)
La corresponsal de El País en Teherán lo menciona en su crónica de hoy.
Los ayatolás acorralan a la oposición De los 4.000 detenidos en las protestas contra el régimen iraní aún quedan dos centenares en prisión, entre ellos decenas de periodistas y 'blogueros'
ÁNGELES ESPINOSA - Teherán - 21/09/2009 "Nos llamó hace un par de días desde Evín y nos dijo que estaba bien", susurra al teléfono el hijo de uno de los últimos detenidos en Irán. Sólo atender la llamada de una periodista extranjera puede comprometer su seguridad. Con las autoridades empeñadas en atribuir a un complot occidental las protestas que siguieron a las elecciones presidenciales del pasado junio, muchas familias prefieren guardar silencio. Otras confían sin embargo en que la atención internacional sobre sus seres queridos pueda servirles de protección. El ex embajador en España Morteza Alvirí es uno de los últimos arrestados Tal es el caso de la esposa y los amigos de Maziar Baharí, un documentalista irano-canadiense que trabajaba como corresponsal de la revista norteamericana Newsweek (freemaziarbahari.org). Baharí, que ha quedado finalista del premio Príncipe de Asturias de la Concordia de este año y ahora es candidato al Sájarov del Parlamento Europeo, fue detenido el 21 de junio. Nueve días después aparecía ante los medios oficiales iraníes confesando su participación en una supuesta revolución de terciopelo, y el 1 de agosto estaba entre el centenar de encausados por las protestas ante el tribunal revolucionario de Teherán. Tres meses después, su esposa, Paola Gourley, que está a punto de dar a luz, espera ansiosa el desenlace. "No he querido saber el sexo del bebé hasta que Maziar no estuviera conmigo; trataría de averiguarlo si él quisiera saberlo", explicaba en un correo antes de poder hablar brevemente con él ayer. Hasta entonces, el documentalista, que ni siquiera tuvo asistencia letrada durante el juicio, sólo había podido telefonear a su madre en un par de ocasiones. De los 4.000 detenidos, quedan dos centenares en prisión o sometidos a juicio, según cifras oficiales. No obstante, la presión contra los opositores continúa. A las revelaciones de malos tratos y torturas, hay que añadir fianzas millonarias y nuevas detenciones. Mohamed Alí Dadjá, un conocido abogado próximo a la Nobel Shirín Ebadí, tuvo que depositar 5.000 millones de riales (unos 350.000 euros) para salir de la cárcel el pasado martes, según Reporteros Sin Fronteras (RSF). Otro colaborador de Ebadí, Abdolfatá Soltaní, quedó en libertad el 27 de agosto tras pagar 1.000 millones de riales. En la mayoría de los casos, ante esas cuantías muchos tienen que presentar sus casas como aval, lo que sin duda influye en que guarden silencio. Además, continúa el goteo de detenciones. Algunas han alcanzado al círculo más próximo de los líderes opositores, como en los casos de Morteza Alvirí y de Alí Reza Beheshtí, estrechos colaboradores de Mehdi Karrubí y Mir Hosein Musaví, respectivamente. La popularidad de Beheshtí, hijo de un destacado ayatolá que murió en un atentado, influyó sin duda en su liberación, bajo fianza, apenas cinco días más tarde. Alvirí, ex embajador en España y antiguo pasdarán (guardián de la revolución), sigue en prisión dos semanas después. Lo mismo sucede con otras personas menos conocidas como la periodista Fariba Pajoo, de 28 años, detenida el 22 de agosto y que desde entonces permanece en una celda incomunicada de la sección 209 de Evín. No ha tenido acceso a su abogado ni ha podido ver a su familia. Aunque las autoridades no han informado del motivo de su detención, en una llamada a sus padres Pajoo les dijo que se encontraba "bajo enorme presión para confesar conducta indecente", una acusación con la que a menudo se intenta desprestigiar a las mujeres detenidas. Lo que parece haber molestado a las autoridades es que denunciara en su blog (after-rain.persianblog.ir) la muerte de un primo suyo de 19 años en la represión de las protestas que siguieron a las elecciones. Aunque entre los detenidos hay abogados, estudiantes, activistas de los derechos humanos y simples manifestantes, el elevado número de periodistas y blogueros apunta a un intento de silenciar la crítica. Ya antes del 12 de junio, una decena de informadores se encontraba tras las rejas, entre ellos el irano-canadiense Hosein Derakhshan, considerado el padre de los blogueros iraníes y que a punto de cumplir 11 meses en prisión aún no ha sido acusado formalmente de ningún cargo (http://freehoder.wordpress.com/). Desde entonces, medio centenar han pisado la cárcel, según RSF y la Federación Internacional de Periodistas (FIP). "Quedan menos de diez, a la mayoría les han liberado", asegura el secretario general de la Asociación de Periodistas Iraníes, Badralsadat Mofidí. Pero su organización, clausurada a principios de julio, no incluye a los blogueros. RSF eleva esa cifra a 23 y la FIP a 38. Además, un número indeterminado han pasado a la clandestinidad, como Hanif Mazruí, el editor de la página web Norooznews, o Babak Dad, cuya bitácora (www.babakdad.blogfa.com) ofrece uno de los relatos más emotivos de la situación que atraviesan las víctimas de la represión. "Tienes 18 años. Hace tres meses (...) amabas Irán y estabas dispuesto a dar tu vida para que tu país pudiera ser Verde. Desconocías que después de varias semanas de cárcel y tortura, te avergonzarías de ti mismo, de la gente e incluso de Dios", escribe Dad antes de relatar cómo se siente uno de los jóvenes violados en prisión. "Aún oyes los gemidos de los otros chicos pidiendo clemencia. Sus lamentos te impiden dormir". Las autoridades judiciales han rechazado las denuncias de abusos sexuales y malos tratos que ha presentado la oposición. Sin embargo, poco a poco, las organizaciones de derechos humanos han empezado a recoger testimonios de las víctimas, algunas de las cuales han esperado a salir del país para hablar. Dentro, las familias de los detenidos viven como una tortura la incertidumbre sobre su futuro.

