viernes, agosto 31, 2007

Alrededor del azufaifo

Ilustración: Júlia, una diseñadora gráfica que vive en el barrio, nos ha dedicado este cartel en homenaje a nuestra batalla por el ginjoler y lo ha pegado en la calle Berlinès, como un mensaje para los vecinos, que están contentísimos con nuestro logro.
También hoy he sabido que Aurora Altisent tiene el retrato del azufaifo prácticamente acabado: sólo le faltan algunas hojas...
Hoy hemos pedido el permiso para nuestro recital poético-musical.
Ayer, alguien que ha significado mucho en esta campaña y que no sólo me contó muchas historias míticas sobre este árbol, sino que inauguró una fase distinta en mi manera de ver este proceso del azufaifo, me llamó para explicar su silencio de los últimos tiempos. A su hijo de 16 años le han diagnosticado una enfermedad grave y toda su vida ha dado una sacudida y se ha transformado radicalmente. Yo iba a coger los ferrocarriles, al volver de ver a una amiga croata y a su pareja, agente literario, pero la noticia me dejó abrumada y ya no me resolví a coger el metro, seguí andando hasta casa, mirando a los árboles como a amigos venerables y esperando que hubiese un poder arbóreo capaz de devolverle la salud a ese chico. Me contó que antes de que todo estallara, su mujer y él habían planeado irse a la Festa delle giúggiole en octubre, a Arquà Petrarca. Frente al hospital donde están tratando al chico, hay unos cuantos ginjolers. Él mismo me dijo que esperaban que nuestro viejo azufaifo les ayudara, y no hay nadie que lo merezca más.
Luego llamé a G., porque siempre que me cuentan algo así, necesito hablar con él y saber que está bien. En el fondo, tal vez me haya vuelto sin darme cuenta como la madre de una amiga que tuve hace años, que cada vez que oía pasar una ambulancia llamaba a sus hijas y nos hacía reír. Ya sé que es irracional, pero en la maternidad hay algo que Marguerite Duras intentó sintetizar así: "J'ai beaucoup parlé de l'amour maternel puisque c'est le seul que je connaisse comme étant inconditionnel. C'est celui qui ne cesse jamais, qui est à l'abri de toutes les intempéries. Il n'y a rien à faire, c'est une calamité, la seule du monde, merveilleuse."
Y aunque suscribo exactamente esas frases si pienso en G., confieso que, desde un punto de vista filial, sé muy bien que existen madres que lo fueron sólo por obligación, que detestan esa condición que las hace prisioneras y que por ese rechazo, son capaces de tolerar y aprobar que otros maltraten y torturen a sus hijos sin inmutarse. Y sé que no son pocas. "En un concurs de mares dolentes, la meva guanyaria", me dijo una vez una artista amiga. Y lo que contaba le habría dado cuantiosos puntos para ese supuesto concurso. Me temo que conozco unos cuantos hijos que podrían presentar a las suyas al concurso.
Y con esto no excluyo a los padres de la maldad familiar. Siempre he pensado que la familia es una institución maldita y que conozco muy pocas, no ya que hayan apoyado a sus hijos, sino que no hayan sido un lastre terrible para ellos.
Y ahora me doy cuenta de que en este post se han vuelto a mezclar los temas de mis dos blogs. Mis excusas a los que visitan Polis para leer de política, temas de la ciudad y campaña del árbol. Además, el cartel de Júlia merecía algo más alegre o al menos más combativo. Mañana me enmendaré...

