martes, agosto 28, 2007

Mientras arde Grecia

Foto: I.N. Las primeras azufaifas, 2007
El Peloponeso, Ilia, Esparta, las ruinas de Mistras, no tan lejos de las ruinas de Micenas y el templo de Epidauro, arden ante la incapacidad o la escasa voluntad de los políticos, convertidos en meros títeres inoperantes de un mercado salvaje, que sólo piensa ya en los negocios de reconstrucción, en la gentrificación posible, en el supuesto pastel inmobiliario de los ricos. Y yo pienso en la perdida Bagdad y en cómo las fuentes de nuestra cultura se queman y desaparecen, en un símbolo de lo que está ocurriendo con el humanismo y con el mundo que conocíamos.
Y al mismo tiempo pienso en Nueva Orleans y el Katrina, dos años después muchos de los antiguos habitantes siguen sin poder volver, sin sus casas, sin escuelas ni hospitales ni infraestructuras, en el país más rico del mundo. Y me pregunto si a partir de ahora será siempre así, como empezamos a ver en Catalunya con los transportes y los apagones, o los viajeros encerrados tres horas en un avión sin aire acondicionado, los ciudadanos pagando impuestos, billetes y tarifas eléctricas sólo para que unos cuantos grandes accionistas sigan embolsándose beneficios y los políticos acaben sus mandatos para integrarse en esas compañías que en realidad nos gobiernan, y abandonándonos a todos a nuestra suerte. Las catástrofes y los fallos estructurales, las obras con túneles que hacen caer casas como en el Carmel, los barcos cargueros que pasan las revisiones en agencias corruptas y siguen navegando con cascos finísimos, que se rompen con un temporal y destruyen para siempre la fauna y la flora del mar, que contaminan, mientras los gobiernos europeos siguen sin decidirse a invalidar esas agencias corruptas y exigir revisiones serias (alguien debe de estar cobrando, si no todos), la gente que pierde sus casas por temporales causados, agudizados o multiplicados por el cambio climático, mientras los mismos gobiernos siguen negándose a imponer medidas para frenarlo.
Y la desesperación social (por el empobrecimiento de la engañada mayoría mientras los Bancos y las grandes corporaciones y escasas grandes fortunas multiplican sus beneficios, por la esclavización laboral, que obliga a la gente a trabajar por tres si quiere conservar su puesto o a los autónomos a mantener sus tarifas bajas para competir, y los precios altísimos, no sólo de la vivienda, sino de los alimentos básicos) y la falta de inversión en la educación engendra más violencia (además del ruido, la comida tóxica, la dureza de la vida en las ciudades), y cada vez hay más niños y jóvenes que disparan a otros, más secuestros, más mujeres que mueren a manos de sus parejas o ex parejas, que no aceptan su independización y fortalecimiento progresivo.
¿En qué mundo estamos? ¿Qué mundo dejamos? Qué fuerza y qué confianza hacen falta para no dejarse hundir y superar la frustración, para seguir batallando, para no aceptar el sistema de valores que sólo se basa en lo material y seguir buscando en la lectura, la reflexión, el cine y la propia vida que late pese a todo en lo cotidiano, la belleza de las cosas, el paisaje que nos queda, los amigos, los encuentros, el sexo, los afectos, las pequeñas celebraciones vitales o la realización de los propios talentos, como siempre habíamos hecho o como nos enseñó, por ejemplo, la Grecia clásica que ahora arde.
Y al mismo tiempo, en todas esas guerras y catástrofes que las compañías inmobiliarias utilizan para sus negocios de reconstrucción, no todo encaja. Realmente hay tantos ricos para ocupar ese nuevo mundo gentrificado que sustituye y expulsa o mata sin contemplaciones al de siempre?
Todas estas cosas pensaba también mientras me dirigía al pie de nuestro azufaifo, donde TV3 (Matins de Josep Cuní) ha venido a entrevistarme un instante, y en medio minuto he tenido que sintetizar nuestra alegría por la consecución de la Plaça del Ginjoler y nuestra preocupación de que ese "equipament" que quieren construir "no perturbe la zona radicular del árbol y los movimientos aire-agua a través del suelo sigan produciéndose como hasta ahora", en palabras de José Manuel Sánchez de Lorenzo-Cáceres, Ingeniero Técnico Agrícola de la Escuela Universitaria de Ingenieros Técnicos Agrícolas de La Laguna (Tenerife).
Al pie del ginjoler-azufaifo he podido recoger unas cuantas azufaifas (gínjols) que pienso plantar en mis macetas, aún sabiendo que la lentitud de su crecimiento no me permitirá ver gran cosa, pero quién sabe, tal vez algún día lo pueda trasplantar a un jardín y dejarlo para los habitantes de este nuevo mundo.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

He llegit aquest matí al carrer berlinés l'anunci de la victòria del ginjoler i de la creació d'una placeta. Volia felicitar-vos a les dues Isabels per aquest enorme èxit. En aquests moments tan curiosos que travessen les societats actuals, i més encara les ciutats, que semblen estar sempre en constant transformació sense mirar enrere, és un triomf total, fins i tot de l'esperança ciutadana. Per això, en honor al ginjoler i a l'enorme tasca que heu portat a terme, us he dedicat una petita il.lustració que acompanya l'anunci del triomf del ginjoler (està penjat al carrer berlinés). Em poso al servei del ginjoler donant un cop de ma pel que faci falta, així com pel disseny de posters, pancartes, il.lustracions o fulletons de qualsevol tipus (em dedico al disseny gràfic). Moltes felicitats i ens veiem el dia 16 de setembre amb una bona ampolla de cava.
Júlia. miss_guisante(arroba)hotmail.com

Anónimo dijo...

y quién vigilará el área esa mientras se construye la plaza entorno al árbol?... tú?! (es una broma... espero!)