domingo, septiembre 20, 2009

La reforma de la Diagonal es innecesaria

Foto: I.N. Diagonal, 2009.
Y en la encuesta de La Vanguardia el 77% se opone. "Muchos barceloneses opinan que la reforma de la avenida es innecesaria en esta época de crisis, ya que creen que hay problemas en la ciudad que urgen más solucionar." Aunque se habla poco de los árboles, pronto se hablará. La tala que han empezado subrepticiamente en la Gran Via no será impune, si es que en esta ciudad quedan habitantes que no sean súbditos mutantes, que no necesiten sombra, oxígeno ni belleza. Es curioso que en un medio se preguntan si la inquietud de los barceloneses por los árboles que nos están arrebatando no será una moda (¡una moda! como si no nos hicieran falta), y sin embargo lo refleja.
Y por otra parte, hasta en las páginas económicas de los periódicos se dice ya. Que la inversión en pura construcción es un grave error y que así nunca saldremos de la crisis. Lo vemos todos, pero los políticos siguen ahí, cobrando de las mafias constructoras, enriqueciéndose irregularmente en las instituciones, desacreditando la democracia sin problemas. Y mientras sólo anuncian subidas de impuestos que no repercutan a las grandes fortunas, sólo piden más y más sacrificio a la empobrecida mayoría, a los que más necesitan ayuda. ¿Y cómo se articulará la protesta y la indignación, si ya no quedan partidos honrados ni organizaciones de las que fiarse? Yo me pregunto si no llegaremos así a la violencia ciega y arbitraria de las banlieues, a los puros atracos de Bancos.
Hace pocos días, un artículo de Emilio Lledó reflexionaba lúcidamente en El País. Vale la pena.