martes, agosto 28, 2007

Mientras arde Grecia

Foto: I.N. Las primeras azufaifas, 2007
El Peloponeso, Ilia, Esparta, las ruinas de Mistras, no tan lejos de las ruinas de Micenas y el templo de Epidauro, arden ante la incapacidad o la escasa voluntad de los políticos, convertidos en meros títeres inoperantes de un mercado salvaje, que sólo piensa ya en los negocios de reconstrucción, en la gentrificación posible, en el supuesto pastel inmobiliario de los ricos. Y yo pienso en la perdida Bagdad y en cómo las fuentes de nuestra cultura se queman y desaparecen, en un símbolo de lo que está ocurriendo con el humanismo y con el mundo que conocíamos.
Y al mismo tiempo pienso en Nueva Orleans y el Katrina, dos años después muchos de los antiguos habitantes siguen sin poder volver, sin sus casas, sin escuelas ni hospitales ni infraestructuras, en el país más rico del mundo. Y me pregunto si a partir de ahora será siempre así, como empezamos a ver en Catalunya con los transportes y los apagones, o los viajeros encerrados tres horas en un avión sin aire acondicionado, los ciudadanos pagando impuestos, billetes y tarifas eléctricas sólo para que unos cuantos grandes accionistas sigan embolsándose beneficios y los políticos acaben sus mandatos para integrarse en esas compañías que en realidad nos gobiernan, y abandonándonos a todos a nuestra suerte. Las catástrofes y los fallos estructurales, las obras con túneles que hacen caer casas como en el Carmel, los barcos cargueros que pasan las revisiones en agencias corruptas y siguen navegando con cascos finísimos, que se rompen con un temporal y destruyen para siempre la fauna y la flora del mar, que contaminan, mientras los gobiernos europeos siguen sin decidirse a invalidar esas agencias corruptas y exigir revisiones serias (alguien debe de estar cobrando, si no todos), la gente que pierde sus casas por temporales causados, agudizados o multiplicados por el cambio climático, mientras los mismos gobiernos siguen negándose a imponer medidas para frenarlo.
Y la desesperación social (por el empobrecimiento de la engañada mayoría mientras los Bancos y las grandes corporaciones y escasas grandes fortunas multiplican sus beneficios, por la esclavización laboral, que obliga a la gente a trabajar por tres si quiere conservar su puesto o a los autónomos a mantener sus tarifas bajas para competir, y los precios altísimos, no sólo de la vivienda, sino de los alimentos básicos) y la falta de inversión en la educación engendra más violencia (además del ruido, la comida tóxica, la dureza de la vida en las ciudades), y cada vez hay más niños y jóvenes que disparan a otros, más secuestros, más mujeres que mueren a manos de sus parejas o ex parejas, que no aceptan su independización y fortalecimiento progresivo.
¿En qué mundo estamos? ¿Qué mundo dejamos? Qué fuerza y qué confianza hacen falta para no dejarse hundir y superar la frustración, para seguir batallando, para no aceptar el sistema de valores que sólo se basa en lo material y seguir buscando en la lectura, la reflexión, el cine y la propia vida que late pese a todo en lo cotidiano, la belleza de las cosas, el paisaje que nos queda, los amigos, los encuentros, el sexo, los afectos, las pequeñas celebraciones vitales o la realización de los propios talentos, como siempre habíamos hecho o como nos enseñó, por ejemplo, la Grecia clásica que ahora arde.
Y al mismo tiempo, en todas esas guerras y catástrofes que las compañías inmobiliarias utilizan para sus negocios de reconstrucción, no todo encaja. Realmente hay tantos ricos para ocupar ese nuevo mundo gentrificado que sustituye y expulsa o mata sin contemplaciones al de siempre?
Todas estas cosas pensaba también mientras me dirigía al pie de nuestro azufaifo, donde TV3 (Matins de Josep Cuní) ha venido a entrevistarme un instante, y en medio minuto he tenido que sintetizar nuestra alegría por la consecución de la Plaça del Ginjoler y nuestra preocupación de que ese "equipament" que quieren construir "no perturbe la zona radicular del árbol y los movimientos aire-agua a través del suelo sigan produciéndose como hasta ahora", en palabras de José Manuel Sánchez de Lorenzo-Cáceres, Ingeniero Técnico Agrícola de la Escuela Universitaria de Ingenieros Técnicos Agrícolas de La Laguna (Tenerife).
Al pie del ginjoler-azufaifo he podido recoger unas cuantas azufaifas (gínjols) que pienso plantar en mis macetas, aún sabiendo que la lentitud de su crecimiento no me permitirá ver gran cosa, pero quién sabe, tal vez algún día lo pueda trasplantar a un jardín y dejarlo para los habitantes de este nuevo mundo.

