Delacroix, Liberté
Hace meses, una articulista en Le Monde se preguntaba por qué las mujeres empezaban a ser candidatas y ganar en los partidos de derechas mientras que la izquierda parecía rezagada a la hora de presentar candidatas, como si a la derecha, las figuras femeninas les sirvieran para suavizar su imagen de conservadurismo, mientras que la izquierda pensaba que difícilmente convencería al electorado si además de sus propuestas de cambio añadía una "rompedora" figura femenina. Aún no habían llegado Ségolène Royale, ni Bachelet. Sin embargo, hoy, leyendo el artículo Una mujer dirigirá el socialismo sueco donde se habla de Mona Sahlin, criticada por su conservadurismo (y por un pequeño escándalo de corrupción) y pensando en que el ídolo político de Madame Royale es, según ella misma ha declarado, Tony Blair, se me ocurre que aquella articulista de Le Monde no andaba tan desencaminada. Tal vez las únicas candidatas de la "izquierda" (mejor dicho, de la socialdemocracia) occidental son justamente mujeres dispuestas a derechizar aún más las políticas de sus partidos, a cuestionar aún más los logros del Estado del bienestar, a liberalizar la economía, pero con una imagen indiscutiblemente innovadora. En la estela (sangrienta y terrible) de Tony Blair. En la actual moda de engañar inexplicablemente al electorado con propaganda. Y pese a todo, los ateos izquierdosos rezamos al azar y a las estadísticas para que gane Ségolène, ya que siempre será muchísimo mejor Ségolène Royale que el derechista Sarkozy, que también rompe con los restos de democratismo humanista de Chirac y su legado de antifascismo (sí, sí, ya sé que Chirac es de derechas y corrupto, pero comparado con nuestra derecha ¡parece trotskista!), para situarse mucho más cerca de LePen. En ese sentido, todo va a peor (y no quiero hacer Laudatio temporis actii, que diría mi antiguo profesor de lingüística). Resulta inexplicable que mientras los Bancos se enriquecen y la sociedad se empobrece (exceptuando las grandes fortunas, cada vez más grandes), la derecha se radicalice y pierda toda contención, como parece que está ocurriendo en España, donde el PP abandona cualquier atisbo de moderación para prender fuego a las instituciones democráticas y acercarse al legado franquista.
Mientras intentaba buscar ese viejo artículo en Le Monde, me he dado cuenta de que en el país vecino se reflexiona tanto más sobre las mujeres y el poder... Había diez páginas distintas con veinte artículos reflexivos en cada una sobre el tema "mujeres y política", excluyendo la etapa electoral actual. Artículos como Femmes et pouvoirs ; Candidates libres (donde se habla de que las candidatas de hoy han renunciado a formas familiares conservadoras, no creen en el matrimonio...) ; Les femmes plus pessimistes que les hommes sur la situation du pays ; Les humiliations d'une femme au pouvoir (el rechazo y misoginia que Edith Cresson tuvo que soportar en el ejercicio de su cargo); Maria Teresa Fernandez de la Vega La belle revanche des Espagnoles ; Parité : un long combat ; Histoire des femmes en politique (una serie documental de France 3, ¿cuándo nuestras televisiones harían algo así?) Quand la parité sert d'alibi politique (interrogarse, advertir) ; La presse parle trop peu des femmes (aquí menos); Existe-t-il un féminisme islamique ? (un tema interesante que aquí no se aborda, aun cuando según la ONU, el avance de la situación de las mujeres es vital para el desarrollo y el feminismo en los países árabes, clave para una conciliación con el mundo occidental).
Y en el ámbito cultural: Chronique de la misogynie ordinaire (LE MONDE DES LIVRES 10 novembre 2006 Danielle Sallenave. Dans les dernières années du XIXe siècle, un journaliste, constatant que les femmes étaient de plus en plus nombreuses sur les bancs de la Sorbonne, le célébrait en ces termes : « Quel spectacle charmant !) o bien un estudio interesante LA FEMME ET LE SACRIFICE. D'Antigone à la femme d'à côté d'Anne Dufourmantelle (LE MONDE DES LIVRES 9 mars 2007 Elisabeth Roudinesco Psychanalyste et philosophe, Anne Dufourmantelle définit le sacrifice comme une mise en péril du monde qui se substitue à la révolte. Puisant ses exemples aussi bien dans la fiction que dans la réalité, elle étudie cette mélancolie féminine qui conduit tantôt au suicide - Emma Bovary ou Virginia...)
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