martes, septiembre 15, 2009

En El País leo

Foto: Isabel Núñez, Parc del Laberint d'Horta, 2009
Amnistía denuncia el régimen de incomunicación de los detenidos en España La organización califica de "inadmisible" que un detenido pueda pasar hasta 13 días sin hablar con un abogado o ver a un médico de su elección La organización Amnistía Internacional ha denunciado el régimen de incomunicación de los detenidos en España porque considera que incumple las obligaciones contraídas en virtud del derecho internacional de los derechos humanos. Según Amnistía, el régimen español es uno de los más estrictos de Europa. Consulta el informe de AI "Es inadmisible que en la España actual una persona detenida por cualquier razón desaparezca durante días, como tragada por un agujero negro", ha señalado Nicola Duckworth, directora del Programa para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional. En el informe "España: Salir de las sombras. Es hora de poner fin a la detención en régimen de incomunicación", la organización reclama a España que ponga fin a esta práctica porque viola los derechos de las personas que están privadas de libertad. Amnistía ha recordado que la Ley de Enjuiciamiento Criminal española permite mantener a una persona recluida en régimen de incomunicación hasta cinco días en todos los casos y hasta trece si es sospechosa de delitos de terrorismo. Ese periodo de trece días se compone de una fase de hasta cinco días de incomunicación bajo custodia policial, que puede prorrogarse otros cinco días de incomunicación en prisión provisional. Además, según Amnistia, en cualquier momento de la instrucción el juez puede imponer tres días más de detención en régimen de incomunicación. Durante ese tiempo la persona no puede hablar con un abogado ni con un médico de su elección", ha advertido Nicola Duckworth en una nota de prensa, quien ha asegurado que "muchas personas" detenidas en régimen de incomunicación afirman que han sido sometidas a tortura o malos tratos, "aunque raras veces se investigan tales denuncias." Como ejemplo, la organización cita el caso de Mohamed Mrabet Farsi, detenido por cargos de terrorismo el 10 de enero de 2006 en su casa, cerca de Barcelona. Durante su detención en régimen de incomunicación no pudo llamar a su abogado, según Amnistía, que asegura que fue torturado y maltratado, "pero tanto el médico que lo examinó como el juez de instrucción hicieron caso omiso de sus quejas", dice esta organización. La organización internacional ha instado a las autoridades españolas a abolir la legislación que hace posible la detención en régimen de incomunicación y a permitir a la persona detenida hablar con un abogado confidencialmente y comunicar a su familia su detención y el lugar donde se encuentra.

domingo, septiembre 13, 2009

Tres cartas en El Periódico

Foto: I.N. Árboles en Palermo, Sicilia, julio 2009
Montserrat Fuster Casas - Barcelona
Vivo en la calle de Gomis, en el distrito de Gràcia de Barcelona, desde hace 25 años. Al igual que la mayoría de mis vecinos, conozco bien las necesidades y peculiaridades del barrio, así como la forma y características de sus vías y demás espacios públicos. En enero de este año, el ayuntamiento puso en marcha el acondicionamiento del área verde de estacionamiento de la calle, cosa que muchos agradecimos, dada la escasez de aparcamiento y la ausencia notable de párkings. Nuestra sorpresa fue que, solo tres meses más tarde, una mañana nos despertamos con la noticia de que Parques y Jardines había talado todos los árboles de la calle y una brigada de obreros se disponía a ensanchar las aceras. Nos mirábamos asombrados. Esta siempre ha sido una simple calle de paso. Ninguno de nosotros había concebido hasta entonces la idea de pasear por una calle que presenta una cuesta considerable, en la que no existe ninguna tienda, y menos ahora, en ausencia de los pocos árboles que tenía. ¿Para qué queríamos una acera más ancha? ¿Para pasear ante los inexistentes comercios? ¿Para qué talar los árboles que nos daban el cobijo de su sombra?
Mi calle es tranquila, silenciosa, y serpentea hasta la Ronda de Dalt. Aunque los árboles no eran frondosos, le daban una aspecto reconfortante. Desconozco si van a plantar algún árbol, pero si va a ser en los escuchimizados alcorques que han dispuesto en la acera, dudo de que puedan desarrollarse como es debido. Aparte del ruido y el polvo, es absurdo un gasto así en época de crisis, en la que los ayuntamientos tienen problemas para pagar incluso sus nóminas. ¿Es pura ineptitud? ¿Qué beneficio nos aporta? ¿A quién está beneficiando tanto asfalto?
NUEVO diseño URBANO
Lydia Oliva, Barcelona
Hace ya cuatro meses que se iniciaron unas obras para mejorar las aceras y los paseos centrales de una parte de la Gran Via de Barcelona, entre las calles de Urgell y Aribau. De momento, a la vista de lo que ya se puede considerar como casi acabado, en el paseo central entre Urgell y Casanova lado mar, estas obras --no digo nada del asfaltado-- solo han supuesto la supresión del arbolado que da a la calzada central; en su lugar se han colocado unas farolas de una altura impresionante dignas del peor mal gusto y de estética de autopista; se han cargado los árboles y las farolas de hierro forjado tan características de nuestra ciudad. ¿No habría sido más económico y a la vez más estético adaptar las antiguas? ¿Qué normativa arguye el ayuntamiento y quién le ha dicho que para adaptar las farolas haya que suprimir los árboles? Una avenida como la Gran Via, con la afluencia de tráfico que soporta día y noche, se salvaba de ser una autopista o vía rápida gracias a sus dos islas centrales de paseo arbolado. En verano, ese paseo será intransitable, quedará como un paseo fantasma sin un alma. ¿Quién pondrá un pie ahí con ese sol de justicia que caerá sin una mínima sombra donde resguardarse?
EL CUIDADO DEL MEDIOAMBIENTE
Isabel Núñez - Barcelona
Leí un artículo de Ramon Folch que hablaba de lo que poco después fue noticia en todos los medios: el Ayuntamiento de Barcelona quiere sustituir los árboles frondosos y capaces de dar sombra y oxígeno y colocar en su lugar escuálidos palitroques que nunca prosperan. La ciudad sufre sequía y niveles de contaminación aérea y auditiva considerables. El argumento del señor Folch es que la mayoría de los árboles se plantaron en el siglo XIX y que, como los plátanos viven 100 años, van a morir, y que, por tanto, más vale talarlos.
Curiosamente, los expertos a los que he consultado no solo me aseguran que el Platanus hispanica es resistente a la sequía y a la contaminación y capaz de autolimpiarse con sus mudas de corteza tricolor, sino que me remitieron a la web de Kew Gardens, el célebre jardín botánico de Londres, donde se explica que, aun en las peores condiciones, esta especie vive más de 200 años.
¿Permitirán los ciudadanos que el ayuntamiento convierta Barcelona en un lugar más contaminado, sucio, ruidoso y feo? ¿Qué será de La Rambla sin sus plátanos gigantes, y de las calles abovedadas de verde del Eixample y de la Diagonal? ¿Quién seguirá andando por los antiguos paseos si nos quitan la sombra? ¿Nadie va a detener esta sinrazón?

