Foto: detalle del plano municipal donde se ve la plaza proyectada.
Nuestra reivindicación de la Placeta del Ginjoler no es tan descabellada. En 1977, el propio ayuntamiento de Barcelona, tenía previsto poner una placita en ese mismo lugar. Borja Querol ha encontrado el plano en el Arxiu Administratiu de l'Ajuntament de Barcelona.
Lo cierto es que en este momento, el silencio del ayuntamiento nos preocupa. Los vecinos temen volver de sus vacaciones y encontrarse sin azufaifo. La constructora no se ha resignado y sus máquinas siguen apareciendo por el solar, sus técnicos hacen mediciones para el trasplante (un simulacro que sólo significaría la muerte del árbol) y apartan a los vecinos de muy malos modos. Ayer, un artesano de Vilanova que fabrica tenoras vino a ver el árbol y les pidió a los empleados de Supportis si podía coger un poco de tierra junto al árbol, ya que en la festa major de Vilanova, le echan tierra de otros azufaifos al ejemplar que él mismo plantó. Los de la compañía se negaron a dejarle pasar, le indicaron que lo hiciera a través de la reja, donde predominaba el cemento.
Ese artesano, Pau Orriols, me contó que el azufaifo es el árbol de Mahoma, el mítico árbol islámico de los confines, donde el profeta recibió la revelación y añadió que según el Corán, más allá del azufaifo sólo está dios (junto al azufaifo del confín, junto al cual se encuentra el jardín de la Morada). También me contó que en Persia, el azufaifo es el árbol del amor y que en Italia se dice que alguien está nel brodo dei giugiole (que mis amigos italianos me corrijan la ortografía!) en un caldo de azufaifos, cuando se enamorisca y deslumbra. Y que en Catalunya y en toda España se vendían azufaifas en los cines, en cartuchos como las chufas, y que en Barbate le preguntó a una vendedora de frutos secos y ella le dijo: "¡Claro, pero en septiembre!". Él fabrica sus tenoras con madera secada al menos durante 25 años. Dice que su relación con el ginjoler es casi esotérica y que cada uno le cuenta una historia interesante. La expresión "Ets més eixerit o estàs més content que un gínjol" sólo demuestra, según él, la importancia que este árbol frutal tenía en otro tiempo en este país. Hablamos de la Riera del Ginjoler, de Roses, y del azufaifo de Camarles y del que hay en Arenys en la llamada Casa del paraíso. Todos más pequeños, no tan monumentales como el que ahora amenazan con destruir.
Mañana a las 10 am en TV3, programa Els Matins de Josep Cuní, entrevistarán a Imma Mayol sobre nuestro ginjoler. A ver si alguien me lo graba... Llamaron del programa para confirmar la información de presentación. Tal vez mañana sepamos qué han decidido o cuál ha sido el resultado de esa negociación. En la información del programa dicen "Ernest Benach, president Parlament de Catalunya TERTÚLIA Antonio Franco Jordi Juan, Imma Mayol, segona tinent alcalde Ajuntament Barcelona Lead: Solucions pel ginjoler del carrer Arimon."
Entre tanto, dos señores republicanos y octogenarios del barrio nos han enseñado algunas fotos de estas calles, nos han contado historias de cuando el tranvía bajaba por una calle Muntaner muy estrecha, o de cómo destruyeron los bosques de pinos del Putxet durante la guerra, o de un falangista que se cargó el edificio modernista del ayuntamiento del distrito, de cómo se pusieron los nombres de las calles (la calle Wagner, que luego se transformó en la continuación de la horrible Mitre, o la calle Juli Verne, que luego se llamó Saragossa, o la calle Babilonia, convertida en Ciutat de Balaguer...), de la propia calle Arimón y el error de añadirle "Bisbe" al apellido de Sivilla y tantas otras cosas.
Ellos ya sabían que en 1977 estaba previsto hacer una plaza pública (La placeta del ginjoler que pedimos nosotros) y creen que el propietario que compró lo que entonces era el huerto de la finca del azufaifo para construir el horrible edificio que hoy tenemos al lado, con un supermercado putrefacto, logró la licencia de forma irregular.
Una de sus bonitas fotos puede verse en mi otro blog.
Mientras hablábamos, un tendero nos ha avisado que Imma Mayol estaba en la calle; ha venido a ver el árbol antes de ir mañana a tv3; hemos intentado ir a abordarla, pero el coche se la había llevado de vuelta.
5 comentarios:
Interesantes historias, hace tiempo me tropecé con esa historia del Sivilla no obispo, hay muchas calles que tuvieron, en su origen, nombres de propietarios locales, luego reconvertidos -los nombres- en famosos más destacados.
Parece que "en aquests topants" o bien ponían nombres de santos, o bien ponían groseramente los nombres de los amos de las fincas, Sivilla, Arimón, Garriga (era un tramo de Muntaner) etc. La historia es historia de tropelías, injusticias, violencias y venganzas. Incluso los nombres son testigos de esa violencia.
MUY interesantes historias, Be(lezza), mi italiano me acaba de decir que en el veneto al azufaifo se le llama zizzola, que me ha gustado por lo de las dos zz de zzbelnu,
y qué buena la receta del brodo, la haremos este otoño, recogiéndolas de nuestra placita...
Tal vez debería empezar a pensar en las tácticas del Zorro... Me gusta el nombre de zizzola... pero también esas giúgiole y su jugo...
Ojalá que tuviéramos esa placita...
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