martes, junio 12, 2007

¿Amenazas?

¿Es posible que por salvar un azufaifo nos amenacen?
Entre las siete y las ocho de la tarde, he recibido una llamada telefónica con una voz que no sabría definir, de una sonoridad extraña, distorsionada o metálica y a gran volumen. Ha pronunciado mi nombre y apellido interrogativamente y en un tono descarado, casi diría que ofensivo:
¿ISABEL NÚÑEZ?
Sí, ¿quién llama?
TEN MUCHO CUIDADO, SI QUIERES SEGUIR ANDANDO TRANQUILA POR LA CALLE, TEN MUCHO CUIDADO...
¿Quién es, quién llama?
Y han colgado.
Reconozco que me ha producido una mezcla de rabia y cierto malestar, leve angustia momentánea. He pensado fugazmente en las historias de la mafia napolitana y rusa que, según dicen, controlan el negocio inmobiliario en este pobre país. He pensado en la furia injustificada de los obreros cada vez que Ninca o yo pasamos por la casa del azufaifo. En las advertencias que le han hecho a Ninca. Y en que la empresa constructora Supportis me pidió mi número de teléfono.
He llamado a un periodista de El País y he escrito a otro de La Vanguardia. He sabido que la empresa Suportis recibió a un periodista y le trató duramente, pidiéndole acreditación y en tono desagradable, pero le aseguraron que no construirían sobre nuestro árbol. He seguido su recomendación y he llamado al 088, para dejar constancia de la llamada. Me han recomendado que llamase a Telefónica para que no me pasaran más llamadas sin datos. En Telefónica me han contestado dos personas, asegurándome que no disponen de ese servicio.
Así que no cogeré el teléfono si vuelven a llamar sin número. No es que me haya asustado. Mañana iremos a la gestora municipal con nuestras 250 firmas. Y veremos.
Un amigo colombiano dijo, con su humor socarrón, que en su país me cortarían a trocitos por hacer esto. Sé que estamos estropeando un poco, sólo un poco el gran negocio a esa compañía, pero no creo que les salga a cuenta hacernos nada. ¿Creerán que voy a dejar de hacer algo por esa estúpida llamada?
Tengo que bajar al antiguo centro (dicen los urbanistas que en Bcn el centro ya no existe: ¿la ciudad es sólo una gran cantera?) y tal vez acabe yendo al concierto de un amigo de un amigo que me inspiró un cuento.
Últimas noticias: Lluís Permanyer habló en la SER de nuestro azufaifo.
Otro periodista (en cuanto él me autorice, le identifico) me escribe:
Un azufaifo, el árbol preferido del ex-alcalde Joan Clos, el árbol que proporcionó la corona de espinas a Cristo, está en peligro. He leído apenado su correo. El azufaifo no es un árbol común. En el año 1999 sólo había cuatro ejemplares en Barcelona. Hoy no hay muchos más. Tampoco en nuestro país existen leyes que protegan a los árboles. Quien compra un terreno para edificar se hace dueño absoluto de todo. Esto incluye la vida de todos sus árboles. La comunidad no recibe compensaciones a cambio del arboricidio. En Europa se ha empezado a aplicar la ley Granada. Aquí ni se habla de ello. Lo de poder trasplantar de un árbol de más de 80 cm de cuerda (perímetro del tronco) es un engaño oficial. Algo menos que imposible. Las raíces no lo resisten. Nos toman el pelo. Cuando pueda colocar el azufaifo en un "espacio" (¿será "parterres"?; ahora estoy haciendo "arriates" y luego voy a ir a "orlas" y "bancales" y ahí no va esa especie) me pondré en comunicación con usted. Si me da su permiso, referiré su historia. Entretanto voy a probar de denunciarlo a la Guardia Urbana.

1 comentario:

los editores dijo...

uf! qué heavy zetabel... una amenaza telefónica por intentar que no tiren un árbol... al final es MUY IMPORTANTE un árbol. Llegar al punto de levantar el tubo para amenazar... Aunque sepamos que todo eso es pura bulla, el mecanismo mafioso generado en torno a un árbol resulta tan exagerado como absurdo.