lunes, agosto 27, 2007

La victoria simbólica y efectiva de La Plaça del Ginjoler

Foto: I.N. Tejados, Cadaqués, 2007
Mi reserva y mi parte más pesimista no me dejó decirlo alto y claro en el primer momento y lo añado ahora. Hemos ganado. Es la demostración de que a veces, resistir y ser tenaz da resultados. Sé que es una pequeña batalla, pero simbólicamente es importante. Y yo no puedo evitar, aunque parezca ególatra, sentir que yo misma he conseguido algo importante. Sé perfectamente que sin los apoyos que he tenido y sobre todo sin Isabel Lacruz (su esfuerzo vecinal, su experiencia de funcionaria europea y su radicalismo afín al mío), nada de esto habría sido posible. Ni sin la conexión china de Vanessa Núñez. Sin el artículo de Vila-Matas. O el de Oriol Bohigas (y su hija Glòria, que me dio la idea in the first place). Y la ayuda de Borja Querol o de Xavier Argimon, sin las propuestas decisivas de Joan Bordas, o los informes de Javier Montalvo, J.M. Sánchez de Lorenzo-Cáceres o los artículos de Francesc Arroyo, A. Puigverd, Marta Carbó, I. Vilardevall, las radios y tvs otras. Sin la receptividad eficaz y generosa del programa de Josep Cuní. Sin la vigilancia de los botiguers del carrer Arimón (la Matalasseria, Iglú, la tienda de caramelos...) Sin el espíritu afín y lleno de ideas del librero de la calle Berlinès y sus amigos y cultivados clientes lectores. Sin las firmas y la colaboración de los vecinos, sin la iniciativa verde del restaurador de La Taula. Y la simpatía de tantos amigos del mundo de la cultura (Todó, Huerga, Rosa Regàs, Chelo Sastre, Lydia Oliva, Antoni Clapès, Enric Casassas, Carles Hac Mor , Anna Maio, Àngel Vilalta, Dante Bertini y tantos otros) y los bloggers y webs que se han hecho eco de la campaña o más bien la han hecho suya. Sin olvidar el reconocimiento agradecido y feliz de tantas ayudas, en mi mentalidad pequeña de figuerenca, no puedo evitar sentir, como la hormiga atómica, que yo elegí el azufaifo y luché por él y ahora tendremos una plaza. Ya sé que es casi una fantasía, pero cada uno se consuela como quiere.
También sé que no podemos bajar la guardia, porque han anunciado que pondrán "un equipament", y como no tienen costumbre de informarnos, tendremos que estar vigilantes por si acaso es de cemento, porque eso mataría al árbol. Y me gustaría recordar que incluso en una cosa tan pequeña como ésta, hemos tenido adversarios, no sólo las amenazas del principio, el desdén de la ex gerente del distrito y de la cap de llicències, sino también la furia sorprendente de alguno y los comentarios de todos aquellos que desaprueban que alguien se moleste en defender un árbol cuando hay tanto sufrimiento humano en la Tierra, como si una reivindicación negara a la otra, como si hubiera que renunciar al verde y dejar que talaran los árboles mientras la justicia no reine, como si ellos estuvieran en Darfur o recogieran a los indigentes de la calle o fuesen enfermeros en Irak, como si impedir que ganen siempre los intereses inmobiliarios excluyera todo lo demás. Cada uno hace lo que puede y yo seguiré utilizando mis pequeños espacios para protestar y escribir sobre muchas cosas que me parecen mal en este mundo, pero estoy muy contenta de haber conseguido que por una vez no les quiten esa sombra verde, ese oxígeno y esa esperanza a los vecinos.
Desde aquí, muchísimas gracias a todos los que han apoyado, colaborado o simpatizado, aunque espero darlas públicamente en la Festa del Ginjoler del 16 de septiembre.
Luego seguiré poniendo links y comentando otros temas de la Polis, ya que los periódicos de estos días son realmente negros y humeantes, pero tengo que traducir...

