Como he escrito en otra parte, estos días las páginas económicas, que yo nunca leía, están llenas de pasiones: se habla de aliento contenido, de huidas y evasión, de negación de la realidad, de coraje e imaginación, de fijación en los parches insuficientes, del valor que haría falta para afrontar y resolver. Se evoca el crash del 29 y los suicidas arruinados cayendo de los rascacielos, los millones de parados en la Europa de los treinta, el miedo, los indigentes, las caídas de regímenes. Soros dice en Le Monde que incluso el gigante chino verá caer sus restos de régimen comunista por culpa de unos mercados parados, sin consumo en la exportación. Unos dicen (The Guardian) que la intervención del Gobierno norteamericano ha mostrado agallas e imaginación, otros dicen (Krugman en El País) que aunque esa intervención norteamericana evoque esperanzadoramente la intervención sueca en los noventa, en que el Estado tomó temporalmente el control del sistema financiero durante unos meses y resolvió las cosas evitando males mayores, en USA no osarán hacerlo (los neocons se rasgarían las vestiduras, si a esta intervención ya la consideran "socialista"), y los resultados serán peores. En este país, el presidente de la CEOE advierte que si no se toman las medidas adecuadas, caerán todas las empresas una a una.
En mi ignorancia, me pregunto qué ocurrirá. He oído que algunos celebran la crisis diciendo que así dejarán de construir, pero yo no soy tan optimista. Al contrario: por lo visto, para paliar supuestamente el parón inmobiliario, nuestros políticos han decidido extender sus caprichosas y discutibles infraestructuras y hacernos la vida imposible a los ciudadanos, fomentar la contaminación y el ruido y talar todos los árboles (así no habrá que gastarse en podar ni regar, dicen). Por cierto, que Francesc Arroyo escribe una interesante nota sobre el ruido e Inma Mayol en El País, al final de esa pequeña sección de "perlas".
O bien, como Zapatero, deciden cortar la inversión en I + D y poner más dinero en lo inmobiliario. Y nuestro ayuntamiento se lo pone difícil hasta a los turistas (ayer, con la Via Laietana cortada, decenas de viajeros desfilaban andando furiosos hacia sus hoteles en Ciutat Vella, ya que los taxis no podían entrar). Ruido, polvo, obras, cortes y precios excesivos llevarán el turismo ailleurs. Y sin industria. ¿Qué será de nosotros?
Oigo un vecino que ensaya una música maravillosa con su violín y pienso en aquel concierto improvisado en un tejado que Maeve Brennan contemplaba en sus piezas sobre Nueva York. Me he hecho una ensalada deliciosa, mezclando las judías verdes de ayer con lechuga, atún, pepitas de calabaza y tamari y sólo pido a los dioses griegos que me dejen seguir viviendo como ahora, que no conviertan mi vida en una pesadilla, indigente, huyendo de esos skins que apalean y prenden fuego a los pobres. Mientras pueda refugiarme en algún sitio con mis libros, yo seguiré leyendo para consolarme, o contemplando las fotos que Manel Armengol hizo en Islandia.
13 comentarios:
Qué bonito este final, isabel. siempre nos quedará la lectura y la música.
L.
A propósito de tu inclusión de la nota de Arroyo sobre el ruido e Imma Mayol, Irma Pujol la llamo yo que soy "sordo", copié y pegué en mi blog un comentario que me encantó entresacado del foro sobre la noticia publicada en La Vanguardia de su repentina conciencia del espantoso espacio sonoro barcelonés:
http://ephemeralthing.blogspot.com/2008/09/me-oye-usted.html
es verdad, la mirada humilde y posada sobre las pequeñas cosas a las que somos capaces de dar sentido (en vez de perdernos en elucubraciones imaginarias sobre macroestructuras que nos sobrepasan de mucho), como M. Brennan o Ginzburg son más que una inspiración para estos tiempos de guerra... guerra del sistema contra nosotros mismos
a mi efectivamente la lectura me ha ayudado a recomponer los trocitos este fin de semana,
y este horizonte esperanzador y vasto de Manel, irradiando luz
tal vez después de esta tregua me atreva con la prensa
Desde luego, el final es estupendo, incluyendo el "que no conviertan mi vida en una pesadilla, indigente" y esa imagen terrible de los skins y la ensalada como paraíso en riesgo.
Yo siempre que veo a los pobres por la calle pienso que tal vez acabe como ellos, ese temor me ha acompañado toda la vida.
Preciosa la foto, muy adecuada.
Pintan bastos, malos tiempos, seguro!
en cuanto al Pais, y demás medios harta me tienen, una es fiel a lo más proximo a su ideología,pero vivimos en la desinformación , unos más que otros , eso sí.
Lo que ha hecho el Pais con el morbo del accidente de Barajas, me parece lamentable.