sábado, septiembre 12, 2009

Leer la prensa produce desaliento

Foto: I.N., Catania, Sicilia, julio 2009
En Euronews planteaban hoy una pregunta de respuesta obvia en el aniversario del 11 de septiembre americano, ¿Es el mundo un lugar más seguro? No sólo no lo es, sino que Bush, Blair, Aznar y sus seguidores lograron convertir el mundo en una trampa, donde todos somos sospechosos y todos podemos salir disparados, un mundo lleno de armas y terrorismo y estados policiales pero incompetentes, sólo aptos para recortar los derechos civiles, pero nunca para evitar los peores males. Un mundo que busca y alienta el terrorismo, llevando a países enteros a la desesperación.
El balance para nosotros, en nuestro 11 de setembre, también es negro. Yo, que siempre defendí el Estado de las autonomías, ya no puedo creer en él. Han logrado mi desencanto con la corrupción y el abandono de la educación, del medio ambiente y los temas sociales. Haciendo la misma política que sus predecesores, el Tripartit nos ha engañado a todos los que creíamos que el nacionalismo significaba apoyar los intereses y derechos de un país. Era mentira. Entre todos han logrado que Catalunya esté a la cola de España de educación, mientras que España está a la cola de Europa.
Y ahora, ¿cómo se gestiona la crisis, desde Madrid y desde Barcelona? Invirtiendo más en la construcción, que nos llevó a este hoyo, recortando un 37% las ayudas a la investigación, talando todos los árboles posibles, dejando que el cemento lo invada todo, eliminando los tímidos límites que dificultaban la destrucción del paisaje costero, con medidas incoherentes, con un aire de improvisación que recuerda a los héroes del TBO, e incluso con gestos torpes internacionales en las formas.
Y ni siquiera hay un partido verde que conteste estas cosas, ni mucho menos una izquierda que les critique.