martes, agosto 21, 2007

Confirmación de Imma Mayol

Foto: I.N. La tierra roja, Eivissa, 2007
Esta vez, Imma Mayol ha decidido contestar a Isabel Lacruz, tal vez cansada de mis mensajes y con ánimo de darme una lección. En cualquier caso, como dice Ninca, "tanto monta"... Lo que importa es la CONFIRMACIÓN OFICIAL DE QUE HEMOS GANADO LA PLAZA PARA EL AZUFAIFO. Reproduzco aquí (sin corregir erratas) su email y nuestra respuesta:
Benvolguda Sra. Lacruz
En relació al Ginjoler que es troba en la finca del C/Arimon, 7, l'informo que s'han iniciat els tràmits per a la seva catalogació com a arbre d'interès local. Aquest arbre romandrà en l'espai en què es troba actualment, espai que passarà a ser de propietat municipal.
Ben cordialment,
Imma Mayol, Segona Tienta d'alcalde de Medi Ambient
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Sra. Mayol:
Ens alegrem molt que finalment coincideixin amb l'opinió dels veïns i hagin considerat que l'arbre -un exemplar bicentenari d'una espècie tan sostenible, i únic a Europa- mereix una plaça enjardinada i el barri -degradat pel domini del mercat immobiliari per sobre dels interessos ciutadans- també. Ara bé, esperem que no facin una plaça dura, amb bancs o altres construccions de formigó, que compacten el terra i maten els arbres en pocs anys perquè no deixen créixer les arrels, com s'ha fet tristement fins ara i tan sovint en aquest país. Volem demanar-li, per tant, informació més precisa sobre aquest "petit equipament" que vostè mateixa va esmentar. Amb la força que ens poden donar les signatures de mil veïns, l'opinió favorable i el suport d'Oriol Bohigas, d'Enrique Vila-Matas, d'Antoni Puigverd, de Carles Hac Mor, d'Enric Casassas, d'Ignasi Vilardevall, de Rosa Regàs, d'Aurora Altisent, de Manel Huerga, de Lluís Maria Todó, d'Eugeni Madueño, de Francesc Arroyo, de Feliu Gasull, d'Antoni Clapès, de Dante Bertini i de tants altres intel·lectuals, arquitectes i artistes que són influents a la ciutat, li demanem que ens mantinguin informats i la receptivitat que han mostrat els mitjans de comunicació. A més, la volem invitar al recital de poesia i música que estem preparant per al diumenge 16 de setembre, tan a prop del ginjoler com ens sigui possible (repetirem la invitació, d'aquí a uns dies, amb més precisió). Cordialment, Isabel Núñez Salmerón i Isabel Lacruz Bassols __________________________________________________________________________________

lunes, agosto 20, 2007

De la pobreza, el engaño y la fealdad

Foto: Andrea Resmini, Safi, Marruecos, 2006

Leo en El País que seis de cada diez catalanes viven con menos de 1.050 euros mensuales. Lo extraño de todo esto es que la gente vive engañada, todos convencidos de pertenecer a las clases medias y de "vivir bien" (sólo porque hace sol), sin conciencia de clase ni de su situación económica y engañados por esas "otras cifras" machaconas que repiten continuamente datos de crecimiento y riqueza en España, datos que sólo se aplican a las grandes fortunas, las compañías inmobiliarias y al ritmo galopante en que los Bancos del país se enriquecen, correlativamente al endeudamiento y las dificultades de los ignorantes y engañadizos ciudadanos. Hace poco, en esa sección de La Vanguardia donde se anuncias ventas inmobiliarias aparecía un piso barcelonés del Passatge Mercader al mismo precio que una grande y sólida mansión con varias hectáreas de jardín en la Riviera francesa.

Sigo pensando que la ignorancia, la resignación y la aceptación pasiva de los ciudadanos en este país forma parte de nuestra triste herencia franquista. Este país nunca se ha recuperado de aquello. Si los precios de la vivienda se han puesto por las nubes es porque la gente los paga, se endeudan, sufren y tragan. Cuando cambiamos al euro y nos redondearon todos los precios, nadie se rebeló, mientras que en Alemania e Italia la gente boicoteó las compras de alimentos hasta que se corrigieron los precios. Alguien me dijo hace poco que se hizo las gafas en Frankfurt y le salieron mucho mejor de precio. Conozco gente que compra todos los alimentos biológicos que no sean frescos en ciudades alemanas porque son mucho más baratos. También los llamados suplementos de hierbas, minerales, etc., que allí pueden comprarse en los supermercados. Sin embargo, los sueldos de allí son bastante mejores que los de aquí. No hay como la ignorancia y la pasividad ciudadana para practicar todos los abusos... impunemente. La prensa también: día tras día nos hablan del crecimiento económico, y en la época de Aznar, medios como El País contribuyeron siempre al "España va bien", salvo en los artículos de Vicenç Navarro, uno de los poquísimos que siempre denuncia la realidad social, económica y cultural del país (diría que el otro es Eduardo Subirats).

