martes, junio 16, 2009

La destrucción de la ciudad

Foto: I.N. Plaça Joaquim Folguera
La sensación de que el ayuntamiento de Barcelona pretende acabar con la belleza, el patrimonio arquitectónico y el patrimonio verde de la ciudad y que cada proyecto y trazado que sale de Urbanismo apunta a la tala de los mejores y más centenarios ejemplares de árboles en plena era del cambio climático se extiende, sobre todo, entre aquellos que prefieren el medio ambiente la belleza y la salud a una supuesta comodidad de aparcamientos bajo todas las casas y metros excavados siempre allá donde había frondosidad, sombra y pájaros.
En ninguna ciudad de Europa sería legal ni se permitiría cometer las barrabasadas que el asombroso ayuntamiento de Hereuville está cometiendo. Algunos, aun sin albergar ninguna esperanza en quienes les sustituirán, pensamos que tienen que perder las elecciones, porque la arrogancia unida a la corrupción del cemento es una combinación mortífera.
Por alguna razón que escapa a mi comprensión, el trazado de la ampliación de la línea 9 implica la tala salvaje y radical no sólo de "la mejor arboleda en una plaza pública de Barcelona" (Joan Bordas dixit), de almeces sanos y vetustos, sino también de los magníficos pinos centenarios de los jardines de Ca N'Altimira, que unas monjas donaron para el disfrute de la ciudad, no para servir a los señores mafiosos del cemento.
No puede ser que nos los arrebaten. No puede ser que sea legítimo ni legal arrancarnos la sombra y la tierra que ahora nos alivian del cemento ardiente ni despojarnos del oxígeno que esos árboles envían cada día a la atmósfera, batallando contra la contaminación y el fragor del tráfico rugiente que atraviesa la plaza todos los días. No puede ser que la gente sea tan estúpida como para pensar que la destrucción de Barcelona no les atañe, aunque no vivan en ese barrio, aunque lo consideren equívocamente un barrio burgués (y no es cierto, hay zonas más lujosas, pero hay muchas zonas donde habitan sobre todo personas mayores con pensiones reducidas, pisos compartidos de estudiantes, inmigrantes, profesionales de muy distintos grados sociales, etc. es un barrio muy mezclado), como si el cambio climático y la belleza de la ciudad no les atañera, como si no pudiéramos todos pasear por cualquier jardín, como si no nos afectara el horror de cemento y fealdad de Lesseps o de la estación de Sants. Como si no fuese la vida mucho más agradable bajo los árboles, con las magníficas estaciones de antes (Triunfo norte o la estación de Francia), con las mansiones de antes.
Con sus castigos, el ayuntamiento parece promover el voto a sus rivales en Sant Gervasi. Ahora han abierto Mitre y someten a sus pobres vecinos a un infierno de ruido y polvo, pero no les soterran el tráfico, como ellos pedían, sino que lo agravan ensanchando unas aceras por las que nadie quiere pasar. Unas aceras cementosas, sin sombra, aireadas por los tubos de escape. Una calle que todos quisiéramos no tener que cruzar.
Por suerte, y yo me alegro de la influencia que nuestra batalla por el azufaifo haya podido ejercer en esto, hay un grupo de mujeres, algunas octogenarias, mujeres cultas y humanistas, conscientes de su derecho a esa frondosidad y a que no les arrebaten toda la belleza y la salud, que está resistiendo y batallando. Ayer lograron que viniese Televisió de Catalunya, Els matins de Josep Cuní, que ya nos dieron voz cuando iban a talarnos el azufaifo. Isabel Lacruz se mueve con ellas y fue al plató. Pueden ver aquí el vídeo del programa que grabaron ayer. Lo único capaz de parar los pies a estos políticos aliados a las mafias del cemento y obstinados en cambiar los números del paro con pan para hoy y hambre para mañana, al precio que sea, con eso que llaman perversamente obra pública y que ya nos hace estremecer (en realidad, se trata siempre de destrucción pública) son los medios de comunicación.
Sabemos que es muy difícil, se trata de un macroplan con muchos compromisos ya adquiridos, algunos en el contexto de lo que denuncia Roberto Saviano, pero como decía un blogger por aquí, tenemos que resistir y luchar como si fuésemos a ganar. Aunque sólo fuese por nuestra salud mental, ya que la física, en esta ciudad, está cada día más amenazada.

14 comentarios:

Qualunque dijo...

http://www.tv3.cat/videos/1305649

Belnu dijo...

Gracias, rápido qualunque

frikosal dijo...

Solamente quería dar mi soporte. Recuerdo cuando lo dijiste en la presentación del libro (que estaban amenazados los árboles de la plaza) y parecía increíble que se atrevieran a cortarlos, pero ya está la maquinaria en marcha.

Ephemeralthing dijo...

jajja, ¡genial el final de la "entrevista"!: "Estem poc preocupats pel futur de la la llengua catalana?", ¡cuánta insistencia!, y además ocupa todo el espacio de las preocupaciones posibles, ya que el embrutecimiento del espacio urbano importa un bledo.
No estoy acostumbrado a ver televisión y las dos presentadoras me dejan atónito, ¡vaya par!. Tengo la sensación continua de que en este país todo el mundo imita a los personajes de una farsa de "La Cubana". Me resultan ridículos a más no poder.

Sensacionales las señoras Lacruz y la octogenaria entrevistada. Mi apoyo a una denuncia a las administraciones europeas llegado el caso.

treehugger dijo...

Com m'agrada l'Isabel Lacruz. En necesitem moltes de dones com aquesta.

Belnu dijo...

