En este país, pocos son los que tienen conciencia verde y menos aún los que se han dado cuenta, ni siquiera con los desastres de Chernobyl o Fukushima, de la amenaza que tenemos encima, para beneficio de unos pocos, que ni siquiera podrán gastar su dinero si se produce un largo apagón o cualquier otro fenómeno que provoque el horror.
Así que, frente a los 250.000 manifestantes en Alemania pidiendo el cierre de las centrales, aquí hemos tenido unos 5.000, pero ya es algo para empezar.
Naturalmente, dos partidos de falsa izquierda y en realidad antiverdes han intentado apropiarse del hecho, estar allí para hacerse la foto. Por suerte, los manifestantes les han pedido que bajasen las banderas, les han cerrado el paso a la cabecera y han tolerado que fuesen a la cola. Qué descaro aparecer allí los de Iniciativa, después de hacer una política tan furiosamente antiverde, tan vergonzosamente anti-medioambiental y antisostenible, apoyando siempre el cemento y lo inmobiliario contra el medio ambiente, las plazas duras, las talas de encinas en el Tibidabo y de plátanos por toda la ciudad, el túnel de Bracons, las carreteras innecesarias, etc., con la actuación vergonzosa de F. Baltasar, etc., ¡pretender que la gente olvide tan deprisa!
Cuelgo algunas fotos humildes, aunque no pueden compararse con las de Frikosal...
2 comentarios:
Efectivamente, los políticos se dedican a hacerse la foto a conveniencia y *pare usted de contar* pero no son capaces de hacer de verdad una política de sostenibilidad, matando los árboles y la naturaleza lo único que se consigue es asfixiarnos con la polución que vamos generando, que a la postre se vuelve en contra nuestra, una sinrazón absoluta. Vemos como se enriquecen hoy pero que están hipotecando nuestra mañana y es el de todos, pues el aire que respiramos es compartido. Pero no son capaces de ver más haya de sus narices, mejor dicho de su cuenta bancaria.
Estamos desencantados de tantas promesas que se quedan en eso en simples promesas electorales, para después ver como *donde dije digo, ahora digo Diego* y se quedan tan anchos esperando que tengamos memoria de pez y no recordemos nada, en una desmemoria colectiva y volvamos a creerles.
Ese día ya no debe llegar, ya hemos dicho basta y espero de corazón que entre todos seamos capaces de hacerles ver que no volveremos a caer en el mismo engaño.
Ojalá que sí, Carmen, que logremos corregir la dirección perversa del mundo
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