Belnu dijo...

Ai, gràcies, Júlia, després baixaré a buscar el dibuix d'homenatge. I és clar que brindarem i ho celebrarem el dia 16, tot i que ens queda molta feina de vigilància! Perquè tot es faci com s'ha de fer. Moltíssimes gràcies a tu també, de fet, us les vaig donar en general als bloggers que heu visitat, comentat i fins i tot enllaçat la història d'aquest ginjoler. Gràcies!

Belnu dijo...

Quién vigilará, Ed? Nuestros aguerridos tenderos, que serán instruidos para ello y que ya tienen experiencia con la empresa destructora! Ellos están felices porque les iban a poner un mamotreto enfrente, iban a tener obras sin fin y ahora tendrán al árbol y una plaza... Sólo falta ver qué especie de "equipamiento" pretenden colocar ahí, y que no perjudique al árbol

Anónimo dijo...

Y yo me pregunto además para qué sirve la UE si en un caso como el de Grecia no es capaz de solidarizarse y aunar esfuerzos para socorrer a un país de los "nuestros", cuna de nuestra civilización, países como Holanda, Bélgica, Alemania, los escandinavos,...no podrían mandar sus hidroaviones y un buen número de bomberos para ayudar?. Ya no mento Italia, Francia y nosotros pues estamos expuestos, con nuestra sequía y altas temperaturas, a una catástrofe como la griega, pero los del norte. Qué verguenza pertenecer a la UE, que solo sirve y en contadas ocasiones, para llegar a acuerdos económicos que solo benefician a unos pocos. L.O.

Anónimo dijo...

(lindos colores además)

Belnu dijo...

Sí, colores de madera y azufaifas, gracias, Ed
Júlia: algún descastado se llevó nuestro dibujo y el comunicado que pusimos ayer. Qué rabia! Lo tienes por ahí en digital?

Anónimo dijo...

Hola Isabel,

Desde Bogotá, donde he estado planificando un proyecto de reforestación en
tierras tropicales desde la Fundación MATRIX, te mando un afectuosa
felicitación que deseo trasmitas a Isabel Lacruz (no tengo aqui su e-mail).

El valor simbólico y práctico de esta victoria del ginjoler de Sant Gervassi
debería ser una semilla para la esperanza en una cultura global...

Saludos muy cordiales,

Javier Montalvo

civisliberum dijo...

Releyendo libros sobre Teorías Marxistas de mi primer año en la Universidad, ya hace de esto 30 años, los mismos definen la situación que expones como Capitalismo monopolista de Estado, que es cuando el mismo es, a su vez: propietario de medios de producción, consumidor directo y regulador de la economía. El Estado esta donde el capital privado no obtiene las ganancias deseadas y a su vez, su misión es apoyar a que el capital privado aumente sus beneficios.
El Estado puede no estar interesado en proyectos que como tal, no obtenga una rentabilidad inmediata (limpieza de bosques, obras públicas con exiguos presupuestos, etc)y destine sus esfuerzos y dinero a otros menesteres más rentables politicamente.

Belnu dijo...

También yo leí marxismo en mis tiempos, y de hecho, ese rojerío me quedó en la base, la idea de que el comunismo era una buena idea mal aplicada
Está claro que hay que poner límites al mercado gigante y salvaje desde los recursos democráticos. Pero ahora que ya no tenemos Estado como en la época de Marx, todo es mucho más difícil

civisliberum dijo...

Hace años, cuando aún existia el telón de acero, los gobernantes occidentales, procuraban una cierta felicidad al pueblo por temor a una posible revolución.
Una vez superado y desacreditado el comunismo, este temor a una revolución ya no existe, con lo que todo lo que no sea buscar el beneficio individual no importa. No tiene importancia que se rompan muros de contención en New Orleans, que se quemen los montes Griegos, que se hunda el Carmel o que los Metros de Valencia descarrilen por mal estado causando 50 muertos. Saben que nadie pondrá en entredicho el Sistema. De todas formás, siempre tendrán pequeñas derrotas, que sin poner en entredicho al Sistema, son pequeñas victorias de la gente sobre el Capital, como por ejemplo la Placeta del Ginjoler. FELICITATS.

Belnu dijo...

Es una buena explicación. Pero añádele que ya no existe un Estado como tal, que nos gobiernan directamente grandes corporaciones, que los políticos vuelven a los consejos de administración de esas grandes corporaciones en cuanto dejan sus asientos de ministros, que en realidad son meros interventores suyos, esas compañías les financian y mueven sus hilos. Y a esas empresas les interesa Nueva Orleans o Irak para hacer pisos de lujo y echar a los pobres, y cualquier guerra o catástrofe les beneficia, además de vender armas

Belnu dijo...

Gracias por lo que dices. Aunque esto es microscópico y simbólico comparado con todo eso