El programa me ha dejado muy pesimista, el apoyo a la política del cemento pa´recía tan férreo, no sé si el radicalismo les ha asustado o qué, pero las otras veces, con el azufaifo, estuvieron mucho más abiertos y receptivos. Tal vez tenga razón el florista, que es un sabio, y me ha dicho: Isabel, en este proyecto hay muchos millones, esto no lo pararemos ni con la tele.

Belnu dijo...

Sí,esa gentuza, Friks, son terribles como tú sabes. Te acuerdas de la sombra y la frondosidad y la tierra? Engañan a la gente, les hacen pensar que hay que elegir entre metro y árboles, eso no pasa en ninguna ciudad europea. Aquí ya lo dijo Roberto Saviano, la construcción y ahora la mal llamada obra pública son territorio repartido entre la camorra y la mafia rusa y los partidos viven de ellos. Y la gente se deja engañar, sumisos y acementados

Anónimo dijo...

Yo creo que es cierto todo, todo coincide, lo que decía Saviano, lo de los millones, lo de la tele comprada. Estamos viviendo entre una mafia institucionalizada de mucho peso. Prácticamente podríamos decir que hablamos de arrancar el pan de la boca a los delincuentes y de lo que come la mayoría de la población. Cuando se trata de salvar un árbol y frenar la actuación de una empresa privada, aún es posible el indulto. Pero actuar contra los estrictos intereses de la administración pública y su mafia en un país tan desestructurado, inculto y sometido por la falta democrática en todos los sentidos, es prácticamente tarea para mártires.
También se podría hablar no sólo de la tala de árboles sino también de la tala de vidas humanas, como son los semi-ilegales procesos de expropiación forzosa (previo mobbing) que el ayuntamiento efectúa en barrios como Poblenou, Nou Barris o Vallcarca, dónde se maltrata y se saca aprovechamiento de los más débiles. Todo bajo un supuesto interés común de construcción de vivienda de lujo. Da risa y es permitido. No entro en detalles (la lista es inagotable) por no caer en sensacionalismos que es de lo que se hacen eco los medios, pero si quisiera denunciar la falta rigor en los debates sobre los acontecimientos. Podríamos enfocar el debate en la falta de legislación en la materia y su indefinición (aún nos legislan con leyes franquistas que a nadie le interesa cambiar), la impunidad de la administración ante los medios y juzgados provinciales, y la inconsciencia colectiva de una sociedad expoliada culturalmente y democráticamente hundida. Para mi es esta la realidad de nuestro país.

Belnu dijo...

Estamos de acuerdo, Anónimo. Respecto al proceso que los anglosajones llaman gentrification, ese expulsar a los vecinos populares de sus barrios para transformarlos en ricos es perverso y global, piensa que se usan las guerras para lo mismo, véase Beirut, donde se reconstruye para rematar imitando un modelo ideal que nunca existió, así se ha hecho en Nueva Orleans, en muchos barrios de Londres y París, etc. Sólo que en Barcelona y en España en general se añade la destrucción sin escrúpulos -no necesitan bombas ni catástrofes naturales- del patrimonio arquitectónico y los árboles y espacios verdes y la sustitución de toda tierra por cemento.
Vivimos en un mundo perverso y hay que resistir por reductos

Belnu dijo...

Treehugger, ja li he dit a la Isabel lacruz que passés per aquí

Anónimo dijo...

Enhorabuena por su blog. Quizás le pueda interesar este otro en el que también se habla de árboles:
http://ulises.blogia.com/

Belnu dijo...

Gracias. He visitado el blog, que habla de literatura (como mi otro blog). No sé por qué tardo mucho en entrar en cada post, pero los pocos que he podido ver son muy optimistas, parece que en Zaragoza todo fuesen mejoras en lo que respecta a los árboles. Si es así, qué suerte, lo contrario de lo que ocurre en Barcelona. Aunque hace unos días, me señalaron un blog que denunciaba lo contrario en Zaragoza.

Lucía desde Argentina dijo...

Escribo desde Córdoba, Argentina y con mucha tristeza debo contarles que en mi ciudad se está destruyendo el arbolado urbano tal como ocurre en Barcelona. Todo es igual: el cemento se impone sobre el verde; la prioridad son los estacionamientos, la velocidad y el ruido. El negocio: la privatización de espacios que antes fueron públicos: bares que ocupan lugares que antes fueron plazoletas; sombrillas en lugar de árboles: mesas y sillas reemplazando a los democráticos y cómodos bancos; aceras ensanchadas y también convertidas en bares.
Tengo que contarles también que, lamentablemente, el "modelo" contó con el asesoramiento de arquitectos catalanes allá por 2005, 2006. Las ciudades argentinas dejaron de lado las plazas secas que venían de la época colonial para reemplazarlas por espacios arbolados y amigables para los ciudadanos a fines del siglo XIX a solicitud de muchos médicos higienistas que, preocupados por el crecimiento de las ciudades, se inspiraron en el modelo de París o Londres. Todo eso se está destruyendo hoy. Las razones no tiene que ver con la estética sino en la visión de la ciudad como negocio. Los beneficiarios ni siquiera ocultan sus intenciones y acá no hay ciudadanos que reclamen contra tantas tropelías disfrazadas de progreso.

Belnu dijo...

Tampoco aquí, Lucía. Pero habrá que aprovechar el movimiento de indignación social que está empezando a crecer en todas partes para reivindicar ciudades amables y humanas y restaurar y proteger el arbolado que nos quede, y exigir el cierre de las centrales nucleares y tantas otras cosas que no están previstas. Gracias por tu comentario. No me extraña nada lo que dices de los arquitectos catalanes, que se vendieron al cemento casi en masa, con contadas excepciones.