Esta mañana he tenido que ir cerca de la pobre y eternamente afeada plaça Lesseps, donde sólo quedan dos edificios dignos, que cualquier día caerán también. Incluso la flamante y bien dotada Biblioteca Jaume Fuster tiene un edificio feo y sin gracia. En la desdichada Travessera de Dalt (una calle a la que Némesis ha intentado compensar de su contaminación y fealdad con las mejores puestas de sol de la ciudad, que comparte con las también feas y desdichadas Aragó y Mitre) siguen los carteles contra la destrucción de los jardines del Santuari Sant Josep, "pulmó de Gràcia", dicen las pancartas. He huido por República Argentina y el Putxet en dirección a mi casa, intentando mirar los restos (escasos) de árboles y casas dignas entre tanta fealdad. Anoche vi la nueva entrada de la estación de los FFCC de Rosselló y me quedé horrorizada. ¿Por qué tenía que ser tan fea? Pensé que aprovecharían para hacer por una vez algo discreto y bien hecho. O que recordarían lo bonitas que eran las estaciones antiguas de esos trenes y sentirían vergüenza. Pero la gente sigue encantada pensando que Barcelona es "la ciutat del disseny". Sin embargo, en ninguna ciudad europea se permite tanta fealdad en el diseño, ni se destruye con tanta saña la belleza histórica, ni los árboles, ni permite tanta suciedad. Una amiga que volvía de una visita fugaz a Toulouse me contaba que el turismo de allí no es como aquí, no mean en la calle ni tiran papeles al suelo ni rugen borrachos por la calle. Decía que la ciudad está impecable y limpia, que en las tiendas y cafés NO ponen música y que los árboles no son escuálidos como aquí sino centenarios, no sólo por el clima, sino también porque los protegen. Los trenes salieron a su hora y todo parecía funcionar. Ella paseaba por la ciudad pensando: ¿Por qué nosotros tenemos que soportar lo que soportamos?
Lo cierto es que tras el fiasco demostrado de las infraestructuras en Catalunya y el comportamiento de los políticos y los directivos de las compañías (tuvo que decir el responsable de Endesa que las tarifas eran tercermundistas, y claro, lo que es impensable para ellos es pasar un solo año sin pingües beneficios, como hacen otras empresas, obligadas a reinvertir de vez en cuando... ellos no, el negocio es el negocio, aunque sea a costa de un servicio público básico, este país es así), yo ya no me atreveré a defender siquiera el Estado de las autonomías, en el que tanto creí. Si los políticos son sinvergüenzas en su casi totalidad y la ciudadanía lo permite sin amotinarse y sigue votando a los que les explotan, ¿por qué pagar doble Administración? Las autonomías son para países que funcionan, con electorado exigente y límites para los abusos. Aquí parece que sólo nos sirven para multiplicar el gasto público, crear más parásitos y devolvernos aún menos de lo que pagamos. Eso sí, ha servido para proteger la lengua, pero después de veintiséis años de CIU y de la decepción del Tripartit, he llegado a la conclusión de que el precio a pagar sólo por la lengua es demasiado grande.

