miércoles, octubre 24, 2007

Un pequeño apunte sobre el cambio climático y nuestros políticos

Foto: Linda Danz, Central Park, 2007
Las declaraciones de Rajoy sobre el cambio climático son terribles, pero ellos pueden decir que son coherentes. El partido que nos gobierna declara exactamente lo contrario de lo que hace. Habla de sostenibilidad mientras da licencias para construir y construir, tala árboles urbanos y rurales, permite que sigan destrozando la línea de costa, crea muros de cemento que rompen los pasillos de ventilación natural de las ciudades, derrocha energía con iluminaciones excesivas, no protege el patrimonio arquitectónico, deja que se construyan edificios antisostenibles, sin ventanas, sin iluminación natural, que exigen un mayor consumo de energía, se niega a limitar el ruido que producen las obras. Permite que se destruya el verde de barrios enteros simplemente como castigo por no haberles votado. Se enfrenta a la voluntad de vecinos y asociaciones, como en Vallcarca, o en Esplugues de Llobregat, como en tantos otros lugares.
Y cuando los ciudadanos se deciden a dar la alarma porque se está destruyendo zonas verdes (y en Barcelona estamos muy por debajo de las recomendaciones de la OMS de porcentaje de zona verde por habitante), les desoyen y desprecian.
Siempre he pensado que, al menos, a los socialistas podríamos (y deberíamos) hacerles volver a la razón, recordarles que incumplen sistemáticamente sus programas y promesas (Con el PP y Convergència no hay nada que hacer, ya que simplemente desdeñan esas cuestiones). Pero resulta agotador. Sobre todo, porque nuestros políticos están acostumbrados a la pasividad de unos ciudadanos educados en el franquismo, y en lugar de mostrarse abiertos al diálogo y recordar que son empleados pagados por los electores, sólo muestran una arrogancia y un desprecio asombrosos, algo insólito en un país democrático. Lo peor es que alguna gente empieza a creer que vale más votar a la derecha. Lo peor es que nosotros, los ciudadanos, tenemos mucha culpa de que todo esto ocurra, ya que pocas veces nos decidimos a hacer nada. Y las instituciones nos reflejan. Me ha gustado leer cómo unos cuantos escritores regañaban al Defensor del Pueblo.
Habría que regañar también a la Organización de defensa del consumidor, que nunca ha hecho nada para protestar y contener los precios, como hacen en otros países, donde incluso organizan huelgas de consumo. ¿Para cuándo aquí un poco de osadía ciudadana?

3 comentarios:

Nosotras mismas dijo...

Pasaba a saludar.

besos.

nomesploraria dijo...

No ho havia pensat sota aquest punt de vista. Les paraules de Rajoy son coherents, i tan!
I el projecte del nou camp de Barça? Què me'n dius? Tanta educació cívica perquè tanquem l'aixeta o apaguem les bombetes i tothom se sent orgullosissim de l'andròmina despilfarradora d'energia i lletja!
Caguntot, quin país.

Belnu dijo...

Exacte. Pel camp del barça i els llums de nadal el que sigui. I ara diuen que tiraran a terra edificis de la costa però segueixen construint sense aturar 400 cases més a Cadaqués, i a Barcelona no deixen ni una torreta, ni unjardí, ni un descampat. A Esplugues ja han començat la tala i el ciment: 250.000 hectàrees de pisos de luxe allà on hi havia arbres i casetes!