Es mi opinión, que no quiere decir que sea la correcta
Cariños
Jazzy
Sí, V., sólo la lectura ya recompone... la verdad es que leí ayer un poco a Vila-Matas en el País y pensé: él sigue leyendo y en su mundo, y la idea me reconfortó, porque a veces todo lo veo tan quebrado, tan deshecho que...
Friks, yo también! Siempre les he mirado pensando que podía acabar entre ellos, y me siguen asombrando esas afinidades que también encuentro en tus posts (ya sé que voy retrasada, pero a media semana que viene ya podré ponerme con lo impreso)
Jazzy, eso por supuesto, el morbo insoportable y superfluo, criticado por algún columnista desde el mismo periódico.
Yo siempre pensé que ese miedo al fracaso total y a la pobreza era algo lógico, no me parece que el hombre que vende kleenex en la esquina sea muy diferente de mi, si acaso la suerte de haber nacido en uno u otro lugar (y los paises se pueden ir al garete). Pero al mismo tiempo no se si este miedo que no todo el mundo tiene es resultado de una inseguridad o de la sensación de no terminar de encajar.
No te preocupes con lo impreso, no corre prisa y te imagino muy atareada.
Supongo que es una mezcla de las dos cosas. Es decir, hay una parte razonable, saludable incluso, de comprender que no son distintos y que el sistema es implacable. Un domingo a las 12 del mediodía, se había formado un grupo de gente en la acera cerca de mi casa y comentaban señalando un cuerpo caído en la puerta del bar. Era una mujer pero parecía una niña. Le pregunté a alguien que conocía de vista del barrio. Me dijeron: Está borracha. ¡Y tendrá 40 años! Me sorprendió el tono de censura y desprecio, pregunté si no la ayudaban y me dijeron que iba a venir la ambulancia y procuré expresar simpatía por aquel cuerpo en la acera: Espero que se le pase pronto. Me dio rabia que se sintieran tan por encima.
Pero también habrá una parte de miedo a la locura, al extravio, qué sé yo. Creo que dudar de todo es bueno, aunque a ratos haga sufrir...
Conoces a Wodiczko? Es un artista que trabajó con los homeless en NY y les diseñó un vehículo que cumpliera todo, hasta tenía radio para avisarse si venía la poli. Lo hizo porque decía que los neoyorkinos pasaban por encima de los homeless como si no existieran, quería visibilizarlos. En parís les diseñó un bastón con cámara de vídeo: la gente se paraba a mirar esas pequeñas cámaras y así veían a los arficanos etc
siempre podremos entretenernos matando toros de forma sádica y ante un buen puñado de espectadores...o viendo bailar a ana garcía obregón y el viudo de la jurado por nuestra delicada, sensible tele estatal...
"iluminaciones" ha cerrado sus puertas (al menos para mí)...creo que en definitiva no quería comentarios ajenos. Siempre es riesgoso escuchar a los otros.
Estoy tan indignada, que en esta ocasión sí tengo que pedirte disulpas porque me salí del contexto del tu post. Me cuesta cada vez má encontrar información fiable y objetiva en los medios, todos arriman el ascua a su sardina, perdóname la ordinariez.
Habrá que aguantar, y no ser cómplice de la desaprensión en el futuro..puesto que poco más podemos hacer, la suerte está echada.
"Oigo un vecino que ensaya una música maravillosa con su violín y pienso en aquel concierto improvisado en un tejado que Maeve Brennan contemplaba en sus piezas sobre Nueva York"
párrafo bálsamico dentro de esta vorágine que nos sepulta en la sinrazón.
Que a ningún skin se le ocurra delante mio prender fuego a un indigente, me uniría sin duda, y alguno ( malo - maloso ) caería, seguro.
Saludos!
Jazzy
Yo no soporto tener que oír el estruendo de cómo destruyen esta ciudad, todos los días hasta que oscurece. No me dejan olvidar. Hoy estaban desalojando a los okupas de un barrio pequeño y ajardinado como un pueblito que había bajo el puente de vallcarca. Lo van a convertir en autopista. Parece que van a arrasar toda tranquilidad, toda quietud, toda sombra de árbol, toda plaza de tierra. De las plantas sólo tendremos el recordatorio ese de parterres sin riego ni poda, que tanto gustan a Parcs i Jardins. Hoy uno de ellos al que creí afín me manda una foto con dos burros: tal vez así cree insultarme! No me importa. Esos animales me gustan más que algunas personas y en Menorca descubrí que son listos y sociables, además de libres y hermosos. Quienes estén dispuestos a hacer de verdugos y dejarnos la Diagonal, la Ciutadella y Joaquim Folguera sin árboles, como la pobre Lesseps, serán siempre más animales. Sé que hay gente que considera estúpido salvar un azufaifo, protestar por las talas y la política antiverde de Bcn. Este país es así.
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