miércoles, agosto 15, 2007

Noticias extraoficiales

Foto: I.N., Algarrobo en el camino de casa, Ibiza, agosto 07
Ciertamente, las autoridades municipales siguen sin molestarse en contactarnos para informarnos de nada: ya lo dije, la falta de costumbre democrática de este país, o la tendencia de los políticos a apuntarse los tantos sin aceptar que si este azufaifo no muere talado o salvajemente podado y convertido en muñón antes de morir en su traslado, no es gracias a su iniciativa, ni tampoco gracias a su receptividad ante nuestra protesta y los informes expertos, sino sólo gracias a nuestra iniciativa, nuestra tenacidad y el reflejo en los medios de comunicación. Sólo cuando nos vieron en la tv y los periódicos, cuando vieron las firmas que nos secundaban, empezaron a cambiar de opinión..
Pero una mañana, hace pocos días, me despertó de mi sueño ibicenco Aurora Altisentque está dibujando el azufaifo!), para decirme que Imma Mayol acababa de anunciar en TV3 (de nuevo en Els Matins de Josep Cuní) que nos darán La Placeta del Ginjoler. Naturalmente, no la llamarán así, y además pondrán "un equipament", es de suponer que unos columpios infantiles. Más que nada, para dejar constancia de que se trata de una iniciativa suya, nada que ver con la reivindicación vecinal. Aunque Oriol Bohigas nos apoyara en esa petición, aunque todos los expertos lo pidieran. Aunque sepan que en Europa, un árbol así exige un jardín alrededor, y justificaría incluso la expropiación de los patios inmediatos. Aunque ya en el año 76 alguien se hubiera dado cuenta de que había que hacer una plaza para el árbol..
Naturalmente la noticia de la plaza me alegró muchísimo, pero sigue preocupándome que se repita lo que dijo el jardinero Joan Bordas. Que en este país, la mayor parte de los árboles monumentales y centenarios no han muerto talados, sino gracias a la ignorante arrogancia de los arquitectos, que construyen bancos de cemento y así se compacta la tierra, y se impiden la vida y la expansión de las raíces. Al cabo de unos años, el árbol muere, y ellos creen que ha muerto de viejo. Y es que a nuestras autoridades municipales les gustan las plazas duras, les gusta el cemento y les gusta demostrar que la inciativa es sólo suya. Caiga quien caiga. Las costumbres antidemocráticas de un país, el poso de los cuarenta años de dictadura no se eliminan así como así..
Pese a todo, si realmente hemos logrado que no se construya en ese solar y que se haga una plaza en honor del azufaifo, aunque sea camuflada (¿por qué no reconocer que la razón de hacer esa plaza es la presencia de un árbol tal vez bicentenario, un árbol singular, una pieza de patrimonio a conservar? ¿Por qué justificarla con unos columpios o vaya usted a saber qué? Como si el propio azufaifo, con su sombra, con sus frutos, con unos bancos para sentarse, con la quietud y el oxígeno que desprende no fueran suficiente razón per se, y no beneficiaran a la gente mayor y a los niños y a todos los vecinos) con "equipamientos" que pueden perjudicarle (los expertos lo han dicho: no habría que hacer nada, sólo poner unos bancos -no de cemento-, una fuente y dejar que el azufaifo sea la estrella de ese petit jardin), pese a todo, como decía, si hemos conseguido nuestra plaza y hemos evitado que construyan aquel horror y que destruyan nuestro árbol, tendremos que celebrarlo (y vamos a hacerlo, el 16 de septiembre, con poetas y músicos).
Pero esa pequeña gran victoria implica también una responsabilidad. Es la demostración de que se puede hacer algo para impedir que sigan destruyendo la ciudad, que hay que estar vigilantes contra el cemento, que no podemos dejarnos vencer.
Uno de estos días volveremos a aparecer en TV3 para darle un final al proceso del azufaifo y espero poder hablar de todas estas cosas, aunque sea concentrando mi speech en 3 minutos (¡me estoy especializando!).