viernes, septiembre 04, 2009

Me han mandado este artículo de hace días

Foto: I.N. Duomo de Palermo, Sicilia, julio 2009
IDA Y VUELTA
Ciudades sin civilización
ANTONIO MUÑOZ MOLINA
No puede haber civilización sin ciudades", escribe Saul Bellow, "pero hay ciudades sin civilización". Él se refiere a Chicago, la ciudad de los terribles inviernos sin misericordia de la gran Depresión; yo leo la novela en la que vienen esas palabras, The Adventures of Augie March, una mañana de agosto, en Madrid, sentado al fresco de los plátanos y los magnolios gigantes del paseo del Prado, que es una de las islas más indudables de civilización que pueden encontrarse en una ciudad europea, y por donde paso tantas veces camino de algunas de las instituciones más civilizadas que conozco: el Museo del Prado, la Real Academia, el Thyssen, el Botánico, el Reina Sofía, las librerías de viejo de la cuesta de Moyano, sin olvidar el añadido más reciente, la extraordinaria sede de la Fundación La Caixa, con su jardín vertical y sus viejos muros de ladrillo como suspendidos en el aire, una nave industrial de hace un siglo levantada sin peso en la ciudad del presente.
Le Corbusier y sus discípulos alumbraban el camino del porvenir, que más que un camino era una trama de autopistas Hasta bien entrado el siglo XX las tecnologías del transporte colectivo se integraban sin quebranto en el tejido de las ciudades.
Uno de los rasgos de la civilización es que siempre es más frágil de lo que parece y siempre está amenazada. Un poco más arriba del paseo del Prado y del de Recoletos se abrió en la ciudad en los primeros años setenta el cráter imperdonable de la plaza de Colón, que no es una plaza sino un descampado sin alma de torres especulativas y tráfico como de autopista, con algo de urbanismo apocalíptico suramericano. En el paseo del Prado y en Recoletos se puede caminar siempre al amparo de los árboles: en Colón uno se ve arrojado a una intemperie de sol homicida o de vientos invernales, arreado en manadas para cruzar a toda prisa los pasos de cebra. La llamada plaza de Colón es una muestra infame de lo que estaban haciendo con las ciudades los planificadores, los teóricos del urbanismo y los grandes expertos en los años sesenta y setenta, cuando la capitulación institucional ante los intereses de los especuladores y de los fabricantes de coches aún se revestía con la máscara conveniente de la modernidad, del progreso implacable. Le Corbusier y sus discípulos alumbraban el camino del porvenir, que más que un camino resultaba ser una gran trama de autopistas. Hasta bien entrado el siglo XX las tecnologías del transporte colectivo se habían integrado sin quebranto en el tejido de las ciudades y habían contribuido a su expansión orgánica: las líneas de metro y de tranvías permitían el nacimiento de nuevos vecindarios hechos a la medida de los pasos humanos; los tranvías circulaban con la misma eficacia por las calles sinuosas de los cascos antiguos y por las perspectivas despejadas en las que las ciudades se abrían al campo. Cuando yo llegué a Granada, en 1974, acababan de clausurarse las líneas de tranvías, que comunicaban el centro de la ciudad con la Vega del Genil y con las estribaciones de Sierra Nevada. En Granada todavía quedan nostálgicos del tranvía de la Sierra, construido por un ingeniero ilustrado que se llamaba Santa Cruz, al que fusilaron los matarifes falangistas en el verano de 1936. Uno tomaba el tranvía en una acera arbolada de la ciudad y subía en él por la orilla del Genil hasta las laderas colosales del Veleta.
Los terribles expertos dictaminaron que cualquier obstáculo que se interpusiera a la circulación de los coches merecía acabar en los mismos basureros de la Historia a los que según Trotski estaban condenados quienes se resistieran a la revolución soviética. Para el advenimiento de la nueva civilización las ciudades resultaban un enojoso obstáculo. No sólo estaban hechas de calles estrechas y de edificios vulgares agregados a lo largo de épocas diversas: también estaban habitadas. Y la gente que las habitaba vivía y trabajaba en un desorden que sacaba de quicio a los entendidos, partidarios de que cada cosa se hiciera racionalmente en su sitio, de acuerdo con los planes utópicos que ellos mismos diseñaban, llenos de preocupación paternal por el bienestar de ese populacho, pero poco amigos de observar de cerca cómo eran sus vidas. El remedio contra los males, desde luego verdaderos, del hacinamiento y la pobreza, era el derribo, y tras él la autopista y la imposición del coche. A la destrucción de los barrios populares de Nueva York el planificador urbano Robert Moses le daba un nombre inapelable, aunque también involuntariamente siniestro: "La guadaña del progreso".
