domingo, septiembre 14, 2008

Una carta en La Vanguardia, Javier Marías en El País y la prensa

Foto: Manel Armengol, Estrets, 2007
Barcelona decepciona
Recibo un mensaje de mis buenos amigos Ángeles y Armando, que han visitado muchas veces Barcelona, y ahora me dicen lo que transcribo: “Qué decepción tuvimos al volver a Barcelona, después de esos 8 años de no visitarla. Las calles sucias, en las aceras cientos de cartones, alrededor de los contenedores de basura, plásticos, latas, suciedad e incluso alguna rata, menos mal que estaba ya difunta. Con lo bonita que es ¿cómo se ha deteriorado? ¿No barren las calles? ¿La gente es más sucia que antes? Dimos una vuelta por Gràcia, un barrio que nos pareció siempre lindo y con mucha personalidad, y estaba lleno de vomiteras y otras cosas poco atractivas. En la Rambla, gente ebria tirada por el suelo. Querida, creo que preferimos conservar el recuerdo de nuestra Barcelona, no el de ahora...”
Sobran comentarios.
M. LÓPEZ GONZÁLEZ
Dañina gente de paso
JAVIER MARÍAS 14/09/2008
Han sido dos pequeñas noticias que han pasado casi inadvertidas y que ni siquiera tuve la prudencia de guardar, por lo que no las recuerdo con exactitud. Una hablaba de un alcalde de una población granadina, creo, que se había declarado en huelga de hambre para protestar por la "asfixia económica" a la que están sometidos los ayuntamientos en general y supongo que el suyo en particular. La otra se hacía eco de las quejas de los alcaldes de España por el "escaso poder" de que disponen, y se anunciaba una reforma con vistas a incrementárselo; y, si no me equivoco, en este mismo diario hubo un editorial que les daba la razón (!). ¿Asfixia económica? ¿Escaso poder? O estoy muy mal informado y veo visiones a mi alrededor -no lo descarto-, o nuestros primeros ediles son unos jetas. Lo que sé con certeza es que no soy el único ante esta disyuntiva o con esta perplejidad. Un notabilísimo número de ayuntamientos de este país se distingue por las desvergonzadas recalificaciones de terrenos y los consiguientes pelotazos inmobiliarios con que se benefician, tanto en las grandes como en las pequeñas ciudades como en los pueblos, en las costas como en el interior, en el norte como en el sur como en el este como en el oeste. De todos es sabido que España se ha convertido en los últimos años en el reino de la especulación, la barbarie urbanística, la destrucción del paisaje y del medio ambiente, la edificación salvaje y sin sentido y el dinero negro o mafioso que todo ello trae consigo; y que nada de esto habría sido posible sin la connivencia o complicidad de los ayuntamientos, que son los que otorgan permisos, expropian terrenos, hacen concesiones a los constructores y cobran grandes cantidades a cambio. No son pocos, además, los que lo hacen sin ni siquiera una apariencia de legalidad, y estamos hartos de leer en la prensa sobre casos de corrupción municipal aquí o allá, con gobiernos del PP, del PSOE o de San Juan Crisóstomo, tanto da. Pero no es sólo eso: en cualquier ciudad -pero empezando por Madrid, que se lleva siempre la palma-, a uno lo asaltan las continuas y demenciales obras que las más de las veces son o parecen enteramente innecesarias, esto es, sólo explicables como manera de que hagan caja tanto los ayuntamientos que las inventan, propician, autorizan y encargan como las empresas que las ejecutan. La impresión que tiene cualquiera es justamente la contraria de la que ha movido a ese excéntrico alcalde granadino a iniciar una melodramática huelga de hambre, a saber: que los ayuntamientos se hinchan a ganar dinero -a costa del tormento de sus ciudadanos-, y que les sobra tanto que además pueden endeudarse hasta las cejas (ya saben que sólo los riquísimos están facultados para contraer monstruosas deudas).En cuanto a su "escaso poder", uno tiene asimismo la sensación contraria: los alcaldes abusan del que se les otorga y éste es excesivo a todas luces, con la agravante de que lo que acometen suele ser irreversible, además de hortera y dañino en general. Destrozan las ciudades y eso no tiene vuelta de hoja, y las utilizan como si fueran el salón de su casa, sin que nada ni nadie los pueda frenar. ¿Y exigen más poder todavía? Es una tendencia de la España actual: con el pretexto de la descentralización, conveniente y necesaria en muchos aspectos, hay un afán por trocear cada vez más las parcelas. Es como si legiones de españoles precisaran mandar, en algún sitio, aunque sea en un patio de vecinos. Y la única forma de contentar y aplacar a esos millones de megalómanos ansiosos de algún poder, es repartir éste hasta la brizna y blindar las competencias de cada uno de ellos en su menudencia. Los alcaldes y concejales han pasado a contarse, como dije aquí hace algún tiempo, entre los villanos de la nación. Hacen lo que les da la gana, destruyen sus localidades. El de Madrid va a destripar, dentro de nada, el Paseo del Prado -maldita la falta que hace tocarlo: uno de los pocos lugares bonitos de la capital- y la calle de Serrano, lo cual supondrá el más sádico martirio y el más absoluto caos. El de Soria -ciudad que conozco bien- va a excavar un aparcamiento en pleno centro y se va a cargar la ribera del Duero y la visión de las ruinas de Numancia con la construcción de un polígono industrial totalmente superfluo y para el cual, en todo caso, sobraba terreno más propicio en una provincia extensa y semivacía; y lo va a hacer no sólo con el apoyo de su grupo socialista -cuando al PSOE le da por el negocio hay que temerlo tanto como al PP-, sino de los demás sin excepción y de la Junta de Castilla y León, y en contra del criterio de todas las Academias y organismos, nacionales y extranjeros, que defienden la cultura, la historia, las artes, el paisaje y la conservación del entorno. Esa gente sabia y responsable, al ayuntamiento cafre de Soria y a la vandálica Junta les parecen unos capullos y se la pasan por el forro. A todos estos alcaldes españoles que piden más y más, y nos quitan más y más, se les olvida que están de paso y que nadie se va a acordar nunca de ellos, como no sea para maldecirlos. La prueba, el más famoso de la democracia, Tierno Galván: la gente se echó folklóricamente a la calle para verlo enterrar, pero hoy ya nadie sabe qué hizo o dejó de hacer. Sólo que escribía unos bandos chistosos y que una noche lo fotografiaron junto a una actriz con las tetas al aire. Qué legado.
En otras páginas de periódicos leo:
"Hacienda incluye entre las víctimas de los recortes el gasto en investigación y desarrollo -una de las estrellas de la anterior legislatura..."... "Pero aumentan el gasto en infraestructuras" [es decir, en destrucción del paisaje, el patrimonio, el verde...]. "El Ejecutivo intenta la cuadratura del círculo: mejorar las pensiones, que suponen casi la mitad del Presupuesto, afrontar el mayor gasto en desempleo, subir el sueldo a los funcionarios y salir airoso del resto. Todo ello con unos ingresos que se están desplomando por la crisis. "Es una situación complicadísima. No se puede llamar a eso Presupuesto restrictivo", apunta Miguel Ángel García, del sindicato CC OO." [asegurarse el voto del funcionariado y de la gente mayor, para seguir destruyéndolo todo, dejando al país sin investigación, sin educación -sin futuro]