domingo, agosto 05, 2007

Los políticos son cada vez más prestigitadores

Hyeronimus Bosch, El escamoteador
Hace unos meses, durante la campaña electoral francesa, un comentarista de por estos lares dijo que le gustaba Segolène Royal porque tenía ideas originales. A mí no me gustaba Segolène Royal, aunque hubiera preferido un millón de veces que ganase ella y no el horrible Skz. Esas ideas originales, que muchas veces consistían tan sólo en acercarse a la derecha, más su confesión de admiración por otro personaje lleno de "ideas originales", Tony Blair, me parecían suficiente argumento en contra. En cuanto al horrible Sarkozy, naturalmente la superaba en su originalidad, y confirma mi idea de que en esta "cultura de las mentiras" en que vivimos, los políticos son cada vez más puros prestidigitadores.
Como cuando Tony Blair prohibió la caza del zorro en Gran Bretaña, centrando el debate en un tema menor, pero capaz de suscitar pasiones encontradas, comparado con los importantes problemas sociales y políticos, y desviando así la atención para aparecer como un osado izquierdista mientras practicaba tranquilamente su política claramente derechista, usurpándosela y desconcertando a los tories, que ya no sabían qué defender.
Sarko ha matado varios pájaros de un tiro con su gobierno, tentando a prestigiosas figuras de la izquierda, como Bernard Kouchner, que había ganado su prestigio precisamente por su ética. Por una parte, Sarko aparece como un mago, más inteligente o por encima de las divisiones de derecha e izquierda (como si tal cosa fuera posible: sólo se puede optar entre lo social y el mercado, la educación pública o la escena privada y la seguridad paranoica o los derechos humanos, el sistema de bienestar con su déficit público o su destrucción privatizadora, que intenta rentabilizarlo todo), y por otra parte se carga para siempre a esas figuras prestigiosas de la izquierda, demuestra a los franceses que todos comparten la misma ambición corruptible, y siega sus carreras para siempre, como quien planta eucaliptus en un bosque de hayas. A Kouchner se lo ha cargado antes de que pudiera hacer nada.
Y luego está la suerte de los prestidigitadores, la suerte que siempre ha acompañado a Tony Blair, que ha sido capaz de hacer desaparecer toda alternativa y de remontarse tras haberse embarrado de la forma más escandalosa, una vez tras otra. Ha logrado afianzar y consolidar las "hazañas" de Margaret Thatcher, se cargó la educación pública, encareció terriblemente la Universidad, logró reducir a la prensa y los medios, destruyó el sistema de transportes públicos, etc., etc.
Como el eterno Bush, que ahora, mientras sigue gobernando el país más contaminante del mundo y se niega a seguir el protocolo de Kioto, monta una especie de mascarada para fingir una política aún más ecológica y torpedear Kioto. Y aunque muchos se han apresurado a señalar que es sólo una maniobra para dificultar aún más el cumplimiento de las ya moderadas medidas de Kioto, probablemente todos acabarán bailándole el agua.
En cuanto a Putin, no parece que él necesite prestidigitación alguna. Le basta con su poder, y con los intereses de los demás gobiernos. En este contexto nuestro, hace falta ser muy ciego para mostrarse optimista.
Y en clave personal, el otro día, una amiga que canta en una buena coral, me propuso actuar en nuestra fiesta del azufaifo. Pero cuando lo propuso a los de su coral, le dijeron que no querían participar en un asunto tan snob y frívolo. Por lo visto, defender los árboles contra la especulación inmobiliaria es una frivolidad snob. Seguramente quienes así argumentaban luchan eficazmente por eliminar el hambre en el mundo, actúan decisivivamente en Darfur y en Palestina o por lo menos, participan en las campañas por la vivienda social en Barcelona. Es lógico que desdeñen a quienes sólo nos implicamos en pequeños proyectos simbólicos, un libro sobre la guerra balcánica, un árbol bicentenario en un barrio degradado, o utilizamos todos los pequeños espacios de que disponemos para denunciar lo que nos parece denunciable. Nunca he comprendido que en un mundo lleno de injusticia haya que negarse a corregir, a resistir también en los temas próximos, aunque sean pequeños, siempre que no se confundan las prioridades. Pero los que nos hemos movido para defender ese árbol no somos gobernantes, ni siquiera periodistas influyentes, sino ciudadanos. En una ciudad tan contaminada, intentar que no se pueda cortar así los árboles que nos oxigenan ¿es una frivolidad? Y por eso, implicarnos y crear pequeños espacios de resistencia, verde, social, política, etc., puede ser significativo, aunque sólo sea para sentir que estamos vivos.