En los primeros años cincuenta la guadaña del progreso se disponía a llevarse por delante algunos de los lugares más civilizados de Manhattan: una autopista de diez carriles iba a atravesar el Soho, Little Italy, Chinatown y el Lower East Side. Uno nunca llega a saber de verdad lo precaria que es la civilización, lo peligroso que es dar nada por supuesto: para agradecer de corazón la delicia de pasear por Washington Square, distraerse mirando a los músicos o a los saltimbanquis callejeros o a los jugadores de ajedrez, sentarse en el césped y distinguir las primeras torres de la Quinta Avenida por encima de las copas de los árboles, conviene tener presente que todo eso estuvo a punto de ser destruido hace ahora cincuenta años, porque justo por ese lugar Robert Moses había decretado que pasaría otra autopista. La guadaña del progreso no actúa por capricho: si el tráfico ha de fluir a tanta velocidad como sea posible a través de la isla, lo racional, lo inevitable, es abrirle paso.
Washington Square no fue salvada por ningún arquitecto. Ningún experto en urbanismo alzó entonces su voz contra lo que hoy nos parece un delito inconcebible. Washington Square existe ahora gracias a una mujer, Jane Jacobs, tan poco experta en nada que ni siquiera tenía un título universitario. Vivía cerca, en la calle Hudson, en el corazón del Village, y llevaba a sus hijos a jugar a la plaza. Sus primeras camaradas en la sublevación urbana fueron las madres de los amigos de sus hijos, "unas cuantas locas con carritos de niños", según dijo Robert Moses, con la furia despectiva de los grandes expertos cuando alguien sin más cualificación que el sentido común se atreve a llevarles la contraria. En 1961, cuando Washington Square y las calles del Village ya no corrían peligro gracias al movimiento de rebeldía iniciado por ella, Jane Jacobs escribió su hermoso manifiesto en defensa de las ciudades caminadas y vividas, The Death and Life of Great American Cities. Murió el año pasado, una anciana diminuta y bravía comprometida hasta el final en la defensa de esa forma frágil y necesaria de vida en común que es la civilización y que no puede existir sin las ciudades. Un libro recién salido -Wrestling with Moses, de Anthony Flint- cuenta la crónica de su rebelión y conmemora su legado. En el corazón desventrado de Madrid, lleno de zanjas y de máquinas empeñadas en obras demenciales por culpa de un alcalde ebrio de megalomanía y de despilfarro que ahora amenaza insensatamente el paseo del Prado, yo me acuerdo de Jane Jacobs y me pregunto melancólicamente si sería posible aquí una rebelión como la suya, un levantamiento cívico que salve a Madrid de expertos y de políticos y de especulares y le permita ser una ciudad civilizada.
Me lo ha mandado Eph y me ha dado una agradable sorpresa. Ojalá esas mujeres que ahora se resisten contra la tala de la plaça Joaquim Folguera logren evitarla, como N. y yo nos resistimos a la del azufaifo y lo salvamos y al menos yo seguiré resistiendo a esa perversidad que quieren hacer con Barcelona, talando los mejores ejemplares de Platanus hispanica, sustrayéndonos el oxígeno, la sombra y la belleza de las Ramblas, el Ensanche, la Diagonal, la Gran Via, etc., mintiendo a la gente sobre su edad y posibilidades (si en Londres los expertos nos dicen que en las peores condiciones de sequía y contaminación superan los 200 años, ¿por qué creer a un técnico interesado, parte del negocio, que asegura que aquí iban a morir igual y por eso hay que talarlos?). Y por desgracia, esa misma arrogancia de los urbanistas y arquitectos norteamericanos de entonces, la que describe el artículo, sigue arraigada en los de aquí, que no respetan la historia ni el patrimonio ni el medio ambiente ni mucho menos los derechos de los ciudadanos, y sólo se llenan los bolsillos y nos invaden con su cemento.
Algunos aun recordamos los tiempos en que el Col·legi d'Arquitectes de Catalunya era una institución humanista, cívica y resistente, mientras que ahora sólo defiende los intereses del mercado inmobiliario.