5 comentarios:

civisliberum dijo...

La gente es cada vez más incivica, el Ayuntamiento tendría que poner sanciones muy elevadas a los que ensucian y hacen ruido.
Este verano en la Fiesta Mayor alternativa de Gracia se hizo expresamente en la plaza que hay una residencia de ancianos, parece ser que las mofas de los congregados a los pobres ancianos fué de juzgado. De ser una Fiesta querida por la gente del barrio, ahora estos se van, ya que congregan a todos los más incivicos que disfrutan quemando contenedores y molestando a los vecinos.
Gracia es un reflejo del resto de BCN. Es duro decirlo, pero quizas la única solución sea aplicar mano dura por muy carca que sea decirlo.

Ephemeralthing dijo...

Gracias por copiar/pegar el artículo de Marías, si no hubiera sido así no creo que lo hubiese podido leer.
No puedo identificarme más con todo lo que dice, ya hace tiempo que llegué a las mismas conclusiones.

frikosal dijo...

Se me había pasado esta entrada. Desde luego el panorama es desolador. La crisis, por centrarme en algo, era previsible. Ya hace años que parecía evidente que con la construcción no se podía sacar adelante al país.

El ministro de economía dice que en marzo, o en octubre del 2009, o cuando sea (va cambiando) empezará la recuperación. Lo que se me escapa es como vamos a levantar cabeza, que sector o actividad va a tirar del carro.

Y aquí llegamos a lo del recorte en I+D.

Belnu dijo...

Exacto, ante la crisis, sólo se les ocurre invertir en el cemento y abandonar su inversión en I + D. Es lo malo, que nunca se deciden ni creen en una política así, no duran los intentos y así sólo se hipoteca más el país...

Adrián Mallol i Moretti dijo...

Totalmente de acuerdo con el artículo de Marías. Y el comentario sobre los miedos ancestrales (gobierne quién gobierne) a reducir el funcionariado y la burocracia, verdadero cáncer improductivo que no produce ni I, ni D, ni i. Nada de nada. Solo calentar sillas a cambio de 14 pagas y días propios. ¿Para cuándo un cambio de modelo en serio?
Ah, y gracias por pegar los artículos, muy interesantes.