sábado, agosto 04, 2007

Los límites de la política

Estos días, leer los periódicos, o peor, ver las noticias me llena de aprensión y a veces no puedo soportarlo sobre todo, porque los responsables de todo el horror siempre siguen impunes, incluso tenemos que verles sonrientes en los medios o comprobar cómo uno de ellos, el feo bigotazos que nos gobernó, se hizo de oro con su política belicista, dejándonos para siempre expuestos al terrorismo islamista, como ya se vio en el 11-M. Los heridos en la frontera afgana con Pakistán, la vida cotidiana en Irak, los veinte millones de personas desplazados por los monzones (que empeoran terriblemente con el cambio climático) en la India, los dibujos de los niños sobre el terror de Darfur, las armas que todos envían a Israel y a Arabia Saudí, las vacas que enferman alimentadas con basura, los incendios que destruyen nuestro paisaje para siempre, la siniestralidad laboral en este país, los puentes que se caen a causa de obras (en medio de las noticias, como pura pornografía, los anuncios de una empresa "dermoestética", que engañará a tanta gente con sus promesas de belleza fallida mientras transmite su idea fragmentada y cosificada de las mujeres a toda página, y a algunas nos remueve el higadillo)... Para rematar, un amigo escandalizado me manda el venenoso artículo de un periodista amarillo del Avui, que utilizó un supuesto asunto personal para insultar de una forma rabiosa, misógina, pornográfica e inadmisible a una ministra del PSOE. Me dicen que no es la primera vez que lo hace. Por lo visto, Juan Marsé, cuando declinó la invitación a Francfort, dijo ácidamente que se la dieran a cualquier escritor catalán excluyendo a ese periodista y a otra escritora oficial. Lo que me sorprende no es que el "periodista" demuestre esa falta total de ética, sino que, como dice mi vecino escritor, un periódico tan subvencionado le ofrezca generosamente espacio. Yo no soy votante del PSOE ni pondría la mano en el fuego por lo que hará esa ministra en su nueva responsabilidad, pero me parece terrible que se utilicen esas cosas, sean inventadas o reales, y sobre todo, que el nacionalismo sea excusa para el amarillismo total.
Durante el franquismo, las organizaciones sindicales, por ejemplo, intentaban sujetarse a una ética social y progresista o se les podía reclamar que lo hicieran. Ahora, tenemos que ver cómo esas mismas organizaciones defienden a los funcionarios de la cárcel acusados de torturar a los presos sin que nadie diga nada. En Catalunya, el nacionalismo se había construido contra Franco y había unos límites éticos que no habrían permitido estos excesos del Avui. Parece que en este país no pueda haber discusión sin recurrir al insulto personal, a los trapos sucios y la demagogia. Por eso el nivel del discurso es tan bajo, tan básico, comparado con las discusiones y análisis de la prensa francesa o el Parlamento británico.
Cada vez es más difícil encontrar una buena noticia en la prensa, quedan pocos columnistas (se fueron Haro Tecglen, Vázquez Montalbán, etc.) de los que me consolaban por afinidad crítica. Como mucho, la buena noticia puede ser el estreno de una película iraní o china, que hay que ir a ver corriendo, antes de que la quiten...
Lo siento, estoy muy pesimista.

jueves, agosto 02, 2007

Desinformación

Sin noticias de la suerte del azufaifo. Tras una larga indagación, Isabel Lacruz ha sabido que la reunión municipal con el propietario del solar se ha pospuesto hasta el 27 de agosto. La promesa de mantenernos informados, a nosotras y a los 900 vecinos que han firmado pidiendo La placeta del Ginjoler, que el árbol se quede donde está y se ajardine ese solar, se ha incumplido una vez más. A veces da la sensación de que las costumbres democráticas y el diálogo con los ciudadanos que, con sus impuestos pagan a los políticos y que los eligen en las urnas, no están tan arraigadas en este país como en el resto de Europa. Nosotros, por mediación de Borja Querol, hemos presentado una queja a la Síndica de Greuges de Barcelona, por la desinformación y porque queremos seguir el proceso, la catalogación del árbol y el estado de las negociaciones.
Pero seguiremos vigilantes. El árbol también sigue ahí, con sus raíces invisibles extendiéndose por el subsuelo y las ramas abiertas hacia el cielo. Hay gente que viene a verlo, gente del barrio y gente de fuera de la ciudad, que han sabido de su existencia por los blogs y los periódicos.
Subí con Aurora Altisent a un piso situado frente al azufaifo, para que pudiera observarlo desde allí. Y dibujarlo. Se veía mucho más alto que en la calle. Gracias a las indicaciones del librero de la calle Berlinès, he encontrado una página web donde aparece esa foto que lo muestra en todo su esplendor (en un extremo se ve el morro de la destructora grúa, y es que están tirando todas las casitas del patio de manzana y construyendo edificios feos a toda prisa, edificios baratos que intentarán vender muy caros), y en otra foto de esa web están los trapos verdes que los vecinos han ido poniendo en las ventanas y en los escaparates de las tiendas, por iniciativa del dueño de un restaurante donde ya preparan postre de azufaifas.