Foto: I.N., Árbol en Bruselas, 2008
He desayunado viendo las noticias del ataque salvaje de las tropas israelíes a Gaza. Viendo cómo no dejan pasar la ayuda humanitaria y los cadáveres se hacinan y los enfermos se agravan y mueren porque no hay sangre ni medicamentos y las autoridades israelíes violan la convención de Ginebra. Y la Unión Europea sólo condena formalmente sin tomar ninguna medida, y Obama calla, porque la financiación de su campaña viene justamente de los que sostienen al gobierno agresor.
Conste que yo admiro la cultura judía y soy consciente de la historia y de lo que fue la Shoah, y echo de menos el espíritu de los pioneros socialistas que querían fundar un estado abierto, conviviendo pacíficamente con los palestinos. Tengo muchos amigos y conocidos judíos, que no creen en esta política de violencia. Creo que han engañado a la gente con la misma patraña de la seguridad con la que nos burlan a todos, y han convertido el mundo en un lugar sangriento, violento, desesperado, imprevisible. ¿De qué sirve esta provocación? Sólo parece beneficiar a los fabricantes de armas y a esos políticos que quieren hacernos a todos rehenes de su política supuestamente antiterrorista, practicando ellos terrorismo de estado, como dijo Harold Pinter de Tony Blair. Sirve para romper las vías pacíficas y el entendimiento, para frenar el avance de las mujeres en la cultura musulmana, para hacer que la religión sea la base para la política, para heroicizar a los mártires suicidas, sirve para que no haya sociedades libres ni democráticas.
He ido a la manifestación de esta tarde en Travessera de Gràcia, a vociferar y llamar asesinos a los políticos israelíes ante la delegación comercial de Israel. Al principio casi todo el mundo era árabe, luego han ido llegando los progres de siempre. Naturalmente, no he secundado la consigna, gritada por alguien, que vitoreaba a Hamás. Para mí, Hamás y el terrorismo suicida es sólo el reverso de la misma moneda. Aunque sé que gracias a este ataque a Gaza surgirán muchos terroristas suicidas voluntarios en todo el mundo musulmán. En cierto momento le he preguntado a un chico árabe qué significaba la frase en árabe que él mismo había gritado. Me ha dicho tentativamente que "estamos con Gaza hasta con la sangre" y señalándose al estómago ha dicho "y con toda la persona". "¿Quiere decir con las entrañas?", le he preguntado yo. "¡Sí!" ha contestado con una sonrisa. Me gustaba que en esta manifestación hubiera bastantes mujeres árabes, con la cara descubierta. Casi me parecía escuchar el canto del muecín, aun con los ecos de la escritura del desierto de Isabelle Eberhardt.
Es una vergüenza la doble moral, que permite a Israel hacer lo que no se tolera en los otros. Que violen la convención de Ginebra, como la violaba Bush con Guantánamo. Y necesitaba poder decirlo, aunque fuéramos pocos.
2 comentarios:
Hoy en La Vanguardia un interesante artículo de Tomás Alcoverro "Tumbas de la paz", si bién Hamas son todo lo terroristas que se quiera ganaron limpiamente las eleccciones, lo que tendrían que pensar es porque las ganan? o si interesa que las ganen. Un mundo en paz es la ruina de las empresas fabricantes de armamento y de las petroleras, precisamente las que han subvencionado desde siempre las campañas de Bush.
Hace unos 10 o 15 años los "Hermanos musulmanes" ganaron las elecciones democraticas en Algeria con el 85% de los votos, el ejercito algeriano no lo permitio, la UE y USA apoyaron al ejercito y los militares siguen en el poder. Con esta idea de democracia no me extraña que el terrorismo atraiga a tanta gente.
Ah, gracias! Sí, pensaba leerlo y luego lo he olvidado. Voy a ello. Estoy completamente de acuerdo con lo que dices. Parece como si la democracia no contara. Y recuerdo lo de Argelia.
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