He enviado el artículo de Patricia Gabancho "El urbanismo feo" a alguien, que me ha dicho: "Sí, está bien que hable del tema, pero podría ser más crítica y el tema de la falta de verde en la ciudad ni lo menta". En cambio a mí me ha parecido no sólo interesante, sino muy esperanzador que todo esto empiece a decirse en la prensa, que Victoria Combalía califique la plaza Lesseps de "falsa vanguardia", que Francesc Arroyo hable de nuestro manifiesto en El País y al día siguiente reaccionen los partidos políticos. Creo que es esperanzador que se cree un ambiente de debate crítico, que los políticos municipales vean que no vamos a tragar con todo, que pueden perder sus votantes, que no pueden arrebatarnos la frondosidad a su capricho una y otra vez.
Decía Patricia Gabancho sobre Lesseps: "Pero miremos la plaza desde la perspectiva humana: es un vasto espacio paradójicamente lleno de ruido visual. Entregarle la ornamentación al señor Viaplana, a la vista de lo mal que ha envejecido la plaza de los Països Catalans, delante de la estación de Sants, era un riesgo cantado. Vigas adustas y miradores extraños constituyen la parte que se supone blanda de este espacio excesivo, despojado de sombras y de efectos amables. Un espacio, además, escasamente verde (excepto un rincón futuro), cuando la antigua plaza, impracticable como era, albergaba un bosquecito excepcional. ¿Era imposible salvarlo?"
Tal vez hemos perdido la batalla de nuestros almeces de la plaza Joaquim Folguera, enero está aquí mismo y la sola idea de ver cómo los cortan me remueve las entrañas. No sé qué podemos hacer para evitarlo. Y tampoco me consuela esa esperanza de algunos de que dejen metros de tierra en la pobre plaza para replantar algo. En este país, los arquitectos no tienen ninguna sensibilidad verde y los paisajistas no reciben el trato al que están acostumbrados en Inglaterra o Alemania o Francia, donde trabajan en pie de igualdad con los arquitectos. Aquí son humillados una y cien veces por éstos, que son arrogantes como el autor de Lesseps, y se creen efectivamente por encima del bien y del mal. No creo las promesas de los políticos (arboricidas). También engañaron a los vecinos de Lesseps con este espantoso proyecto. Además, me parece gravemente antisostenible pensar en los árboles como un mobiliario de quita y pon, desdeñando los años que han tardado en crecer ni las reducidas posibilidades de que crezcan. Y menos sin tierra, con tierra compactada, sin espacio en los alcorques, con sequía y contaminación.
Ayer, al atravesar la plaza Joaquim Folguera, vi el círculo de almeces como el cerro de los faunos del cuento, como aquellos claros del bosque donde según la tradición mítica nórdica se producían los encuentros de hadas y ninfas, donde se reunían los duendes de los libros que yo leía de pequeña, un lugar mágico y secreto, protector de los malos espíritus del cemento y el ruido. A veces pienso que mucha gente, al meterse en sus coches se convierte en una especie de robot maligno, incapaz de pararse o de avisar para evitar que matasen al perro heroico y triste del otro día, y son capaces de lo que sea con tal de llegar antes a su estúpido destino. De sus rugidos de leones contaminantes y del peor estruendo y suciedad de las obras que enriquecen a los corruptos nos protegían esos árboles amables que recordaban al poeta de la plaza. Ahora el espíritu de Joaquim Folguera tendrá que emigrar y nosotros, ciudadanos envilecidos, atravesaremos otra cantera de cemento, polvo y ruido, con un pañuelo en la nariz y el corazón encogido ante la nueva fealdad de Barcelona. [me temo que se me ha colado un trozo que corresponde al otro blog]
4 comentarios:
Hace unos años solia tomar unas cervezas al atardecer en la terraza del Hidalgo frente a Joquim Folguera, si bién Balmes es extremadamente transitada la visión de los frondosos y enormes arboles de la Plaça Joaquim Folguera daban una cierta templanza y una visión sumamente agradable al espacio. Si los arboles son talados la fealdad del entorno aumentará exponencialmente, parecerá la parte trasera del Mercado, la tipica plaza dura y fea.
Tiene razon Patricia Gabancho, la Plaça dels Paisos Catalans si al construirla era fea con los años aún es más fea y por desgracia la fealdad de Lesseps va pareja a ella.
Acabo de estar en Ceret donde la llamada passeijada son unos gigantescos platanos con casas bajas a su alrededor, hay los catlanes de Francia, que envidia me dan.
oh sí, qué envidia dan los vecinos gabachos y los catalanes de Francia, ellos tienen esas carreteritas con bóveda de plátanos y esas pequeñas ciudades llenas de almeces y plátanos con alcorques gigantes, árboles de sombra generosa, como los de Nîmes!
Y en efecto, la plaça Joaquim Folguera tenía esa pequeña frondosidad para contrarrestar el tráfico. Si nos la quitan, será una pequeña Lesseps, fea, sucia, contaminada, ruidosa y sin nada humano.
Ayer estaba en la Plaza Tetuan con mi perra en la que también hay unos cuantos llàdoners, no de tanta solera y majestuosos como los de Joaquim Folguera, pero también magníficos. No hace tantos años se inauguró en esa plaza una estación de la última línea de metro creada en la ciudad, la L2, y se me ocurrió pensar que si la obra se hubiera realizado ahora probablemente el proyectista los hubiese ignorado, o más bien, le habrían dado la instrucción de ignorarlos. Estoy convencido que esa estación del Putxet podría proyectarse de otra manera, agujereando no el lugar donde están los árboles, la plaza, sino la vía por donde transcurre el tráfico, que evidentemente tendría que cortarse mientras durase la construcción, asunto que seguro debe ser perfectamente viable. El Ayuntamiento debe considerar que ese corte de tráfico provocaría excesivas protestas de ciertos ciudadanos. Lo dicho, hay que promover un cambio cultural, primero creando otra opinión, otro "gusto" por lo que es lo urbano.
ps: igual resulta que el proyecto incluye ese corte de la circulación, en ese caso seguro ya de entrada el proyecto debe ser un "delirio". Otro.
En el libro de fotos antiguas de BCN que me ha prestado el librero de la calle Berlinès se ven unas de la plaça Tetuan y alrededores y es todo puro bosque!!!! El passeig de sant Joan también. Qué ciudad teníamos y cómo la han destruido... y siguen
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